Pero además, como que en el despojo del triunfo del aspirante priísta Rafael Reyes su propio partido venía en componenda o arreglo, porque dejaron sólo a su candidato y desde el proceso de campaña. A pesar de las visibles atrocidades, el presidente del CDE, Rodolfo Becerril, dejó correr las cosas, lo que fortalece la teoría de que la plaza estaba vendida con mucha anticipación.
En torno a ello se han dicho muchas versiones, sin embargo, se quedan cortas frente al tamaño de la realidad que se presentó ese domingo y algunas horas previas al inicio de la jornada. Por ejemplo, no se había hecho público que ese 7 de junio, de manera simultánea y como a las cuatro de la mañana, hombres armados y encapuchados se presentaron en los domicilios de 14 líderes sociales de las estructuras electorales de Reyes, para advertirles que no se presentaran o pagarían las consecuencias.
Algunos se armaron de valor y no hicieron caso, pero la mayoría prefirió no arriesgarse e incluso se fueron ese día fuera de la entidad, por aquello de las dudas, porque no sólo eran ellos, la amenaza incluía a la familia completa. Es decir, se sembró el terror electoral y para ello se usaron elementos policiacos del Mando Único. La cosa es que aún con todo eso, el priísta ganó con 262 votos, de acuerdo a los conteos previos.
Uno de los que fueron amenazados y de quien nos reservamos el nombre por obvios motivos, decía a La Unión de Morelos que “compraron a cuatro representantes nuestros con 100 mil pesos y lo supimos, porque al verse descubierto, uno de ellos aceptó haber recibido 25 mil pesos para validar los resultados finales”. El tema viene al caso porque como en la percepción de las mayorías en Jiutepec quedó claro que fue un atraco, hay quienes proponen levantar un movimiento popular para impedir que Agüero tome protesta al cargo de edil el próximo primero de enero.
Bueno, por lo que sabemos, es el propio Rafa quien busca contener la reacción, considerando que sería un enorme riesgo para los participantes, así fueran miles, queda claro que ante lo ocurrido en campaña y el 7 de junio, no se tentarían el corazón para agredir a la gente con la fuerza pública, lo más prudente es dejar correr las cosas, ya el tiempo pondrá a cada quien en su lugar y usted lo verá en su oportunidad.
Los cálculos más conservadores indican que el ex priísta se gastó en promedio unos 25 millones de pesos, cuando el tope de campaña era de dos millones 100 mil pesos, en un proceso de derroche que parece haber ofendido al electorado, porque entre más dinero le metía, mayor era la reacción en su contra. Efectivamente, el amedrentamiento de los operadores de Rafa les funcionó, porque en esas zonas que quedaron sin vigilancia ganó Tovar, como en la Calera o Las Fuentes, a pesar de eso, no fue suficiente, seguía perdiendo y debió recurrir a la compra de representantes de casilla.
Pero, ¿porqué tanto interés es quedarse con Jiutepec?, inicialmente se especuló que la batalla era en contra de la posibilidad de que Morena se adueñara de la alcaldía, sin embargo, a media campaña se observó que no tenían nada que hacer, que la batalla sería con otra trinchera. Esto comienza a llamar la atención, sobre todo porque hay evidencias de que el partido en el gobierno y la administración estatal no le soltaron tanta lana, que acaso le habrían dado unos cinco millones de pesos, ¿de dónde salieron los otros 20 millones?.
Pues para algunos observadores la decisión de escamotear el triunfo a costa de lo que fuera tiene que ver directamente con el origen del financiamiento a Manolo, simplemente no había manera de jugar limpio, los compromisos eran tales que la comuna no estaba sujeta a ajustarse a la democracia. Para redondear más el conocimiento de lo que pasó, buscamos al propio Rafael Reyes.
Ya se imagina el estado de ánimo en que anda, sobre todo porque la dirigencia estatal del PRI parece haberlo entregado, sin embargo, aceptó ofrecer algunas reflexiones y destaca que no obstante tantas ofensas, todavía se continúa con una campaña de denostación en su contra, que desde la trinchera de Agüero se corre la versión de que se vendió para desgastar su figura ante quienes lo apoyaron.
Y también reconoce que en medio de la lucha electoral recibió señales que le aconsejaban no participar, porque era una alcaldía negociada, “lo desestimamos, porque desde el CEN del partido había un dirigente que siempre me estimuló, aunque a la hora de la verdad se abrió igual que los demás”.
Habrá que ver cómo revierte Tovar todo este enojo social una vez que asuma el cargo de edil, pero hay indicios de que sus adversarios le van a poner marcaje personal y a exigirle cabal cumplimiento a las promesas que hizo y que son demasiadas. Y si lo que buscaban era desmantelar las estructuras de Morena, parece que no hay tal, por el contrario, con todo lo ocurrido, ese partido viene de regreso y hasta donde se nos ha dicho, ya el senador Rabindranath Salazar Solorio tiene la bendición de Andrés Manuel López Obrador para ser el candidato a gobernador por ese instituto político en la justa del 2018, incluso ya anda reclutando cuadros para algunas candidaturas clave, entre ellas la de Jiutepec, desde luego, y no hay que olvidar que aquí en las elecciones presidenciales la izquierda del tabasqueño siempre ha ganado.