El señor debe conocer muy bien nuestro territorio porque históricamente esta tierra zapatista había sido, hasta hace unos cuantos años, espacio neutro entre cabecillas de bandos opuestos, zona de esparcimiento y descanso de personajes de muy alto nivel en esas actividades ilícitas, con toda la seguridad que tiene plena identificación de dónde puede pasarla un rato sin ser ubicado.
El hombre se ha vuelto ya una leyenda y respecto a su “escape”, habría que esperar algún tiempo a fin de que se confirmen detalles de la fuga, porque hace cerca de una década pasó lo mismo, durante la administración del presidente Vicente Fox Quesada salió incluso por la puerta grande, en una acción que se sigue considerando como programada y negociada.
Guzmán Loera es considerado por un lado, uno de los delincuentes más buscados en México y el extranjero, pero por otro un personaje estimado por sus coterráneos y quienes lo conocen de cerca, porque suele ser bondadoso y solidario con algunas causas populares. Es pues el comentario obligado en cualquier debate de reunión de amigos en el café y desde luego que su fuga lleva a todo tipo de especulaciones, porque experiencias pasadas al respecto llevan a estimar que pudo haber sido algo planeado.
Hace algunas semanas, en pláticas con un ex funcionario, abordó el tema de la delincuencia organizada en México y comentó algo que llamó la atención. Entre otras cosas, recordó cuando en el ejercicio del poder, tuvo relación con los entonces titulares de la Secretaría de Gobernación y de la Procuraduría General de la República (PGR), en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Y señaló que “desde nuestra óptica ciudadana generalmente damos crédito a todas esas acciones gubernamentales en lucha por erradicar las mafias de nuestro país, pero la realidad es que en los primeros niveles de la autoridad suceden cosas que uno jamás imagina”. Y relató que durante un viaje aéreo que hizo con los dos funcionarios federales antes señalados, le platicaron ciertas realidades, como aquello de que “la aprehensión de los grandes capos son sucesos pactados entre los gobiernos mexicano y estadounidense, eso en el mejor de los casos, pero con frecuencia, son ellos los que nos van diciendo a quienes, de la larga lista que tienen, hay que atrapar o dejar en libertad”.
Y que lo explicaban muy sensatamente, recordando que el mercado más grande del mundo en materia de consumo de drogas, son los Estados Unidos, así que ellos controlan la válvula de escape y deciden cuando hay que apretar o soltar las amarras, por eso no es descabellado que lo de “El Chapo” se ajuste a una de esas decisiones.
Pero revisemos algunas cuestiones de fondo sobre esta figura, es uno de los pocos sobrevivientes de la vieja generación de capos que se movía mediante protocolos muy singulares, mantenían un estricto control con sus organizaciones y se presume que bajo acuerdos específicos frente a las autoridades y la sociedad.
Manejaban el código de ética que consistía en mantenerse en el anonimato, moverse en un mundo prácticamente imperceptible, pero además con una estricta prohibición de meterse con la sociedad civil. Respetaban el territorio de otros grupos y por eso no había choque de fuerzas, ni muchas víctimas como en estos tiempos.
QUIERE LUCÍA M. A ABRAHAM EN LA REPRESENTACIÓN
Y en un asunto diferente, desde el Congreso local a unos días de dejar la curul, algunos diputados todavía buscan concretar negocios y cobrar facturas. En ese caso se encuentra la legisladora Lucía Meza Guzmán, quien por cierto ya es diputada federal electa, pero no quita el dedo del reglón en lo que tiene que ver con la intención de nombrar un nuevo representante del Poder Legislativo ante el Tribunal Superior de Justicia.
Hace rato busca consensos para instalar ahí a un personaje, por cierto nada recomendable, colaborador suyo, Abraham Romo estuvo en su oportunidad con José Herrera Chávez en el Sistema Estatal de Seguridad. Lo menos que se dice de él es que “salió por piernas” por una serie de irregularidades que se le atribuyeron en materia de manejo de recursos.
Más que eso, en algunos bares, discotecas y centros nocturnos todavía le tienen cuentas pendientes, porque luego de consumir lo que quería, sacaba la charola e intimidaba con la intención de no cubrir las abultadas cuentas. Pues todo indica que en la propuesta de la legisladora, pero ya imagina usted las reacciones, no parece reunir los mejores perfiles que digamos, sin embargo es lo que menos preocupa a los que lo promueven, en este terreno se mueven muchos intereses y aquí no es distinto. Estuvo en la Auditoría Superior y también salió mal, la cosa pinta feo.
Ya decíamos que la señora es quien cabildea al interior del Congreso y entre los ayuntamientos, a fin de que los alcaldes acepten entregar la concesión de recolección de desechos sólidos a la cooperativa Cruz Azul, pero paralelamente quiere a su subalterno en la representación con el Poder Judicial, mal harían el resto de los diputados en aceptar ambos propósitos, por lo menos los opositores al partido en el poder, porque se entiende que al interior de la bancada de los amarillos no hay de otras, tienen que jalar por las buenas o por las malas. Pero insistimos, falta mes y medio para que termine esta legislatura y hay quienes siguen haciendo de las suyas a nombre del pueblo, por eso les fue como en feria a los perredistas, ¿no le parece? Pero además, por lo menos deberían proponer cuadros valiosos, no es así.