El Partido Social Demócrata como tal, no representa ni el tres o cuatro por ciento de la tendencia en el conjunto de instituciones similares. Sin embargo, la sola presencia de la estrella del deporte le da una puntuación hoy día por arriba de los 12 puntos, algo que además, tiende a crecer.
Y ¿cuál ha sido el objetivo del PSD al recurrir al Cuauh? pues garantizar que se conservará el registro luego de los resultados de la elección, además de llevar seguros algunos espacios para los principales cabecillas del instituto político, como una o dos diputaciones locales y regidurías.
Pero a decir de algunos operadores de la precampaña -todavía no arranca la campaña- la visión ha cambiado radicalmente: Ahora dicen que sus cálculos indican que sí pueden ganar la alcaldía y que por lo tanto, se comenzará a trabajar en una estrategia más allá del siete de junio y de la comuna capitalina, que se debe orientar el esfuerzo considerando seriamente que Blanco podría aspirar en el 2018 a la gubernatura del estado.
Bueno, adicional a lo anterior y abonando en esa teoría, se agrega que ahora sí se contrató a expertos en materia electoral, que hay hasta un italiano detrás del candidato y dos que tres figuras de alcance nacional, con experiencia en la materia para poder madurar un procedimiento de mayor calidad y alcance.
Se ha estado polemizando en el sentido de que, si bien la fama del futbolista ha provocado acciones de apoyo espontáneo, sobre todo de sectores como el de los jóvenes, la insuficiencia de estructuras partidistas y de operadores le restaría posibilidades de triunfo, pero igualmente se responde que han estado llegando solitas, que cientos de cuadros con liderazgo y conocimiento del manejo electoral, luego de no haber tenido oportunidad en sus respectivos partidos, se están sumando al proyecto.
Ya se sabe que el ex alcalde capitalino y actual legislador local Manuel Martínez Garrigós negoció con el Cuauh y le sumó sus activos. La red de operación que dice seguir controlando en Cuernavaca y que eso, adicional a otros dirigentes venidos de todos los rincones, conforman ya un equipo que pudiera competir con la maquinaria de los partidos grandes, PRI, PAN y PRD.
Sobre el caso Garrigós, uno de los que presenció el acuerdo dijo que “Manuel pidió una audiencia con el candidato, durante tres o cuatro horas el señor quiso confirmar la existencia real de los cuadros, uno por uno fue pasando a saludarlo y a decirle la experiencia que traía y sí fueron bastantes”.
Es decir, que en efecto, la influencia del personaje consolida un equipo por encima del mismo partido; a lo anterior le agregan expertos, que son los que trabajarían sobre el procedimiento a seguir el día de la elección a fin de no verse rebasados por aquellos con años de experiencia en el manejo de elecciones.
Esto es fundamental en una justa electoral. La diferencia entre un candidato y otro, con una tendencia muy cerrada, se da en la capacidad operativa.
Institutos como el PRI, PAN y PRD suelen ganar con base en eso, porque se arman métodos de acarreo que garantizan el flujo de votantes a su favor.
Son esas estructuras las que mueven miles de ciudadanos, prácticamente acuartelan a sus bases para estar seguros de que no traicionarán la causa, frecuentemente organizando desayunos a primera hora en sitios discretos, casas de los mismos priistas, desde donde, por pequeños grupos, son conducidos por los líderes hasta la casilla que les corresponde y ahí vigilan que sufraguen por su candidato.
Aparte suman otras acciones, como la entrega de despensas, de dinero en efectivo o la promesa de que “si ganamos, ganamos todos” y ante la enorme pobreza y necesidad económica de la mayoría de la ciudadanía, esos instrumentos dan resultados y dan la diferencia ante los adversarios.
Por el contrario, si al día de la votación no se llega con el apoyo suficiente para cuidar todas las casillas, por ahí seguro les meterán muchos goles a los más débiles y una vez con los votos en las urnas, poco se puede hacer, por eso las impugnaciones suelen ser poco productivas, hay que estar presente territorialmente para evitar el “carrusel”, el “ratón loco”, las “urnas taco” y tantas otras argucias de que se echa mano en una elección.
Más bien a quienes vemos muy lejos de contar con instrumentos para garantizar que se respeten los sufragios a su favor, son a los partidos nuevos, Encuentro Social (PES), el Partido Humanista (PH) e incluso el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), porque parecía que traía bastante fuerza, pero a la hora de la verdad resultó un chasco, ya que se ha conformado del desecho otros institutos, sobre todo de los tres grandes, residuos y cartuchos quemados que más bien han obligado a aquellos militantes serios a tomar distancia.
Muy en lo personal consideramos que los tres antes señalados, incluyendo al Partido del Trabajo, que tampoco anda muy bien que digamos, no van a estar a la altura de las circunstancias, les faltará capital humano para poder cubrir todas las casillas en el estado y ofrecerán vacíos ideales para que los que sí cuenten con representantes les metan mano. ¿Qué no debiera ser? es cierto, pero sobre todo en la materia que nos ocupa, es perfectamente aplicable aquello de que “el que tiene más saliva come más pinole”. Pero le reiteramos, por lo que hemos estado conociendo en torno a la figura de Blanco, se viene armando de unas semanas a la fecha, solitos le están llegando los refuerzos y como en el futbol, se antoja que el equipo arribará a la final en buen nivel de competencia.