Fue momento propicio para que el también escritor, a quien le mataron un hijo hace unos años, volviera a hacer un llamado a las autoridades estatales y federales, a fin de que muestren un poco de voluntad y sensibilidad y comiencen por lo menos por reparar los daños de tanta víctima de la violencia.
Insistió en que la situación sigue siendo extremadamente preocupante, mientras los responsables de las instituciones parecen no sentir ningún remordimiento por el sufrimiento de tantos morelenses acaecidos en este tiempo de cruda inseguridad.
Y es que ante fuertes presiones sociales, el gobierno se ha visto precisado a ofrecer algunas alternativas, sin embargo, en la práctica no hay nada. Caso específico, la aprobación de la Ley de Víctimas, cuyo fondo es por lo menos reparar los daños y secuelas provocadas por el crimen, pero que hasta el momento no se ha aplicado a favor de nadie.
Lo anterior, para Sicilia, es el reflejo claro del desprecio de un régimen frente a las secuelas de la inseguridad y es que esa ley hace ya bastante tiempo que se promovió, hasta se contrató –con un pago bastante significativo- a un personaje español considerado experto en esa materia, pero a los que han sufrido pérdidas familiares nadie les hace caso.
Para tal efecto, se conformó una comisión de víctimas, que sería el órgano que le diera seguimiento a cada caso o exigencia de reparación de daños, los cuales estarían devengando un ingreso, pero sin desarrollar hasta ahora, actividad alguna que justifique el gasto.
La cosa es que hoy día, para todo hay leyes que en buena medida se convierten en letra muerta, pero que cuestan una lana, pero cuyos efectos son nulos. Y el mismo Sicilia refería que esa maraña de reformas impulsadas por los gobiernos, son la muestra de cómo el mismo gobierno violenta sus propias normas, porque bastaría con cumplir al pie de la letra los preceptos constitucionales, para evitarse los cambios o adiciones.
Otro caso es el de la Ley Contra la Desaparición Forzada de Personas, que equivaldría a un secuestro y ¿es que acaso este delito no se persigue de oficio acorde con los códigos penales del estado?, sí, pero se debió recurrir a otro parche para ver si así se obliga al Estado a cumplir con su responsabilidad.
En lo que tiene que ver con la Ley de Víctimas, hasta un presupuesto fue aprobado en el Congreso local durante el año en curso. ¿Cuál ha sido el destino de dichos fondos?, no hay claridad, pero a nadie se le ha reparado el daño, que además de llevar una parte económica, contempla apoyo sicológico y moral.
Como ciudadanos estamos en la indefensión, no hay compromiso alguno de la autoridad “competente”, la infraestructura institucional, incluyendo los grupos policiacos sirven a intereses que muy poco tienen que ver con su deber social.
Como gobernados tenemos la impresión de que en buena medida, están al servicio de los grandes delincuentes, que pagan muy bien esos favores de complicidad oficial, a pesar que somos nosotros los que, con nuestros impuestos, pagamos esa burocrática estructura.
Por eso, el señor Sicilia tiene mucha razón, las protestas y marchas en las calles para reclamar justicia de poco han servido y recordó que su movimiento sigue esperando que la autoridad local cumpla la promesa de generar un padrón de víctimas, cuya imagen sería colocada en un espacio exclusivo para ello. El actual secretario de Movilidad y Transporte Jorge Messeguer Guillén hizo esos compromisos siendo secretario de gobierno.
TAMBIÉN RAMÓN CASTRO LEVANTÓ LA VOZ
Pero ayer también el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, reclamó mayor compromiso de gobierno con la sociedad, en lo referente a la delincuencia. Abordado cuando hacía un recorrido por el Centro Histórico para bendecir a algunos puestos comerciales, lamentó el grado de violencia que padece el pueblo y lo empuja a “abrazarse de vacíos, como la drogadicción o la maldad” y amplió la información sobre el atraco del que fue víctima.
Dijo que transitaba por avenida Morelos, cuando un sujeto le dijo que traía mal un neumático, “así sucedió en la siguiente esquina con otro y luego un tercero más que me advirtió que una llanta estaba por desprenderse, lo creí y me detuve. Pero me sugirió que fuéramos a una calle menos transitada para arreglarlo, porque ellos eran mecánicos, pero ahí me di cuenta que había caído en la trampa”.
“Me pidieron mil 500 pesos y disque 35 mil por el arreglo, les dije que tendría que ir al cajero y que sólo uno fuera conmigo, porque eran varios, pude pedir auxilio a Catedral y la libré, el tipo huyó”. Luego agregó: “sé que eran peruanos porque estuve algunos años en Centroamérica (sic) y conozco perfectamente los acentos”.
El prelado considera que la pérdida de valores y ausencia de compromiso de las autoridades, nos ha llevado a este índice de maldad. Habló incluso del Mando Único, estimó que conforme a las quejas de mucha gente, no ha resuelto el problema y de paso sugirió que se le debería permitir al alcalde electo Cuauhtémoc Blanco Bravo, diseñara su propia estrategia de seguridad en la capital, “nosotros coadyuvaremos en lo que podamos”.
Y finalmente dijo no estar de acuerdo, con eso de la legalización en el consumo de mariguana, “yo creo que en nada va a ayudar, por el contrario, se pondrá aún más complicado”. Y bueno, tampoco la Iglesia ha escapado al delito, porque ya robaron en Quebrantadero y Oaxtepec, “se viene perdiendo el temor de Dios y eso causa muchos efectos negativos en aquellos que se alejan de él”, advirtió e insistió en que el problema es más grave de lo que se dice, sólo que muchos, por temor, no denuncian.