Quizás los golpes que el regidor Dimas García le ha propinado en torno a su supuesto mal proceder, no le hicieron mucho daño, sin embargo lo del secuestro es lo que le está dando dolores de cabeza y hay advertencias en el sentido de que el movimiento continuará vivo, sobre todo porque la investigación al respecto no avanza, como sucede en la mayoría de los casos de esta naturaleza.
Su visita al Poder Legislativo es evidente, sabe que es en este espacio donde se tendría que cocinar algún procedimiento legal en su contra y necesita “amarrarse el dedo”, ahí puede tener muchos aliados, la fracción parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que hace aguas por todos lados, amenaza con hundirse, incluso antes de las elecciones del 2015.
Es cierto que Huitzilac tiene una larga historia de atrocidades, de unos años a la fecha la estadística de la delincuencia ha crecido considerablemente, hay rutas calificadas como de mucho riesgo, una de ellas la carretera federal Cuernavaca-Toluca, a su paso por las lagunas de Zempoala.
Pero tampoco es de extrañarse, finalmente el territorio es muy propicio para dichas prácticas, el bosque puede hacer muy difícil la localización de maleantes y ello está directamente relacionado con los escondites de pandillas en esta región. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, la protesta pública creció más de lo esperado, debido a que hay fundadas sospechas respecto a que habrían sido personajes ligados a Mancilla Rojas los que perpetraron el secuestro.
Claro, el que acusa tiene que probar, pero eso sólo funciona en materia legal, política y socialmente es otra cosa. La condena pública es determinante, exista o no fundamento y certeza, y lo que vemos en ese municipio va por dicho camino, eso es lo que le inquieta al edil, quien intentó congraciarse con los medios de información ayer, para amortiguar el golpe.
Será o no real su complicidad en el delito, pero finalmente el regidor Dimas se le subió a las barbas, porque lo ocurrido lo hace víctima y sobre todo porque era pública la rivalidad entre ambos e incluso amenazas que el edil habría lanzado en contra de su rival político. A diferencia de algunas protestas que intentaron hacer mella al alcalde, luego de los sucesos, la movilización se desbordó.
Y por cierto, en los intentos de apaciguamiento, no vimos por ningún lado a Mancilla Rojas, fue el secretario de Gobierno Matías Quiroz Medina quien tuvo que arriesgar el cuero para buscar una salida al bloqueo, porque la administración municipal había quedado totalmente rebasada.
AMBULANTES DEL CENTRO HISTÓRICO, INHUMANA EXPLOTACIÓN
Y ahora hablando de otro tema no menos delicado, hay quejas y denuncias en el sentido de que detrás de las decenas de ambulantes -generalmente mujeres- que ofertan todo tipo de artículos y productos de artesanías de dudosa calidad en el Centro Histórico de Cuernavaca, hay una causa de injusticias y de inhumana explotación que las autoridades, en sus tres niveles de gobierno, o parecen no darse cuenta o también son parte del jugoso negocio.
El reportero le han llegado testimonios escalofriantes de lo que pudiera estar ocurriendo y francamente es como para aceptar que vivimos en un entorno donde cualquier cosa puede ocurrir y no pasa nada, por las complicidades o la falta de interés de las instituciones competentes en hacer cumplir la ley y el estado de derecho.
Uno de esos testimonios, ofrecidos por una jovencita menor de 17 años, revela que quienes mantienen el control en la venta de dichos productos, se estarían dedicando también a otras actividades aún más delicadas. Ella fue víctima de esas injusticias, sostiene que “los señores que operan este mercado compran muchachas a familias pobres en el estado de Guerrero, las explotan laboral y sexualmente, hay muchas que han salido embarazadas y cuando eso sucede las regresan y las dejan en sus respectivos pueblos”.
Omitiremos su nombre por obvias razones, pero las cosas deben estar tan difíciles ahí, porque mencionó: “yo logré escaparme porque nos tienen casi secuestradas y si me atrapan, prefiero morir antes que regresar ahí”. O sea que es una especie de infierno. Comentó que sólo les dan una comida al día y eso depende del nivel de ventas de las chucherías, porque si no hay ganancias, peor les va.
Pero lo cierto es que hay incluso grupos y sindicatos que parecieran estar involucrados y por intereses o desconocimiento alimentan esa actividad comercial en el centro de la capital, uno de ellos el Nuevo Grupo Sindical de Bulmaro Hernández Juárez.
Porque en la práctica, al defender los supuestos derechos de los vendedores, están haciéndole el caldo gordo a los explotadores, y por lo tanto son cómplices, y sería lamentable que lo hicieran sólo por molestar a la alcaldía capitalina que ha buscado poner orden con ellos.
Bueno, incluso organizaciones de defensa de los derechos humanos han salido en su defensa cuando se les intenta sacar del centro. Detrás de todo eso hay cosas bastante delicadas, lo mejor sería iniciar una investigación en serio, para saber con precisión qué es lo que viene pasando y desde hace muchos años.
Sobre todo conocer el origen y actividades de los responsables, más allá de las apariencias, e intentar efectivamente hacerle justicia a esos seres humanos que, parece, viven hacinadas en una casa en Cuernavaca, donde duermen hasta en el suelo y en total desaseo y promiscuidad practicada por los malhechores.
Radiografia del Poder
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Mancilla Rojas, en la tablita
Ambulantes en el centro, la explotación
Muy nervioso anda el presidente municipal de Huitzilac, José Alfredo Mancilla Rojas, ayer llegó apresuradamente el Congreso del estado, para sostener una reunión con algunos legisladores, ¿el tema? necesariamente la delicada situación por la que pasa su administración, ya que no sólo viene siendo denunciada en materia de irregular uso del presupuesto público, ahora el presunto secuestro de Alonso Vázquez Hernández complica más su precario mandato.
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