Desvanecer dicha percepción es tarea por demás difícil, porque la mala imagen que ya traen de años atrás se continúa acumulando, sólo acciones contundentes pudieran por lo menos conseguir que se les otorgue a los actuales diputados el beneficio de la duda.
Y como que hoy tienen una de esas oportunidades para demostrar ante sus representados, ya que tendrán enfrente a una de las figuras públicas más cuestionadas por su desempeño: el comisionado de seguridad pública Jesús Alberto Capella Ibarra.
El momento es interesante, porque hay una generalizada discusión en relación a la conveniencia o no de seguir con el Mando Único a nivel de municipios. Hay razones de sobra para exigirle al tijuanense explicación sobre decenas de sucesos, en los que se muestra un desempeño nada humano de sus muchachos.
Eso es lo de menos, el ambiente en materia de inseguridad sigue siendo terrible, la realidad no es la que el señor pinta en sus declaraciones, o mediante estadísticas maquilladas que esconden o tratan de simular circunstancias diferentes, cuando en la práctica seguimos en medio del fuego cruzado.
Sería hasta penoso que los representantes populares le sirvieran de tapete para que valide aquello de que estamos muy bien y que aquí no pasa nada. Y lo decimos, porque no estaríamos ante la primera ocasión, lo cierto es que la mayoría de las comparecencias que nos ha tocado presenciar, son actos preparados, en los que se le ponen balones al funcionario público para el lucimiento.
Sólo algunas veces se ha podido meter en aprietos a los invitados, pero nada preocupante, si hoy vemos actitudes complacientes, pues es porque ya les embarraron las manos y francamente alimentarían la decepción y todo tipo de sospechas en la relación de poderes.
Ya tienen muy hecho el formato, incluso se restringió a quienes pudieran representar mayor riesgo, o sea aquellos diputados que vienen mostrando más dignidad e independencia y cuyas interrogantes, estamos seguros, no serán del agrado del tijuanense, por eso sólo se les concederá una intervención y probablemente sin derecho a réplica.
Y es que para todo hay marrullerías, hay señales de que esperaron la comparecencia hasta que se le garantizara determinado trato a Jesús Alberto. Reiteramos, igual y el modelo policiaco no es malo, ya ha estado vigente en Morelos, durante administraciones pasadas. Sin tanto rollo y publicidad el gobierno del estado controlaba la seguridad territorial, porque además es una responsabilidad constitucionalmente compartida.
Las quejas van en función de que no parece estar dando los resultados prometidos, la delincuencia en todas sus modalidades no tiene freno, las arbitrariedades de los elementos policiacos son continuas y no hay voluntad del comisionado para aplicar sanciones que impidan la reincidencia.
En concreto, si los delincuentes siguen haciendo de las suyas, es porque se les permite y entonces hablaríamos de complicidades. Esta ha sido la parte imposible de resolver por décadas, nadie ha sido capaz o ha tenido la voluntad para combatir esas componendas y cualquier fuerza policiaca penetrada no tiene razón de ser porque operan en sentido contrario, es decir custodia a los maleantes, no a los ciudadanos, y este parece ser el caso.
Esa serie de vicios e irregularidades son las que le restan fuerza y validez y aquí el principal responsable es Capella, o también está metido hasta las chanclas en el negocio o es incapaz de poner orden. Y en cualquiera de los casos, a los gobernados no nos sirve; lástima de derroche económico en la materia.
Por lo menos lo abrieron, se podrá presenciar desde el pleno, porque inicialmente se intentó que fuera en comisiones y sin acceso a los medios de información, menos al ciudadano. Sin embargo, lo más seguro es que ya las preguntas vengan consensuadas para que no tenga problema alguno y por el contrario le sirva de oxígeno, para continuar presionando a los presidentes municipales para que le den continuidad al modelo.
Acaso hay uno que sigue manteniendo la dignidad y ojalá no se doble en el camino, el presidente municipal electo de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, quien ha pintado su raya, no les ha dado ni oportunidad de hablar con él y de esa manera los debe traer medio desconcertados.
Pero pareciera un solitario en el desierto, porque la absoluta mayoría de sus homólogos como que se manejan en doble línea, como que sí, como que no, y se les observa cierto temor, seguramente porque ya saben cómo se las gasta el comisionado, cuando hay que apretar a alguien no se tienta el corazón.
No olvidamos que al actual alcalde capitalino Jorge Morales Barud, le comenzó a sembrar todo tipo de delitos para “suavizarlo”, acciones acompañadas de filtración informativa en los medios, donde se insistía en que el gobierno municipal era incapaz de ofrecer seguridad a los capitalinos.
Pero hubo municipios en los que de plano, cuando ya ni la siembra de delitos funcionó para que los ediles en turno firmaran, desarmaron a las corporaciones policiacas locales y les inventaron todo tipo de antecedentes a los elementos, aduciendo, entre otras cosas, que estaban en complicidad con los delincuentes, cuando seguramente era lo contrario.
No hay de otras, los diputados tendrán que pedirle cuentas claras y sobre todo que explique por qué está convirtiendo en bolsa de trabajo para agentes de Tijuana a la Fiscalía General de Justicia, cuando en Morelos lo que hace falta son oportunidades de empleo para los lugareños, claro, lo malo es que se lo permiten. Si los señores legisladores no se aprovechan del momento, sin que tengan que ser groseros, pues entenderemos que ya vienen con las manos y los pies atados.