Nadie hasta ahora ha querido explicar cuál fue el origen, particularmente en lo que se refiere a la posición que adoptaron los diputados de la bancada del Partido del Revolución Democrática (PRD), de acabar sumados a la oposición y aceptando sendos acuerdos que en efecto, sólo tendrán trascendencia política.
Entre diversas hipótesis, nos parece que cobra mayor certeza aquella que tiene que ver con los resultados de la elección interna del fin de semana, donde se decidieron los consejeros de partido y no por los mecanismos históricos de compra de votos, sino porque los números finales provocaron una serie de reacciones.
Bueno, se refiere que al final del cotejo el propio gobernador habría tenido una reunión con las corrientes triunfadoras y que ahí se desataron los dimes y diretes y que hubo ofensas que debieron merecer posiciones antagónicas al paso de los días. Algo así como una ruptura que debe ser muy coyuntural entre los mandos superiores de la administración pública y el instituto político.
En todo este escenario, indudablemente la gran ganadora ha sido la oposición, ayer, algunos representantes populares decían que como que luego de haber aprobado los puntos de acuerdo hay cierto arrepentimiento, que incluso el Secretario de Gobierno, Jorge Messeguer Guillén habría asegurado que ya dieron marcha atrás.
Pero desde otra trinchera se sostuvo que “no hay tal, estamos en contacto permanente con los compañeros del PRD, PT y Movimiento Ciudadano, entre otros, y el compromiso sigue siendo el mismo, se mantienen en el acuerdo, aunque la verdad, no les ha ido muy bien, han recibido todo tipo de llamadas y no de buenos amigos”.
Pero también se acepta que el punto de acuerdo relacionado con la exigencia en la entrega al recinto legislativo de los 500 millones de pesos para la construcción de una nueva sede del Congreso local, se puede echar abajo fácilmente. Se admite que como lo dijera el mandatario, el Legislativo no tiene facultades para ejercer los fondos, debido a que se integraron al presupuesto del año anterior.
No obstante, lo de la auditoría al crédito de dos mil 806 millones si continuará, esa no enfrentaría dificultad legal alguna, porque se trata de algo normal. De todos modos, es materia suficiente para mantener distanciados a los Poderes, porque en condiciones de menos confrontación, la bancada perredista le abría advertido al gobernador lo que venía, pero aquí actuaron por sorpresa, eso es lo que se viene conociendo ahora.
Hoy son gobierno, pero históricamente el PRD ha practicado este tipo de controversias. Algunos cuadros lo reclaman como parte de la democracia que debe ejercerse, pero la composición del instituto lleva a recurrentes acciones similares, porque hay una serie de grupos con intereses contrarios al interior, a las que se les ha dado en llamar “tribus”.
Hay una vocación natural por la rebeldía y la indisciplina, son poco institucionales y cuando hay que defender territorio, lo hacen de la manera que sea, y eso es un poco lo que puede estar ocurriendo hoy: llevan casi dos años ejerciendo el poder desde el gobierno estatal y todavía algunos no toman conciencia de lo que ello representa y de que debieran mostrar otro comportamiento.
PLEITO POR LA CIUDAD
Por otro lado, con motivo de las fiestas patrias, las principales calles del centro histórico de Cuernavaca son ocupadas por comerciantes que venden todo tipo de artículos de ocasión, así como antojitos mexicanos y tantos productos más. Eso ha sido siempre y no hay problema, ya la ciudadanía sabe que en estas fechas sólo se puede acceder al centro a pie, y que no hay lugar para los vehículos.
El asunto es que ahora ya quienes tienen sus espacios reservados por antigüedad, vienen encontrando competencia en aquellos que amparados en la anarquía comenzaron a llenar de nuevo la vía pública, incluyendo banquetas, y pretenden también participar, por lo que las cosas se ponen difíciles.
Con la omisión de las autoridades, que deben impedir el asentamiento informan en accesos que le pertenecen al pueblo y cobijados por el Nuevo Grupo Sindical, cientos de ambulantes han transformado la parte central de la ciudad en un penoso tianguis, ofreciendo un pésimo aspecto al turismo que nos visita.
Pero el colmo es que continúan avanzando con escasa resistencia y cada vez piden más, ya generaron grilla para que sean incluidos en las listas de aquellos que comercializan con motivo del las fechas conmemorativas de la independencia de México. Francamente ya es hora de que se respete el derecho.
Con fines electorales, hay políticos que están financiando y azuzando a esos comerciantes a apoderarse de todos los espacios posibles, inclusive, invadiendo facultades de las esferas municipales. Es doloroso ver cómo la misma autoridad que está obligada a mantener el orden y respeto a las normas, a trasmano venga alimentando la anarquía.
Los invasores de la vía pública se amparan en el argumento de que son pobres y de esa manera se ganan la vida, si con ello todos pudiéramos hacer lo que se nos viene en gana, ¿imagínese hasta donde habríamos llegado, igual y yo me apodero de sus bienes, con la excusa de que usted tiene mucho y yo no tengo nada, ¿es esto aceptable o tiene alguna lógica?
Por supuesto que no, pero en este país y en el estado se ha perdido toda decencia política.
Alguien decía que si viviéramos en un estado de derecho, la mayoría de quienes nos gobiernan ya estarían tras las rejas y, la verdad, le asiste mucha razón, sólo que la ausencia de unidad en la sociedad es lo que lleva a estos excesos, todo lo permitimos, no somos capaces de oponer resistencia y de exigir honestidad y respeto de aquellos que nos dicen representar al frente de las instituciones, sino que priva el desorden total.