Con mayor frecuencia, encabeza reuniones y exposiciones en las que da forma al proyecto que piensa desarrollar y en lo que toca a la seguridad, sigue firme en aquello de no renovar el convenio de Mando Único. Ahora está siendo cobijado por cámaras locales empresariales y de comercio en este tema, porque en su absoluta mayoría, los miembros de las mismas han sido víctimas de toda clase de atrocidades, sin que se aprecie el más mínimo esfuerzo por parte de quienes ofrecieron resolver los reclamos generalizados en ese sentido.
La delincuencia sigue haciendo de las suyas y por eso la mayoría de los sectores organizados están considerando apoyar la posición del Cuau de poner en práctica nuevas estrategias y modalidades, algo así como aproximar mucho más a las corporaciones policiacas con el ciudadano.
Por lo menos eso ofrecieron ayer en una exposición, en la que el edil electo estuvo acompañado por el abogado Carlos de la Rosa Segura, quien pareciera perfilarse como el próximo secretario de seguridad, cosa que tampoco está siendo aplaudida desde Palacio de Gobierno del estado, porque al final de su paso por el Congreso como diputado local, se convirtió en una “piedra en el zapato”, por su incisiva crítica contra el mal desempeño de la administración, a pesar de que llegó a la Cámara por la vía del frente de izquierda en el 2012.
Pero la tarde noche del pasado primero de diciembre, el famoso deportista encabezó otra exposición en la que se hizo acompañar de Jorge Becerril Sánchez, titular de obras públicas en la comisión de enlace, y en donde se mostró el terrible desorden que ha tomado el rumbo de la capital en los años recientes.
Es cierto que se habló de la necesidad de recuperar a la ciudad mediante acciones diversas, sin ofrecer el origen de los recursos económicos para ello, pero buena parte de las sugerencias parecieran no requerir de mucho presupuesto, acaso voluntad del Ayuntamiento para aterrizarlas.
Se dijo por ejemplo que en el primer cuadro de Cuernavaca y las arterias de mayor circulación hay una contaminación visual impresionante, que existen anuncios y publicidad sin orden, ni control, que rayan en lo inadmisible.
Imponer orden requerirá más de fuerza y de aplicación de las normas existentes en esa materia que de dinero y entonces se puede hacer, incluso con el apoyo de empresarios y comerciantes, porque ellos serían los primeros beneficiados en una transformación de imagen que recupere la afluencia turística.
También se hacía énfasis en buscar la manera de devolverle a la capital la belleza que le caracterizó hasta hace unos años, instalando jardines colgantes y otros atractivos naturales que tampoco exigirían cantidades económicas significativas.
Pero tenía que haber alguna referencia en torno a lo que ha estado pasando con el Centro Histórico, calificado por Cuau y Becerril como un auténtico cochinero. El Jardín Juárez y Plaza de Armas pueden mejorar sustancialmente si se les aplica una manita de gato, con el sólo hecho de que se saque de ahí a toda clase de vendedores ambulantes y vagabundos que pululan por todas partes y en las tardes y noches transforman dichas áreas en un sanitario público, ya cambiarían las cosas. Y si a ello se le agregan mejoras ornamentales, mucho mejor.
Claro, sí se requerirá dinero para cuestiones más sofisticadas, pero igual y se pueden conseguir vía la gestión en dependencias federales, porque se nos antoja que localmente la posición será poner toda clase de obstáculos al nuevo gobierno municipal a fin de abonar en su fracaso.
Es decir, la exposición mostró que Becerril Sánchez tiene muy clara la radiografía de Cuernavaca y se perfila como el secretario de Obras Públicas en la nueva administración, así que por lo menos a nivel de propuesta y desarrollo de proyectos, está a la altura de las circunstancias.
INSTITUTO DE CRÉDITO, ¿CAJA CHICA?
Y en un tema distinto, dentro de estos recientes días, cuando los trabajadores de los tres poderes locales y de algunos ayuntamientos salieron a protestar por la iniciativa de ley enviada al Congreso por parte del Poder Ejecutivo a fin de modificar el sistema de pensiones y jubilaciones, aparecieron algunos asuntos que pasaron desapercibidos.
Uno de ellos, por demás interesante, expuesto al calor de la protesta el pasado primero de los corrientes, cuando los dirigentes de distintos gremios deliberaban con la comisión del trabajo del Congreso local, lo puso sobre la mesa la dirigente de la asociación de jubilados y pensionados Ana Lilia Ocampo Castrejón y que nadie de los medios informativos pareció captar, fue aquello de que el Instituto de Crédito de los Trabajadores del gobierno estatal y ahora de municipios, se ha convertido en una especie de “caja chica” del Ejecutivo.
Buscándole un poco más, con algunos de quienes forman parte del Consejo de Administración de esa institución, se pudo confirmar que en efecto, durante el presente año el gobierno del estado ha tomado “prestados”, de los fondos de la misma, 100 millones de pesos, ministrados en tres partes.
Primero, se le entregaron 60 millones de pesos en calidad de crédito, por ahí a mediados de abril, ya para mitad del año volvieron a solicitar 30 millones más y hace cuestión de semanas los restantes 10 millones que completaron los 100 millones y con intereses menores a los que se les cobra a los derechohabientes por préstamos.
Pero no sólo eso, que durante el 2014 la mayoría de los funcionarios de primer nivel, por recomendación superior, recibieron 600 mil pesos cada uno para la compra de autos, a fin de no utilizar los vehículos oficiales. La cosa es que sostienen los quejosos, ni los 100 millones de pesos, tampoco los préstamos para autos, están siendo reintegrados, no hay informe alguno sobre el caso en la administración del instituto.