Es hasta penoso ver cómo el prestigio históricamente ganado de la “Ciudad de la Eterna Primavera” sea ahora objeto hasta de mofa con aquello de “la eterna brincadera” o de “cuernabaches”, haciendo referencia al mal estado de su infraestructura urbana.
Claro, quienes viven de la prestación de servicios y de la venta de diversos productos están en su derecho de defender los ingresos de cada día y es ahí donde el Estado y el municipio deberán hacer compromisos, a fin de retribuirles en algo las pérdidas que seguramente tendrán, una vez que se restrinjan los accesos, sobre todo al tránsito vehicular.
Llevan años esperando tiempos mejores y cada vez parece irles peor, ya sea por crisis económicas recurrentes, por efectos de la inseguridad o por constantes marchas y protestas en vía pública, el caso es que todo les pega y ahora deberán aguantar otro golpe, pero consideramos que vale la pena, finalmente al paso del tiempo serán precisamente ellos los más beneficiados de las mejoras.
Hay que ir a alguna capital de un estado vecino para constatar que el principal atractivo turístico suele ser su centro histórico, el turismo se concentra en esos sitios y desde luego que activa la economía, deja muchos recursos y el consumo es alto a nivel comercio, además de la ocupación hotelera y todo lo demás.
Por eso sostenemos que la ‘manita de gato’ que se pretende, es un clamor de hace muchos años, tenemos que acabar con ese cochinero en el que se ha convertido Plaza de Armas y sus alrededores. Simplemente como morelenses no nos merecemos esas agresiones a la imagen pública de la capital.
Por eso la drástica baja en la afluencia de visitantes, por más que se diga que en algunos periodos vacacionales se ha llegado casi al cien por ciento de la ocupación en restaurantes y hoteles, se ve sin mucho esfuerzo que no es así, hace rato que dejamos de ver grupos de extranjeros paseando por el primer cuadro, es entendible, ¿a qué pueden ir ahí?, no hay más que desorden a la vista.
Hay que facilitar las cosas, si el municipio y la administración estatal cuentan con recursos, incluso federales para ir modificando el entorno, hagamos lo pertinente para que no se pierdan, sería lamentable. E insistimos, con los años vendrá la recompensa, de otra manera nos seguiremos hundiendo y perdiendo competitividad en nuestro entorno con las entidades cercanas y francamente no nos merecemos eso.
STEVEN, AHORA EN EL “CORUCO”
Y en un tema diferente, en efecto, desde algunos niveles de gobierno estatal se viene ahora dando protección a quien -por denuncia del diputado local David Martínez Martínez, aspirante a la alcaldía de Temixco- participó en el supuesto secuestro en su contra.
Sí, nos referimos a Steven Martínez Salgado, quien amenazó con dar a conocer públicamente su versión de los hechos de los que se le acusaba, sosteniendo que nunca colaboró con los presuntos secuestradores y que todo fue un invento y calumnia del legislador de Temixco.
Bueno, pues a partir de eso, lo llamaron y lo “convencieron” de que desistiera de sus intentos y le dieron empleo en el CDE del Partido de la Revolución Democrática (PRD), es decir se lo llevó José Luis Correa Villanueva, pero como igualmente trascendió, ahora lo mandaron de colaborador de José Montes en el Estadio Agustín “Coruco” Díaz en Zacatepec.
Por los datos obtenidos, le inventaron una plaza, porque es el encargado de manejar a las edecanes para los encuentros deportivos. Habría que ver cuál es la experiencia que tiene el muchacho en cuestión de eventos sociales, sin embargo, lo que pasa nos lleva a considerar que efectivamente, en este caso del secuestro aumentan las sospechas de que fue un hecho montado. ¿Con qué propósitos?
Hasta el momento no sabemos que a Steven le otorgaran el perdón, es decir que las instancias competentes en la materia lo deslindarán de esos hechos denunciados por David, y mientras eso no pase, es un presunto delincuente y de grupos organizados porque es un delito de alto impacto.
La cosa es que la administración pública “libra” una lucha en contra de la delincuencia en todos sus órdenes, aquí no hay lugar para la impunidad, ¿cómo puede entenderse entonces que al joven le ofrezcan empleo con tal de que guarde silencio?
La cosa no es menor, porque detrás de todo eso se encuentra el diputado Martínez, que además quiere ser el presidente municipal de Temixco, lo menos que debe hacer es aclarar las cosas, de otra manera es un pecado que le va a pesar mucho en su carrera política, porque, reiteramos, lo anterior refuerza la hipótesis de que todo fue un teatro, quizás con tintes electorales, y que el secuestro jamás ocurrió.
Nos sorprenden estas cosas del legislador, tenemos un buen concepto de él, como que este tipo de acciones no concuerdan con su moral y el discurso público que promueve. Si en realidad Steven fue partícipe del secuestro, necesariamente debió ser sometido a proceso, igual que el resto de quienes fueron capturados, de otra manera se estaría protegiendo a un delincuente mediante el tráfico de influencias del poder público. Habría incluso que ver, si legalmente procede alguna denuncia contra David por protección u omisión.
Ahora bien, si los hechos fueron reales y el señalamiento en su contra fue un error o producto de la confusión, pues con mayor razón habría que exonerarlo, porque el daño moral y el descrédito que se le causó no es menor, incluso podría reclamar reparación del daño económicamente. ¿No le parece? La verdad es que se les hizo bolas el engrudo sobre el tema y pareciera que no le encuentran una salida, pero lo están protegiendo.