Tiene tres años de haber iniciado una administración de tendencia izquierdista en Morelos, que ofrece la aplicación de políticas públicas de carácter asistencial a fin de apoyar la economía de los niveles sociales más marginados, abonando en la igualdad y la mejor distribución de los recursos presupuestales, retos difíciles de alcanzar.
Insistimos, tres años son muy pocos como para que la inconformidad se esté generalizando en todos los estratos sociales. Sin embargo, no es sólo Morelos, a consecuencia de hechos como los de Ayotzinapa, con la desaparición de 43 estudiantes normalistas, ya Guerrero, que fuera dominado por el Partido de la Revolución Democrática durante algunos periodos sexenales, decidió regresar con el Revolucionario Institucional a partir de la gestión que viene.
En lo que corresponde a nuestra entidad, hay algo curioso, las primeras inconformidades ante el comportamiento de la autoridad en turno surgieron de las filas del perredismo, muchas figuras que participaron en la fundación de ese instituto político y que esperaban ser incluidos en el proyecto fueron ignoradas y ello los llevó a situarse de frente al mismo gobierno.
Los reclamos surgieron cuando se presentó al equipo de trabajo, integrado por personajes distintos a los que participaron en la campaña.
El grueso de la sociedad, que vive en condiciones económicas precarias, apoyó el proyecto político considerando que sentaría las bases de un ejercicio gubernamental muy diferente al panismo y el priísmo, es decir, cercano al pueblo, con novedosos programas que revertirían el abandono y olvido en que se mantuvo históricamente a pueblos y comunidades que hasta la fecha carecen de los servicios más indispensables.
Es decir, una transformación profunda en la forma de distribuir el presupuesto, priorizando a los niveles más bajos de la población, pero a juicio de muchos, se requeire más energía en proyectos como el caso de la ampliación a cuatro carriles de la autopista La Pera-Oacalco o de la construcción de la termoeléctrica en la región oriente.
Impulso a proyectos diversos que tengan que ver con el bienestar de las mayorías y en lo general. Claro, en algunos casos se trata de desarrollos impulsados desde el gobierno federal, sin embargo, a juicio de los morelenses, las autoridades locales tienen la obligación de proteger los intereses de sus habitantes y proponer alternativas a fin de dejar contentas a las mayorías.
Algunos desarrollos siguen siendo objeto de crítica, como en el caso del estadio Agustín “Coruco” Díaz, que adolece de la estructura que requiere un espacio de esta naturaleza. Carece de estacionamientos para la concurrencia.
Jardines de México es espacio de belleza extraordinaria, sin duda, que aunque tiene escasa relación con la vida cotidiana de los morelenses, porque está pensado para un nivel de concurrencia de sociedad de clase media alta, la taquilla anda por encima de los 200 pesos por persona, un acceso fuera del alcance de la mayoría de nuestras familias, e ssin embargo potencial generador de visitas a la zona sur de la entidad.
En fin, son muchas más las observaciones que podríamos hacer a una gestión gubernamental. En otras latitudes, como en el Distrito Federal, todavía la mayoría de los capitalinos sigue aprobando el desempeño de sus gobernantes, también por hechos que validan políticas pensadas en generar el bien colectivo.
Claro, la página no está cerrada, le quedan tres años al actual régimen y puede considerarse que es tiempo suficiente como para enderezar el camino y recomponer lo que se hizo mal.
Pero las condiciones son muy propicias, vemos circunstancias presupuestales bastante críticas hacia el futuro inmediato, recortes macros en el ámbito federal que repercutirán en Morelos, es decir, en adelante, aunque se quiera, igual y no se puede.
Pero no obstante esos obstáculos, se entiende que el gobierno en turno está obligado a dar resultados, de otra manera estaríamos ante la posibilidad de un debut y despedida del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a nivel de gobierno estatal, por eso reiteramos que algo tendrá que ocurrir en los siguientes días, que muestre la intención de mejorar la capacidad de respuesta gubernamental en todos los órdenes. Los resultados del PRD en la elección reciente son acaso una llamada de atención y advertencia ciudadana. La justa del 2018 ya está a la vuelta de la esquina.