El Poder Legislativo, que en su oportunidad mostró cierta crítica a través de algunos integrantes de las fracciones parlamentarias locales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de Acción Nacional (PAN), vino a menos y luego de que buena parte de los diputados de las mismas andan de licencia por aspiraciones a otro cargo de elección popular, pues el ambiente ha sido de lo más como para la rendición de cuentas del mandatario.
Hay incluso elementos para hacer algunas valoraciones comparativas respecto a las más recientes administraciones, por lo menos las dos panistas, la primera encabezada por Sergio Estrada Cajigal y Marco Adame Castillo, que igual que la actual, presentaron escenarios conflictivos en algunas coyunturas.
Estrada Cajigal comenzó su mandato con mucha fuerza, ganó la elección sobradamente y eso le dio cierta legitimidad, pero tempranamente comenzaron los problemas, pasado el primer año, apareció la sospecha de que había ciertas complicidades con el crimen organizado, tanto que quien fuera el titular de la Policía Ministerial, José Agustín Montiel López, fue arrestado precisamente bajo esas acusaciones.
Apareció el fantasma del juicio político que llegó con fuerza al Congreso y sólo la intervención a su favor de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) –claro, por instrucciones del entonces presidente de la república, Vicente Fox Quesada, que era muy su amigo- logró salvar el cuero. Sin embargo, tuvo que entregar a Montiel y cesar a quien era su secretario de Gobierno, Eduardo Becerra Pérez. Es decir, Sergio inició muy bien, pero algunas inconsistencias le menguaron el liderazgo antes de los dos años de mandato.
En lo que corresponde a Adame Castillo, podemos decir que la luna de miel le duró cerca de dos años, parecía que llevaría un gobierno muy tranquilo, pero surgió el conflicto de los 13 Pueblos, quienes durante una marcha de protesta de Xoxocotla hacia la caseta de cobro de Alpuyeca, fueron agredidos por fuerzas policiacas estatales y federales. Como quiera que sea, logró ir dándole la vuelta a la hoja, pero en mayo del 2008 y como rechazo al Acuerdo por la Calidad de la Educación (ACE), impulsada por la aún líder moral del SNTE, Elba Esther Gordillo, se le levantó el magisterio y francamente lo tambalearon.
Fueron casi tres meses de inestabilidad y casi ausencia de gobierno, el mandatario estuvo más de un mes escondido, nadie sabía de él, porque durante todo ese tiempo se canceló la agenda y se llegó a hablar de su declinación al cargo, porque tenía sitiado Palacio de Gobierno con miles de maestros en plantón permanente, se generó un vacío de poder total.
Luego de eso, debió conducirse con mucha precaución, pero ya la tendencia del ejercicio del poder fue a la baja, también sufrió bajas en el gabinete por presunción de complicidades de algunos de sus colaboradores con la delincuencia organizada, caso específico, quien fuera titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, Luis Ángel Cabeza de Vaca.
Sobre Ramírez Garrido se aprecian ciertas diferencias, como que estos más de dos años debió enfrentar una serie de resistencias de algunos grupos sociales, empresariales y campesinos organizados, lo que decíamos, movimientos con claras tendencias políticas que le molestaron por buen rato, pero llega a estas fechas con el camino casi pavimentado, en el Legislativo quedan casi puros afines, las voces críticas son mínimas y por eso decidió presentarse a dar su mensaje.
En Morena sigue cena de negros
Por otra parte, el desaseo con el que se vienen definiendo las candidaturas en el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) sigue generando reacciones internas y reclamos, incluso advertencias de que se interpondrán quejas y denuncias ante las instancias competentes para obligar a la reposición del proceso.
Ayer, de nueva cuenta, algunos consejeros estatales como Claudia Sierra Campusano y Felipe Romero Soto, y cuadros como Juan Juárez Rivas e Isaías Cano Morales, entre otros, dieron lectura a un escrito a nombre de las bases, en el que dan fe de la inadmisible -así lo dijeron- manera como vienen manejando las cosas algunos personajes.
Muy particularmente acusaron al senador Rabindranath Salazar Solorio, a la alcaldesa de Jiutepec, Silvia Salazar Hernández, y al enlace nacional Froylán Yescas Cedillo de imponer las candidaturas a alcaldes y diputados, locales y federales.
López Rivas y Cano Morales sostuvieron que “la lista de solicitudes de aspirantes aprobada es producto de los intereses de grupos de poder en el partido, no derivado de un proceso democrático y transparente” y agregaron que se les ha negado el derecho de conocer el nombre quienes se registraron en tiempo y forma.
Y se dijeron preocupados por el mensaje que Morena viene dando a los electores, sobre todo porque el compromiso era obrar de distinta manera a la mayoría de las instituciones partidistas, “pero estamos igual o peor, hay dedazo e imposiciones”. Pero insistieron en la reposición de candidaturas bajo la advertencia de que si no es así, las impugnaciones y procedimientos se van a multiplicar en las instancias competentes, no sólo en Morena, sino en los tribunales electorales.
Es decir, todavía no llegan a la primera elección constitucional y ya la desilusión y decepción de quienes creyeron en la oferta política y el discurso del líder moral Andrés Manuel López Obrador, se generaliza, aunque advirtieron que tampoco están amenazando con desbandada. Pero uno de los consejeros indicó que “si se salen con la suya, muchos de nosotros haremos contracampaña en todos los municipios y distritos a esos malos candidatos, a fin de que no concreten sus ambiciones”.