Si bien a nivel de partidos políticos el trabajo es casi imperceptible, ya cuadros distinguidos de los mismos se han echado a la calle con todo, buscando la proximidad con los electores e intentando tomar ventaja respecto a adversarios internos en cada uno de los institutos políticos.
Particularmente en el estado de Morelos, los resultados en la elección del pasado 5 de junio, han tenido un impacto de trascendencia porque el gran perdedor de la justa ha sido el Partido de la Revolución Democrática (PRD), al que pertenece el gobernador tabasqueño Graco Ramírez Garrido.
Si bien las condiciones se antojaban ya adversas para el partido en el poder estatal antes de esa fecha, lo ocurrido pareciera ser el tiro de gracia y lo que se comienza a percibir, es que muy tempranamente, el PRD de Ramírez Garrido –porque hay otras corrientes que caminan separadamente- no tiene nada que hacer en la contienda que viene.
No obstante, hoy día el escenario se antoja bastante confuso, porque las instituciones partidistas enfrentan un desgaste sin precedentes y más bien se comienza a considerar que la fortaleza será en función de los aspirantes a cargos de elección popular.
Es cierto que Acción Nacional pareciera venir de regreso, pero en el caso muy particular de esta entidad, sus estructuras no garantizan mucho, sobre todo al interior del estado, hay municipios en los que el panismo carece de dirigencias locales formales y eso cuenta mucho a la hora de la verdad. Tendrán que desarrollar un trabajo muy profundo para mejorar su estructura funcional.
Es en Cuernavaca y su zona conurbada donde siguen teniendo el mayor número de simpatizantes, pero lo que pasó el domingo anterior, evidentemente los oxigena y fortalece, de tal manera que parece, que como en los equipos de futbol, pasan por su mejor momento en cuanto a percepción de los electores.
El Revolucionario Institucional necesita primero renovar su dirigencia estatal, el presidente del mismo Rodolfo Becerril Straffon ya cumplió con lo que le tocaba y su permanencia ahí será dañina en lo sucesivo. No podemos siquiera hacerle alguna evaluación mientras no elijan al nuevo líder. Lo más seguro es que se den hasta con la cubeta entre corrientes a fin de quedarse con el partido y eso los va a desgastar más.
Pero hay cuadros que ya tienen rato trabajando cerca del electorado y son éstos los que pudieran ser competitivos a la hora de la verdad. Y más allá de los partidos, advirtiendo que la casa se le viene encima, Graco ha iniciado una guerra abierta en contra de aquellos que considera, pudieran tener posibilidades de alcanzar la candidatura al gobierno estatal, ya sea por algún partido o de manera independiente.
Sin aspirantes de nivel a ninguna posición de relevancia, busca impedir el ascenso de figuras como la del rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez; sin embargo corre el riesgo de despertar aún más el descontento en su contra.
Con Vera parece estar sucediendo lo que le ocurrió a Andrés Manuel López Obrador en el 2006, cuando desde la Presidencia de la república, entonces en manos de Vicente Fox, se le persiguió con la clara intención de sacarlo del camino, pero ocurrió lo contrario, lo fortalecieron a tal grado que les ganó la presidencia, aunque lo despojaron de la misma para dársela a Felipe Calderón. Aquí, cada embestida del desprestigiado gobernador representará oxígeno puro para Alejandro y si no, al tiempo.
Sin capacidad para contener la agitación, el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) pareciera un simple espectador, adolece del nivel y autoridad para llamar a la cordura a los involucrados, que tempranamente han iniciado el trabajo electoral.
A diferencia de otras coyunturas pre electorales, no hay una definición más o menos clara respecto al rumbo que pudiera tomar la elección del 2018, donde se elegirá al nuevo gobernador. Algo quedó claro en la justa del 2015, la figura de Ramírez Garrido le hará daño a todo aquel que se identifique con él. Independientemente de ser un pésimo candidato, Jorge Messeguer Guillén perdió estrepitosamente en sus aspiraciones por ser alcalde capitalino, debido a la sombra del tabasqueño.
Por eso advertimos que el actual gobernador se sabe perdido en lo que toca a heredar el cargo a alguien que le cuide las espaldas, pero lleva la firme determinación de sacar de la jugada a aquellos que estima peligrosos en caso de ser candidatos y ganar, uno de ellos, Vera Jiménez, que indudablemente lo metería a la cárcel.
Todo esto nos hacer prever que Morelos transitará en lo sucesivo, por caminos suficientemente sinuosos y difíciles, dado que la confrontación entre bloques políticos antagónicos amenaza con desbordarse. Graco está dispuesto incluso a buscar el apoyo del gobierno federal para golpear a sus enemigos, pero el tiempo es el peor de sus enemigos, cada vez está más débil y corre el riesgo de ser incluso echado del estado por la fuerza.
Y en esa batalla, los signos son igualmente claros, Ramírez Garrido viene en descenso, el rector apenas comienza a crecer, no será nada sencillo doblegarlo. Y mientras ellos se acercan a una lucha más encarnizada, desde trincheras partidistas distintas, otros aspirantes a la gubernatura pudieran ser los beneficiados.
Y si bien es cierto que momentáneamente los resultados electorales recientes han tenido un impacto, negativos para algunos, positivo para otros, el electorado suele darle vuelta a la página rápidamente, de tal forma que aún es pronto para pronosticar tendencias.
Sin embargo, todas las señales nos llevan a anticipar que la administración pública del PRD en el estado, fue “llamarada de petate”. O sea, que no tendrán ya la capacidad como para gobernar otro sexenio y lo más seguro es que volvamos a la continuidad de la alternancia, porque los amarillos, a causa del desastroso desempeño de Ramírez Garrido, han sido una decepción.