Es decir, que más o menos, desde la una y media de la tarde los elementos locales en esas alcaldías fueron desarmados, sometidos -como si fueran delincuentes- y enviados a la academia de Alpuyeca para hacerles los exámenes de confianza correspondientes.
¿Y el argumento?, pues que se trata de casos de fuerza mayor y que cuando es así legalmente se puede asumir el control de la seguridad, por encima de la voluntad de las instancias municipales. Y a decir de Quiroz Medina, grupos delincuenciales de Iguala y otros pueblos de Guerrero cercanos a Morelos están poniendo en riesgo la tranquilidad ciudadana en aquellos ayuntamientos.
Y además aclaró que lo anterior, no está a voluntad de los munícipes porque primero se encuentra el bienestar y tranquilidad colectiva. Son 127 policías degradados y a los que con toda seguridad les cargarán toda clase de culpas, como eso de que están coludidos con la maña, un argumento bastante útil en casos como éste.
También se advirtió que con todo lo que viene pasando en las cuatro alcaldías, se pone en riesgo la asunción de las nuevas autoridades en enero próximo y por lo tanto no había de otras, más que tomar el mando por la fuerza. Entonces, nos queda claro que las instancias locales no estuvieron de acuerdo con la determinación, de otra manera se habría hecho mediante mecanismos más civilizados.
Pero en el caso que nos ocupa, tendríamos que recordar que esos territorios en la entidad formaban parte de la estrategia de seguridad conocida como “Operativo Tierra Caliente”, donde la seguridad estaba a manos del Ejército, la Policía Federal, eventualmente la Marina y agentes del Mando Único. Es decir, un frente mucho más fuerte que las corporaciones del estado.
No recordamos que se nos informara del retiro de tal operativo, entonces ¿cómo nos salen ahora con todo esto? Claro, de que la delincuencia sigue haciendo de las suyas en nuestro territorio, lo anterior lo comprueba, pero como decía alguien en la rueda de prensa, entonces se debía haber agregado a medio estado, sobre todo Temixco, donde el secuestro cobra vida.
Pero más bien parece un mensaje para aquellos ediles electos que siguen considerando no darle continuidad al convenio del Mando Único y desde ahora, antes de que tomen protesta, ya se apoderaron del control policiaco en esas demarcaciones.
Habrá que esperar, pero seguro que en los cuatro ayuntamientos se quedará el MU por mucho tiempo, de tal manera que los nuevos cabildos ya no podrán hacer nada y habrán de apechugar. Pero ¿no será porque son plazas muy cotizadas en materia de la maña?, por ahí pudiera venir el asunto, se tiene que asegurar el negocio antes de que otros lo puedan explotar.
Por cierto, a propósito del anuncio, hecho con el acompañamiento del comisionado de seguridad Jesús Alberto Capella Ibarra, se les preguntó si pudiera ocurrir lo mismo en Cuernavaca si la siguiente administración mantuviera su posición del no al Mando Único y Quiroz Medina no le quiso entrar, sólo se excusó en que “Cuernavaca no es el tema de la conferencia de prensa”.
Observando el caso muy de fondo, pareciera que algunos de esos municipios no enfrentan condiciones de excepción en cuestión de inseguridad como se afirma. No, por lo menos comparado con lo que acontece en muchos otros ayuntamientos.
Quizás Amacuzac sí ha estado siempre en el ojo del Huracán, sólo que ahí se ve que simplemente no se quiere proceder contra los delincuentes, todo mundo sabe quiénes son los cabecillas y resulta que no los pueden atrapar, como dice el dicho “a otro perro con ese hueso”. Simplemente no está en las estrategias detenerlos, de tal manera que desde ese punto de vista no se justifica la acción de fuerza aplicada.
Lo anunciado ayer podría convertirse en un hecho rutinario a medida que nos acercamos a la toma de protesta de nuevos ediles, para atarlos de manos y despojarlos del control de su propia seguridad, lo quieran o no. La verdad se nos hace muy grosero, porque se aprovechan de la fuerza brutal como instrumento de sometimiento, en lugar de obrar con la razón y el entendimiento.
Por cierto, también se aprovechó la presencia de Capella, que acaba de regresar de Estados Unidos, para preguntarle qué andaban haciendo vehículos blindados de Morelos en Tijuana y respondió que “fueron el Zeus y el tiburón y no estaban en acción alguna porque ahí los construyen y salieron a prueba en las calles”. Y sacó parte de su veneno diciendo al respecto: “Esa es parte de la grilla perversa y mal intencionada de algunos medios informativos locales para pegarnos”.
Se ve que ya le comienza a pesar la crítica porque su deficiente desempeño al frente de la Comisión de Seguridad, es comentario obligado cuando de la materia se habla y cuando el pueblo pierde la confianza se hace más difícil la tarea, se antoja que nos encontramos ya ante una decepción colectiva.
Con esto de la imposición del Mando Único se deja sin empleo a los agentes locales, porque seguro saldrán con que casi todos reprobaron y por lo tanto van para afuera, a engrosar las filas del desempleo o igual también las de la delincuencia, en lugar de fomentar la ocupación.
No será con armas como se acabe con el delito, por el contrario, recuerde que violencia genera violencia y si el pueblo tiene que comer, no hay excusa para que se dedique a la comisión de delitos. Aquí se deja sin chamba a muchas familias, ¿hacia dónde las empuja? Como que no es lo más conveniente, hay que impulsar obra e inversiones.