¿Los motivos?, la ausencia de cumplimiento de compromisos de campaña y la conformación de un gabinete que obedecía a intereses de un grupo cerrado de personajes que desplazaron a quienes consideraban que por haber sido parte de un proyecto político y además militantes del nuevo partido en el poder, tendrían cabida en el gobierno.
La absoluta mayoría de los que hicieron posible la hazaña de ganarle al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la justa del 2012, ya que aparecía como el enemigo a vencer, fueron dejados fuera del proyecto y al paso de los meses optaron por tomar distancia.
Pero tampoco fue sólo eso lo que menguó tempranamente la fortaleza electoral con la que arribó el Partido de la Revolución Democrática (PRD) al poder en la entidad, aparecieron fenómenos adicionales muy importantes que sembraron la decepción.
El proyecto de una administración de izquierda, entendido como de un régimen cercano al pueblo, impulsor de acciones diversas para combatir la pobreza y la marginación no se veía por ningún lado. No pocos “amarillos” admitían que en los hechos, era un gobierno más derechista que el ejercido por Acción Nacional y además con un alto grado de mano dura y agresividad en contra de aquellos que diferían o se mostraban en contra.
A base de fuerza y acompañamiento del gobierno central, el naciente sexenio fue imponiéndose ante débiles adversarios y opositores que, cuando se requirió, recibieron órdenes de disciplinarse desde las mismas cúpulas nacionales, como en el caso del tricolor y Acción Nacional.
Así se logró sacar adelante un crédito de 2 mil 806 millones de pesos, para cuyo propósito, no se elaboró un proyecto ejecutivo que lo justificara. A pesar de esos vacíos legales, el Congreso local debió aprobarlo, el asunto es que hasta el momento y a cerca de dos años de aquello, no hay claridad respecto al destino de los fondos, acaso la remodelación del Estadio Agustín “Coruco” Díaz en Zacatepec.
Todo eso, no obstante que ha logrado ser controlado por la visible complicidad del recinto Legislativo, ha podido trascender al ciudadano y causado enojo en grados bastante preocupantes y de ahí que la gente perdiera credibilidad en sus autoridades.
La puesta en marcha –como experimento nacional en Morelos- del modelo policiaco Mando Único, es otro de los temas que más desgaste de imagen le ha causado al gobierno en turno, hasta llegar al enfrentamiento político con los ayuntamientos porque los despojan de su derecho de autonomía, previsto en el artículo 115 constitucional, para poder participar en la seguridad de sus respectivos territorios.
Y en este terreno, el operador del mismo, el comisionado de seguridad Jesús Alberto Capella, un tijuanense importado expresamente para ello, a decir de muchos alcaldes, ha tenido que recurrir incluso a la amenaza con tal de obligarlos a firmar los acuerdos en la materia.
Ayer mismo el edil de Tlaquiltenango, Enrique Alonso Plascencia, quien acompañado del senador Fidel Demédicis ofreció una rueda de prensa para lamentar la posición de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ante el amparo solicitado contra el Mando Único, dio fe de cómo son tratados algunos de sus compañeros por defender el ámbito de sus facultades. Lo menos que dijo es que “desde que me manifesté en contra de dicho modelo de policía, he recibido toda clase de amenazas, incluso de muerte y no me digan que no sospechan de donde vienen”.
Luego agregó que “entre otras cosas, señalan que me pasará lo mismo que a la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota Ocampo, que tendré que recoger a mis hijos de las calles sin vida un día de estos y que más vale que le baje de h…”
El presidente municipal no tiene duda de que todo viene del comisionado Capella Ibarra, porque “desde el gobierno estatal estoy siendo amedrentado y hasta se me quiere acusar de delincuente, cuando la misma dirigencia del PRD me tomó protesta como candidato”. Y agregó que “si fuera así, entonces quiere decir que aceptan delincuentes en sus filas y que ellos mismos son delincuentes”.
DESPRESTIGIO EN MEDIOS INFORMATIVOS NACIONALES
Y si bien, salvo raras excepciones, todo este ambiente no había sido considerado en medios informativos de alcance nacional, desde hace un buen rato, ya televisoras, noticieros de radio y prensa escrita parece que empiezan a tomar nota y no precisamente para hablar bien de Morelos y su gobierno, por el contrario, para dar fe de una mínima parte de lo que está pasando.
Ayer, un rotativo mostraba en primera plana algunas de las fases que nos han llevado a condiciones verdaderamente lamentables de acciones de corrupción y que inciden directamente en nulos resultados de productividad gubernamental frente al ciudadano.
Como que todo este asunto que tiene que ver con la confrontación que libraron gobierno estatal y el alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, precisamente en torno al Mando Único, fue lo que llamó la atención en medios nacionales y algunos de ellos enviaron compañeros periodistas a investigar. Los resultados ya se aprecian, hay bastante tela de donde cortar.
Y claro el asesinato de la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota, fue otro tema que les interesó por lo que está aconteciendo en esta tierra tlahuica, pasando igualmente por las fosas con 150 cadáveres encontradas en Tetelcingo, municipio de Cuautla.
No obstante todo eso, la administración local sigue desestimando el sentir popular, considerando que las complicidades con algunas instancias del gobierno federal, serán suficientes para evitar problemas mayores a la hora de rendir cuentas. Al final del camino, ¿podrá ser eso suficiente?, por lo menos es lo que consideran desde el primer plano de quienes gobiernan la entidad, hay que esperar.