Es por esa razón que ya el famoso comisionado, Jesús Alberto Capella Ibarra a comenzado a “cabildear” con los ediles electos, a fin de que ratifiquen los acuerdos una vez que protestan en el cargo para seguir dándole vigencia al Mando Único, no obstante, como sucedió en su oportunidad, lanza amenazas y busca chantajear a quienes se resistan.
Eso de que “se investigará a todos aquellos alcaldes electos que no acepten la proposición”, es una amenaza y advertencia que las nuevas autoridades municipales no deben aceptar y menos de un personaje de tercera línea, porque se trata de un simple coordinador al que le han dado mucho poder y viene violentando incluso la constitución.
La conformación del M. U. requirió de mucho esfuerzo por parte de las autoridades estatales; el propósito era que Morelos pusiera el ejemplo a nivel nacional en esa modalidad y para lograrlo también se recurrió a todo. Ya imaginará usted, de pronto, la mayor parte de los delitos de alto impacto se dispararon y en la mayoría de las alcaldías, muy en particular de aquellas, cuyos alcaldes no resistían a signar los acuerdos.
Pero tomaron especial relevancia sucesos ocurridos en Temixco y Cuernavaca, aquí en la capital se polemizó mucho en torno a un atraco perpetrado en pleno día, en el restaurante El Secreto, donde presuntos delincuentes –presuntos, porque se insistió mucho en que había sido preparado desde la famosa Comisión de Seguridad- despojaron a todos los comensales de sus pertenencias y se dieron a la fuga sin mayor dificultad.
El alcalde Jorge Morales Barud se mantenía en la posición de no admitir el ingreso al Mando Único, porque le significaba quedarse sin muchos elementos y ceder el control y hasta algunas estrategias al estado. Bueno, parece que a muy pocos les queda duda de que esa corporación jugó un papel muy significativo en acciones sucias durante el proceso electoral del pasado 7 de junio, tanto aquí como en Jiutepec, y seguramente era uno de sus objetivos.
Aún recordamos que Capella Ibarra asistió a reuniones de “trabajo” con empresarios y comerciantes del Centro Histórico en aquellos momentos, donde responsabilizaba al alcalde de lo que ocurriera en su territorio si no firmaba y finalmente, frente a tantas agresiones y presiones, debió hacer lo propio.
En el trayecto hubo algunos presidentes municipales que intentaron dar marcha atrás en el convenio, les fue como en feria, lo menos que enfrentaron, fue el arrebato de la seguridad, Capella se apoderó del control, caso concreto, Tlaquiltenango, desarmaron a los policías locales para imponer condiciones y hubo toda clase de acusaciones para justificarse, como es muy recurrente en el sentido de que protegían a la delincuencia.
Pues con miras a prolongar la vida del modelo policiaco, ya iniciaron los inconvenientes, la declaración del jefe policiaco en el sentido de que “al alcalde que no se agregue lo van a investigar”, es temeraria y grosera, pero se antoja que también producto de un poco de soberbia e ignorancia de la Ley por parte del personaje en cuestión.
El señor ocupa un cargo otorgado por el gobierno estatal, los ediles vienen de una elección y son producto del voto ciudadano, no les puede faltar al respeto de esa manera, pero además, viola el Artículo 115 de la Constitución General de la República que les concede autonomía. Pero está tan sobrado que se coloca por encima de esas autoridades de representación popular.
Bueno, en torno a la aparición de una supuesta narcomanta en Yecapixtla en la que se intenta involucrar al alcalde electo, Francisco Sánchez Zavala, ya se insiste en que puede ser una de las estrategias de presión para someterlo por diversos motivos, uno de ellos, negativa a aceptar las condicionantes en la materia.
El hombre no ha podido con la delincuencia, ayer mismo, medios nacionales de información volvían a colocar a Morelos en los primeros planes nacionales en delitos como el de la desaparición de personas, se refiere que ocupa el nada honroso quinto lugar y que además, las ejecuciones cobran notoriedad, qué decir del secuestro que no se logra erradicar.
Particularmente en la región oriente de la entidad, campesinos, empresarios, comerciantes y ciudadanos tienen animadversión al Mando Único, porque para ellos es sinónimo de delito, robo y agresión, les tienen más miedo a esos elementos que a la misma delincuencia, porque los consideran asociados.
Nuestro pronóstico es que, en aquellos municipios donde exista alguna negativa a darle continuidad a los convenios con el M. U., crecerá todo tipo de delitos, inducidos ya sabrá usted desde donde, para poner de rodillas a los nuevos cabildos hasta que le entreguen el control al tijuanense.
Se multiplican las malas lenguas en el sentido de que el principal objetivo del control absoluto de la policía en todo el estado, a cargo de la Comisión Estatal de Seguridad, tiene que ver con los arreglos y convenios con la delincuencia organizada. Es decir, ya los presidentes municipales no tienen la capacidad para alguna negociación con la maña, porque no manejan los cuerpos de seguridad, así que todo debe ser directo, ya entenderá usted el volumen del negocio.
Tal vez por eso sea que Capella está dispuesto a cualquier cosa antes de permitir algunas rebeldías, sin embargo, reflexionaban algunos juristas y concluían que los alcaldes pueden proceder legalmente en su contra con base en las declaraciones que viene haciendo, porque son amenazas veladas y violatorias de la Ley. Y en efecto, con todo ese aparato pueden simular cualquier tipo de hechos a fin de inculpar a los incómodos, bajo el concepto de que el poder es para ejercerse.