Si bien es cierto que en el caso de Ramírez Garrido, hablamos de un personaje que comenzó a hacer presencia en Morelos previo a las elecciones presidenciales de 1988, cuando Cuauhtémoc Cárdenas estuvo cerca de ganar la contienda, en el caso de los hijos de la pareja no había mayores antecedentes.
Se aprecia que con mucha anticipación, el tabasqueño venía armando todo tipo de estrategias y acuerdos político-electorales con miras a contender por la gubernatura, lo intentó en la justa del 2006, pero el perredismo local no le permitió y en su lugar se promovió a Fernando Martínez Cué, que también estuvo cerca de ganar la gubernatura. Por unos cuantos puntos porcentuales se la llevó el panista Marco Adame Castillo.
Bueno, pues Martínez sigue sosteniendo que ya desde aquella elección, se conoció de un pacto entre Adame y Graco, es decir, que el actual mandatario se la habría jugado con el panista, con la condición de que en el siguiente proceso, el 2012, le devolviera el favor, como parece haber ocurrido, porque eso sí es real, Adame nunca apoyó al aspirante del Partido Acción Nacional (PAN) a la gubernatura, Adrián Rivera Pérez; le apostó a Garrido Abreu y en ello toma cierta seriedad lo que afirma Cué.
Pero también fue un hecho que en las elecciones intermedias del 2011 por la presidencia municipal de Cuernavaca, el entonces senador “perredista” hizo acuerdos con el candidato del Partido Revolucionario institucional (PRI) Manuel Martínez y le cobró la factura a través de su hijastro Rodrigo Gayosso Cepeda, quien se desempeñó como secretario del Ayuntamiento.
Es precisamente aquí cuando comienza a conocerse el nombre del hijastro, porque hasta antes de eso, los “júniors" no existían. Muy pocos sabían que el hoy mandatario tenía un hijo llamado Domingo y que consideraba como propio al de Cepeda de León.
Hacemos algunas reflexiones respecto al pasado reciente de quienes hoy son motivo de polémica y debate público por los excesos de corrupción con los que se manejan, tratando de mostrar que ya traían antecedentes fuertes en ese sentido.
Todavía no se cierra el capítulo referente al paso de MMG por el Ayuntamiento capitalino, se han dado detenciones de ex funcionarios suyos por presuntos delitos de malversación de fondos públicos, pero a decir verdad, no se ha tocado a los que desfalcaron las arcas y dejaron en quiebra a la comuna, el propio Manuel y sobre todo Gayosso Cepeda.
En su momento, quedó perfectamente claro que los contratos de mayor presupuesto, como en el caso del distribuidor vial de la glorieta Emiliano Zapata, la repavimentación de la parte sur de la avenida Morelos o el Parque Acapantzingo, se los dieron al padre biológico de Rodrigo Gayosso y ¿cuánto dinero cree usted que se llevaron por concepto de mochada de esas inversiones?, porque desde ahí enseñaron y mostraron a qué venían.
Podríamos sostener incluso que antes de todo esto, la familia Ramírez Cepeda económicamente vivía en la medianía, no tenían muchos problemas financieros, pero tampoco abundancia. La vida empezó a cambiarles en el gobierno de Garrigós.
Es decir, ya se había ventilado públicamente el robo abierto que se dio en el periodo 2009-2012 y entre cuyos responsables principales aparecía Gayosso. Claro, no obstante que debieron beneficiarse con cientos de millones de pesos del erario público, son minucias comparado con lo que se vienen embolsando en estos momentos, porque sus tentáculos están en todos lados, no se puede adquirir un alfiler sin que se cobre el porcentaje, que se afirma, es del 20% del monto a negociar.
En lo que toca a Graco, la historia es muy larga, ya lo decíamos recientemente, más allá de que logró incursionar en cargos de representación popular, siempre por la vía plurinominal, desarrollaba trabajos de mercenarismo político para el viejo régimen, sin embargo, no era como para hacer fortuna, acaso para pasarla muy bien.
Es decir, la inmoralidad y ausencia de ética y honradez fue una constante histórica en su desempeño, por eso a quienes conocemos un poco de sus antecedentes no nos sorprende lo que pasa hoy en Morelos, porque se advierte que a eso venían: a llenar las maletas para luego tomar distancia y por ahí va la estrategia.
Claro, es a través de Gayosso por donde la pareja en el gobierno está haciendo los negocios más grandes, los hijos de Ramírez Garrido se manejan con algo más de discreción, uno de ellos por ejemplo, es el que está detrás de la realización de eventos artísticos y musicales en la arena Teques o en otros escenarios, el chiste es llevarse un billete.
El asunto es que entre ellos usan espacios construidos con el dinero del pueblo, porque la Arena Teques fue una obra con presupuesto público. ¿Cuándo le han dado un corte de caja a la sociedad sobre esos ingresos?, nunca, y jamás se la van a ofrecer, porque aquello es un negocio de familia.
Y a pesar de que sobre la resistencia y negativa de la mayoría de la militancia perredista, desde Palacio se impuso a Gayosso en la dirigencia del partido, ¿con qué propósito?, pues que exista alguna justificación para que en las próximas elecciones el muchacho se adueñe de una curul en la Cámara baja como diputado federal y protegerse con el fuero constitucional de todo lo que le lloverá en su oportunidad.
Claro, los responsables intelectuales de la rapiña que se está aplicando en casi todas las secretarías de despacho del gobierno estatal vía Rodrigo, son Graco y Elena, porque hay información de que es a ellos a los que se les rinde cuentas de todo lo que se va recaudando por concepto de adquisiciones, obra pública y contratos diversos que representen dinero de por medio.
¿Cómo se estarían repartiendo los bienes?, eso tampoco queda muy claro, sin embargo, para algunos funcionarios que conocen de cerca a la pareja, son la señora y el gobernador los que controlan prácticamente todo y para llevar un estricto manejo de esos asuntos se reúnen tres personajes, generalmente los miércoles de cada semana, en un corporativo de Polanco, en la Ciudad de México: Graco, Gayosso y Domingo.