El temor es que ante el cinismo con que se han venido manejando los temas, sobre todo económicos en el régimen, gobernador y funcionarios los dejen en quiebra, porque sostienen que todavía se le sigue usando como caja chica para resolver necesidades urgentes del gobierno.
Miembros de la asociación de jubilados y pensionados de quienes omitimos los nombres, dijeron a La Unión de Morelos que desafortunadamente la mayoría de los miembros de la junta de gobierno, que es el órgano colegiado que aprueba o rechaza cualquier petición en lo que se refiere a la concesión de préstamos, se ha mostrado complaciente y entregada a los intereses del propio gobernador Graco Ramírez.
Y ¿quiénes son esos personajes?, pues en la junta de gobierno hay representantes de los tres Poderes del Estado, de los sindicatos de los mismos, incluyendo el de los burócratas, de las organizaciones gremiales municipales que cotizan, pero en el caso de la administración estatal, participa la Secretaría de Administración, la Contraloría, por ejemplo.
Fue este órgano el que por mayoría de votos aceptó prestarle al gobierno cerca de 100 millones de pesos, primero. D+espués 600 mil pesos a cada miembro del gabinete para la adquisición de vehículos, pero aún así, consideran que debería haber suficiente dinero como para que se les siguieran dando los créditos a los trabajadores sin mayores conflictos, sin embargo, no es así, la dirección general les ha informado que no habrá apoyos este año.
Y mire que es un buen dinero el que se recauda mensualmente por concepto de aportaciones de los afiliados, uno de los informantes decía que deben ser en promedio unos 25 mil derechohabientes, a razón de unos 150 pesos mensuales cada uno, o sea, que mes con mes se reúnen más de tres millones de pesos.
Pero el techo general que se llegó a reunir ha sido siempre muy por encima de los mil millones en los recientes años, entonces piensan que el gobierno sigue tomando el dinero para cubrir sus necesidades de manera cotidiana y ya sin el permiso de la junta de gobierno.
Y como buena parte de los funcionarios de primer nivel, incluyendo a Ramírez Garrido no son morelenses, pues estiman que en su oportunidad huirán como delincuentes sin pagar los adeudos con esa institución y a decir verdad, la mayoría de ellos son capaces de eso y más.
Por todo eso y otras cosas, se hacía hincapié en el sentimiento de rechazo prácticamente generalizado a quienes gobiernan hoy el estado, pero desde el interior. Bueno, uno de los ex trabajadores y ahora jubilado aseguró que en estos más de tres años de gestión, muchos burócratas han optado por la jubilación, así sea parcial, con tal de tomar distancia del quehacer gubernamental.
Y recordaba que pasaron por gobiernos sensibles, como el de Sergio Estrada, que acostumbraba celebrar con ellos los festejos del Día de las Madres o del aniversario del sindicato. El señor ofrecía toda clase de apoyos y hasta regalos, además de convivir de cerca con todos, le gustaba mucho bailar con el personal, hoy día hay que desarrollar muchas gestiones para poder lograr algunos beneficios, porque nunca tienen dinero y Graco ni el saludo les da cuando por desgracia se lo llegan a topar.
EN MEDIO DE LUJOS, JORNADA CONTRA EL HAMBRE
Y en otro orden de ideas, ayer, en medio de largos y cansados discursos en los que se hizo gala de conceptos y expresiones a fin de ponderar los supuestos éxitos en la materia, se anunciaron los alcances del programa “Cruzada contra el hambre” para Morelos en el año en cuerdo.
Ya sabe usted, ahí entre cómplices y vividores del presupuesto público todo fue color de rosa; para ellos, hasta ahora los efectos del mismo han sido un rotundo éxito, aunque existan señalamientos de mal uso de los fondos federales, particularmente en manos del delegado estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Jorge Meade Ocaranza.
Pero eso es lo de menos, aquello fue anunciado en un lujoso hotel restaurante de la ciudad y estamos seguros que los costos del consumo que se hizo y todos los gastos del evento serán a cargo del presupuesto gubernamental y de los recursos del mismo programa.
Las necesidades son tantas que cualquier gasto innecesario alcanzaría para alimentar durante algunas semanas a tres o cuatro familias en la marginación. Bien se puede usar un espacio propio, como Plaza de Armas o la de Solidaridad, si es que se quiere cuidar lo poco que se tiene frente a tanta hambre.
Pero no es así, para esta pandilla de fascinerosos que no tienen dificultad económica alguna, porque -sobre todo funcionarios de gobierno y gobernador- lo que no ganan lo agarran como si fuera suyo, cualquier tema es motivo de actos de lujo y suntuosidad, por eso nos tienen de cabeza.
Eso sí, ya el secretario de Gobierno, Matías Quiroz Medina, reconoce que la cuestión financiera del gobierno morelense no anda muy bien, por eso no se descarta otro adelgazamiento de la nómina de burócratas, sólo que le pegan a los más amolados, los recomendados por los altos mandos siguen pegados del erario como sanguijuelas y ganando lo que quieren sin trabajar.
Dicen que el pez por su boca muere y estamos viendo cómo las autoridades estatales de hoy practican con creces todo lo que criticaban de sus antecesores, porque si alguien se distinguió siempre por buscar rentabilidad electoral con base en los golpes y la crítica a sus adversarios, ese fue Graco Ramírez.
Sólo que el que al cielo escupe en la cara le cae y ahora incluso aquellos a los que cuestionaba han sido muy caballerosos, porque no obstante el cúmulo de evidencias del robo descarado del mandatario, han guardado las formas, tienen muchos elementos como para exhibirlo como lo que es, un pillo de mil suelas, pero prefieren conducirse con madurez.