Al preocupante suceso se sumó otro de mucha trascendencia para los capitalinos, cuando desde palacio de gobierno, se emitió el decreto que imponía en Cuernavaca y 14 ayuntamientos más, el modelo policiaco que reiteradamente había rechazado el alcalde Cuauhtémoc Blanco Bravo.
El alcalde de Tlquiltenango, apelando a sus derechos constitucionales y de autonomía municipal, rechazó la medida y a pesar de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación le aconsejó acogerse a la decisión gubernamental mientras se definía el fondo de la controversia interpuesta, se mantuvo firme en su negativa.
Pero el crimen contra Gisela se mantenía vivo y dio origen a un enfrentamiento al interior del Partido de la Revolución Democrática. El gobernador y el senador Fidel Demédicis Hidalgo entraron en un choque mediante acusaciones mutuas de presunta corresponsabilidad en esos hechos, que alcanzó los medios nacionales de comunicación. Cada quien por su lado desarrolló una campaña para defender su postura, empujando al desgaste propio e institucional.
Pero todavía con esos focos encendidos, apareció el reclamo del rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez, quien asegura que el gobierno estatal no le ha entregado cientos de millones de pesos que la Federación canalizó vía el gobierno de Graco para inversión e infraestructura.
Sobre el tema se hizo publicó una carta abierta en la que se da fe puntual de los conceptos que se han incumplido y ante los cuales existe una férrea negativa oficial por reconocerlos, evidenciando que se destinaron a acciones que nada tienen que ver con la máxima casa de estudios.
Es decir, desde el arranque del año las cosas se le pusieron negras al gobernador: emergió una crisis de gobernabilidad que seguramente lo obligó a guardarse, porque durante cerca de dos semanas no tuvo agenda y la administración pública cayó casi en la parálisis.
Pero alguien nos recordaba que la mala estrella comenzó con los resultados de las elecciones del pasado siete de junio, que porque la derrota de su alfil a la comuna de Cuernavaca, Jorge Messeguer Guillén, fue un golpe directo al corazón. sSimplemente lo dejó sin candidato propio a la sucesión y existe mucha razón en ese análisis.
No obstante, la credibilidad se fue perdiendo a medida de que la misma figura del mandatario parecía anclada al arranque de su sexenio, ya que nunca ha logrado superar el discurso de la beca salario, mujeres empresarias, Mando Único y así como la vemos, igual y termina con la misma cantaleta.
Pero como referíamos recientemente, la beca salario la paga el gobierno federal, su “gran hazaña” es haber mantenido la gestión del apoyo, pero no es dinero estatal, solo el cinco por ciento que es nada, lo que significa para los morelenses, que a casi tres años y medio de haber tomado el cargo, no ha hecho prácticamente nada y como gobernados exigimos respuestas y resultados, simplemente no hay más que cifras alegres.
JUBILADOS ACUSAN DE DESVÍOS AL INSTITUTO DE CRÉDITO
Y como todo el desaseo viene por la parte económica, pues no podía faltar otro negrito en el arroz, porque la asociación de jubilados y pensionados del gobierno estatal acusó a la administración del instituto de crédito de presuntos desvíos de cientos de millones de pesos.
Ya había algunos antecedentes sobre este escabroso asunto, porque la dirigente de la agrupación, Ana Lilia Ocampo Castrejón, en su oportunidad dijo que vía la Secretaría de Hacienda se dispuso, ¿en calidad de préstamo? de cerca de 100 millones de pesos que nunca han sido reintegrados. Pero además, con cargo a los fondos del instituto, también se les compró auto propio y de lujo a los integrantes del gabinete de primero y segundo nivel, unidades de 700 mil pesos -¡qué le parece!- que tampoco han pagado.
¡Pero ahora resulta que la administración de ese organismo les ha notificado que este año no habrá créditos que porque no hay dinero, cuando ellos siguen aportando sus cuotas, que les son descontadas directamente de sus cheques de nómina. La institución debe contar con un monto acumulado superior a los mil millones de pesos, la cosa es que por lo que se les notificó, no aparecen, ¿Quién se los llevó? ¿de pura casualidad no lo imagina? Nosotros tampoco, sólo simples especulaciones, si son re honestos.
Pero para que tuviéramos más indiciosa de por dónde viene el problema, aseguraron que durante esta administración, el Instituto de Crédito se convirtió en la caja chica de gobierno del estado y eso, de ser real, representaría un robo en despoblado, porque se trata de recursos sagrados de los burócratas, ya que ellos han generado su propio ahorro al paso de los años.
Como muchas cosas que hicieron historia en aquel sexenio, el entonces gobernador Lauro Ortega Martínez creo el instituto, inicialmente, sólo para los trabajadores estatales, y al paso de los años se fueron incorporando más agrupaciones, sobre todo municipales, ampliando la capacidad de recepción de fondos y la bolsa estuvo siempre en crecimiento, pero hoy salen con que no hay de dónde agarrar, eso simplemente no puede ser posible.
No pocos observadores consideran, en una búsqueda de razones para entender lo que viene aconteciendo en la visible quiebra de las finanzas públicas estatales, que ante desvíos de cientos de millones y gastos indebidos como los de las campañas electorales del año anterior, se vaciaron las arcas y en una desesperada acción por no mostrar la realidad, han venido agarrando de donde sea, sin medir las consecuencias ni ver a quién se amuelan y por aquí pudiera venir el caso del instituto; no le encontramos otra razón.