Los quejosos venían en particular, de acuerdo a lo que mostraron, en contra de dos aspectos, el referente al proceso que llevará al nombramiento del representante del sector obrero y sindical ante el Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje (TECA) y también para advertir que le harán la guerra a los ayuntamientos, a fin de que los ediles salientes enfrenten su problema de incumplimiento respecto a laudos vencidos, por procesos interpuestos de parte de trabajadores injustamente despedidos.
Pero a quienes los acompañaron los dotaron de pancartas y los instruyeron, a fin de que lanzaran todo tipo de consignas en contra de la actual titular de esa dependencia Gabriela Gómez Orihuela. En pocas palabras, la petición fue en el sentido de que sea removida del cargo por presuntos actos de corrupción.
Hubo un momento en el que se pusieron muy agresivos y hasta se fueron sobre las rejas de Palacio de Gobierno, pidiendo además, audiencia para ser escuchados de manera directa por parte de los funcionarios competentes en esa materia, aunque nadie salió a recibirlos.
Sin embargo, hay algo que no cuadra en la protesta pública de ayer, porque entre los señalamientos, se llegó a acusar a la administración estatal en sí, de actos de corrupción en los que necesariamente se involucraba al resto de los componentes de la administración, incluyendo al gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu.
Es aquí donde no surgen las inquietudes, porque sabemos que ni Pérez Moreno y mucho menos Hernández Juárez estarían en condiciones de esgrimir sendas acusaciones al mandatario, ya que la relación histórica de ambos con él ha sido suficientemente cercana como para que se rompiera tan fácil.
Es decir que aquí tiene que tratarse de una estrategia en busca de un propósito, ¿cuál podría ser?, pues ir poniéndole la cama a la actual titular de la secretaría. ¿Y por qué se pretendería separarla de tal responsabilidad?, muy sencillo, porque la relación con el mandatario, de parte de quien la apoyó para ocupar el espacio, sí parece estar muerta y nos referimos al secretario general de la Federación de Trabajadores de Morelos (FTM), Vinicio Limón Rivera.
Pero para poder fortalecer esta hipótesis, hay que recordar que se da por hecho que Limón Rivera ha sido el puente, mediante el cual Gabriela ha logrado desempeñar ciertas responsabilidades oficiales de buen nivel, antes pasó por la delegación federal del trabajo, donde duró un buen tiempo.
Pero ¿cuál fue el punto del desencuentro?, que a diferencia de las elecciones del 2012, cuando la FTM de Vinicio jaló con Graco, en la justa del pasado 7 de junio decidió regresar al Partido Revolucionario Institucional (PRI), dando por concluidos aquellos acuerdos no escritos.
Pero muy particularmente debe haber sido aquella expresión del dirigente obrero, cuando el candidato oficial a la presidencia municipal de Cuernavaca, Jorge Messeguer, arreciaba con denostaciones en contra de la aspirante tricolor Maricela Velázquez Sánchez. En uno de esos arrancones, Vinicio acusó al mandatario y hasta agregó que “no nos podemos engañar, todos los perros tienen dueño”. Fue una expresión muy dura, seguramente molestó mucho y las consecuencias podrían ser, ir por el cargo de Gómez Orihuela.
Pero además sería un golpe de doble banda, porque por un lado se ajustan cuentas con Limón Rivera y por el otro se abre un espacio para llamar a colaborar a alguno de los candidatos perredistas perdedores que no lograron otro cargo y se quedarían sin chamba al corto plazo.
El propio abogado laboralista Juan Juárez Rivas, quien conoce muy de cerca a muchos de los personajes que hicieron presencia ayer en la supuesta “protesta” en palacio, coincidió en que “esta manifestación trae cola, el propósito es quitar de en medio a Gabriela, sin embargo debe ser una instrucción desde la cabeza de gobierno”. Y luego también agregó: “quienes conocemos a don Bulmaro, sabemos que por todos los intereses que trae con esta administración, sería incapaz de rebelarse”.
Sin embargo sí consideró que “en la elección que acaba de terminar, el Nuevo Grupo Sindical es una de las organizaciones perdedoras porque los perredistas los usaron como golpeadores y delincuentes electorales a favor del candidato de gobierno, pero ni así pudieron lograr nada, ahora buscan reivindicarse”.
Ahora bien, se abanderaron asuntos reales, como eso de que no puede emitirse una convocatoria para la convención donde se nombrará al representante sindical ante el TECA sin el orden del día, negándole a otros la entrega del padrón de afiliados, cosa que los dejaría fuera de la jugada, o aquello de que se debe presionar a los alcaldes salientes, a fin de que paguen laudos vencidos, que tienen años de rezago, antes de que hereden las alcaldías.
Sin embargo, en lo que respecta a los ayuntamientos, también podría tratarse de una jugada armada desde el sector gubernamental a fin de obligarlos a hacer un mejor esfuerzo por sanear deudas y finanzas, para que los ediles que toman protesta el primero de enero no encuentren las comunas de cabeza, como les ocurrió a ellos en el 2012.
Claro, ellos se esforzaron en sostener que en la protesta había representación de decenas de organizaciones sindicales, sin embargo, por lo que se pudo apreciar, la absoluta mayoría obedecía a los intereses del Nuevo Grupo Sindical y ese solo hecho llama a la reflexión, precisamente porque conocemos de cerca los fuertes intereses que unen a dicha organización familiar con el régimen en turno. Fueron el brazo mediante el cual, gobierno estatal operó la ocupación del Centro Histórico por todo tipo de comerciantes, para desacreditar al alcalde capitalino Jorge Morales Barud, por eso sostenemos que lo de ayer fue estrategia, eso es todo.