Sembrar las bases y despertar la consciencia de cientos de miles de ciudadanos, a fin de que creyeran en ese proyecto, no fue cosa fácil. Fuimos testigos del enorme trabajo que desarrollaron algunos de quienes participaron en su fundación, había que remar contra corriente, recorriendo calles, caminos y rancherías, tocando puerta por puerta, sólo así lograron convencer a muchos de las bondades que podía ofrecer otra institución político-electoral.
Entre muchos que contribuyeron a esa tarea, estuvieron algunos que por diversas razones o circunstancias de la vida se han adelantado en el camino, a propósito del fallecimiento, este fin de semana pasado, de José Luis Correa Villanueva, considerado por quienes se dedican a la política como un buen operador, negociador y estratega.
Pero antes que él, otros compañeros suyos de batalla también se ausentaron. Recordamos a aquel aguerrido y polémico Eloy Ortiz, un líder de izquierda de la región poniente del estado, quien intervino en muchas luchas, protestas y manifestaciones, sobre todo en contra de lo que calificaron como un fraude histórico a manos del tricolor.
Siendo legislador local en funciones, sufrió un accidente automovilístico que le cobró la vida, pintaba para más, porque ya para entonces se había convertido en un interlocutor de su partido con el régimen en turno. Algo casi similar le pasó a otra figura, caracterizada por su férrea posición a favor de las luchas sociales, Juan Ignacio Suárez Huape. Y mire que no hace mucho que también murió, cuando regresaba de la Ciudad de México en su auto con su esposa e hija.
Claro, otro aguerrido opositor al sistema y procedente de la región poniente de Morelos era Gumercindo Toledo Díaz, quien falleció por enfermedad, lo mismo que José Luis. Sin embargo, éste último en estrategia era muy capaz, casi siempre debió representar al PRD ante los órganos electorales. Era un elemento indispensable en la mesa de negociaciones para la reforma, porque con el apoyo de politólogos y políticos de primera línea, lograba colocar en el centro del debate la posición del perredismo.
En esta elección, su partido lo llevaba en el número uno de la lista de plurinominales, a fin de que ocupara por segunda ocasión una curul en la Cámara de Diputados, sin embargo por el número de distritos que los amarillos ganaron en las urnas, las tribunales en la materia decretaron que no tenían ya derecho a un espacio más y oficialmente se había quedado fuera. Pues se insiste, en que ese candado que limita a los partidos en lo que corresponde a la distribución de legisladores de representación proporcional, fue parte de una propuesta legislativa de Correa, pero que al paso de los años operó en su contra.
Correa Villanueva era muy inteligente y tenía medición casi exacta en relación al pronóstico electoral en su momento, por eso con bastante antelación, decidió ser un promotor de la figura de Graco Ramírez Garrido Abreu en sus aspiraciones a la candidatura por el gobierno de Morelos, era la parte de estrategia de quien finalmente logró el propósito de ser candidato y luego ganar la justa electoral del 2012 por la gubernatura.
Consideramos que su estatura merecía desde el principio una secretaría de despacho, sin embargo decidieron enviarlo a la Subsecretaría de Gobierno, ahí se la pasó buen rato. Se llegó a mencionar que en cuestión de tiempo, ascendería a la titularidad de la Secretaría de Gobierno, tampoco fue así, lo enviaron a una posición de segundo nivel en la Secretaría de Movilidad y Transporte, para hacer un trabajo fino, a fin de abrir brecha para poder dar forma al proyecto del Morebús en el estado, del cual no se sabe ya mucho.
Pero cuando se aproximaba el periodo electoral reciente, los perredistas lo instalaron en la presidencia del CDE del PRD, duró muy poco, acompañó el proceso, pero después, con el entendido de que sería diputado local de partido, cedió el mando a Rodrigo Gayosso que es el dirigente actual. No obstante, se mencionaba ya de alguna complicación en su salud, aunque él hacía el esfuerzo por mostrar lo contrario.
Hará cuestión de dos meses, un amigo mutuo nos enlazó en una llamada con él, precisamente porque ya se decía que estaba bastante delicado, pero el hombre respondió tranquilamente, parecía que se reponía. Sin embargo, la desgracia apareció el pasado fin de semana y con él los perredistas pierden a un cerebro que, no obstante las diferencias abismales en lo que se refiere a la representación que en años anteriores tenía el PRD en el recinto legislativo, a base de ideas y razonamientos, alcanzaba acuerdos bastante benevolentes para su institución.
Eran los tiempos en que los amarillos tenían dos o tres diputados locales, igual que los panistas, porque los priistas acaparaban la absoluta mayoría, aún así frecuentemente la izquierda se llevaba los debates en tribuna, José Luis era garantía de negociación. Y mire que del lado tricolor también había personajes con muchas tablas, uno de ellos Víctor Manuel Saucedo Perdomo, considerado además como mano dura, pero en reiteradas ocasiones había que ceder ante verdades inocultables.
Quedan aún buenos cuadros de batalla al interior del PRD, buena parte de ellos, por algunas diferencias con el mandatario han decidido tomar distancia, no desean participar en la actividad pública gubernamental, pero sin lugar a dudas José Luis Correa Villanueva era uno de los valores más formados para la operatividad, el debate y la propuesta, seguramente lo van a extrañar.