Ese órgano superior de justicia respondió así a un amparo interpuesto por integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que exigían la cancelación de la reforma educativa, pero sobre todo, rechazaban ser evaluados. Pero la determinación fue en el sentido de que por encima de sus reclamos de corte laboral y quejas que esgrimían, estaban los derechos de los niños y adolescentes a recibir la instrucción educativa.
Pero además, se advierte de instrucciones que van en el sentido de sancionar a aquellos que incumplan con su responsabilidad profesional de atender a sus respectivos grupos, o sea las faltas deberán ser producto de descuentos salariales y la reiteración de las mismas hasta motivo de cancelación de sus respectivas plazas.
Bueno, pues lo anterior llevó a la primera reacción, que todo indica no sólo se suscribió a quienes forman parte de la Coordinadora, que a decir verdad, son unos cuantos, con muchos esfuerzos logran conjuntar a 250 o 300 maestros. Esta vez y a juicio de algunos observadores oficiales, eran más de tres mil, lo que indica que la mayoría venían de las filas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), es decir los institucionales.
Algunos profesores insisten en que la famosa evaluación, lleva la intención de ir cancelando gradualmente muchas plazas, de aquellos que no logren aprobar los exámenes que se les practica y que por lo tanto agrede sus derechos laborales, pero no hay precisión en ese punto, pudiera ser.
Lo cierto es que en principio, nuestra posición, respecto a lo dictaminado por la SCJN, sería que parece tener razón en eso de que los niños también tienen derechos y sobre los de los maestros, están los suyos, porque son el futuro del país y hay que prepararlos para ello.
Tampoco estamos de acuerdo con la actitud de la mayoría de quienes se identifican con la CNTE, no se puede permitir que se siga afectando a miles o hasta millones de menores que son víctimas de constantes y prolongados paros laborales, y lo peor, que todavía reciban cabalmente el pago de un trabajo no devengado, eso sólo sucede en México porque falta rigor y autoridad.
Desde luego que no validamos el que se agredan los derechos laborales conquistados con tanto esfuerzo y luchas históricas, ahí se tiene que resistir, pero buscando en todo momento no pasarle las facturas a los menores, porque como maestros deben poner el ejemplo y cumplir con sus responsabilidades.
Y claro que en México es urgente encontrar una fórmula para elevar el nivel educativo, no puede ser que sigamos ocupando los últimos sitios mundiales y eso a quienes debe apenar es a los profesores. Por eso sí a la evaluación y capacitación. Sin embargo, tampoco basta con eso, es acaso una parte de lo que se requiere para poder evolucionar.
En su oportunidad lo decíamos, si en verdad se pretende cambiar los escenarios en la materia, hay que dignificar y mejorar muchísimos planteles escolares porque están para llorar. Darles a los maestros los instrumentos tecnológicos y materiales para poder impartir una clase de calidad, ofrecer o extender los desayunos, no sólo a nivel de educación inicial, también a primaria y secundaria, porque la pobreza es parte de la desigualdad, como decía aquel artista “las letras no entran cuando se tiene hambre”. O sea, no basta preparar a los mentores para pensar en una mejor educación, tiene que ser en un paquete integral o no salimos de ignorantes.
Pero regresando al caso de la Suprema Corte, pareciera que todo estuvo cuadrado: primero, se resuelve una vez pasado el proceso electoral, para no enrarecer más el ambiente; segundo, la resolución sobre la evaluación viene a dos o tres semanas de que termine el ciclo escolar 2014-2015 y por lo tanto si las protestas crecieran y se fueran a paro nacional -como sugieren los inconformes- pues con las manos en la cintura la SEP podría terminarlo y validarlo. Finalmente de aquí a que se concluya legalmente, sólo habrá unos diez días de clase real.
Y la finalidad de la CNTE y quienes se están adhiriendo es mantenerse en movimiento y protesta permanente, aconsejan -en el caso de Morelos, porque es una protesta nacional- moverse con estrategia, a fin de no prestarse a sanciones que lleven a posible cancelación de las plazas. O sea que cada región del estado pare labores un día al mes para venir a marchar a la capital del estado, ello de manera rotativa, de esa forma no se faltará dos o tres días y las sanciones serían menores.
Por lo menos, lo anterior muestra que van a mantenerse al frente de los grupos y que por ahora no van hacia el paro de actividades, lo cual es ya una ventaja para nuestros hijos.
También invitaron a promover los amparos, pero de manera individual en contra de la reforma y recurrir a instancias de alcance mundial como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y también la Corte Interamericana, para atraer la atención fuera de las fronteras nacionales.
Incluso reconocieron que en la movilización del 2008 cometieron diversos errores, uno de ellos la insuficiente comunicación interna que los llevó al debilitamiento progresivo, esta vez buscarán mejorar las estrategias para mantener fuerte el activismo y de esa manera tener más éxito.
No obstante, esperamos que aquí no se caiga en radicalismos y acciones vandálicas como pasa en Oaxaca, Guerrero o Michoacán, no será con delitos como se pueda exigir justicia, se tiene que proceder con respeto a los demás si se quiere que se nos respete.