Y desde hace unos años apareció el problema de la quiebra financiera en los ayuntamientos, atribuida principalmente a pesados laudos laborales vencidos, heredados por alcaldes que les fueron aventando la bolita a sus sucesores, hasta que se comenzó a destituir a ediles omisos en el cumplimiento de ordenamientos de pago.
Pero en buena medida, tampoco es sólo esa es la causa de enormes deudas y pasivos que inmovilizan a los ayuntamientos y los hacen improductivos y disfuncionales ante los gobernados, pesa todavía más el hurto de aquellos que llegan a gobernar en función de lo suyo.
Un claro ejemplo de alcaldes sin moral ni ética fue el ex edil de Temixco, Miguel Ángel Colín Nava, quien permitió el ingreso de la maña en funciones directas de su administración, pero además, mientras la comuna se sumía en el abandono por falta de dinero, él adquiría bienes y propiedades que, a juicio de quienes conocen del caso, suman más de 100 millones de pesos.
Sólo le pondremos algunos datos de compras hechas por el señor, entre ellas, construyó una clínica hospital en Puebla, con una inversión promedio de 20 millones de pesos. Se hizo de un terreno de 40 mil metros cuadrados junto a Jardines de México; adquirió dos casas en zonas residenciales, una en el exclusivo fraccionamiento Country Club y la otra en Sumiya, en la que se asegura vive actualmente.
Pero sus propios vecinos dan testimonio de que el doctor, a lo largo de su gestión 2012-2015, se hizo de media cuadra en torno a donde vive, a cuyas propiedades aplicó remodelación con millones de pesos; compró igualmente las instalaciones de una fábrica de cerámica que se encuentra cerca del puente de Las Ánimas, por la carretera federal, además de maquinaria pesada para el ramo de la construcción, con la que, sostienen cercanos a é quel ya adquirió algunos contratos de obra pública en Tepoztlán.
¿Cómo obtuvo tanto dinero como simple alcalde y en una presidencia municipal que ya venía arrastrando deudas y compromisos enormes? Eso es lo que indaga una auditoría especial que se le viene practicando y de la que se espera, afloren incluso más irregularidades que pudieran derivar en una demanda penal y consecuentemente llevarlo a la cárcel.
Bueno, sobre algunos ingresos ilegales, se conoce un poco, como aquello de que entregó cargos y carteras en la alcaldía, con la condición de que un porcentaje interesante del ingreso de los beneficiados, le fuera entregado a su esposa. Por esa vía la señora estaría recibiendo mensualmente unos 200 mil pesos. Y todavía, para tener manos dentro del Ayuntamiento actual, el señor sindicalizó a más de 50 empleados con menos del tiempo que la ley contempla para tal efecto.
Este tipo de cosas son las que le han causado mucho daño al pueblo, simplemente no podemos entender, cómo es posible que sigamos viendo la aparición de nuevos ricos con base en el ejercicio del poder. Es inaudito e inaceptable seguir permitiendo cosas así, cuando hay miles de familias que no tienen siquiera para medio alimentar a sus hijos y no pocos morelenses continúan muriendo de hambre, mientras aves de rapiña como Colín se roban descaradamente lo poco que entra por la vía de los impuestos.
Pero ése es sólo un ejemplo, son muchos más los presidentes municipales que han venido dejando amargos recuerdos de su paso por el “servicio púbico” y a quienes la ley no los ha alcanzado, lo cual es otra grosería y señal de que la impunidad sigue vigente por más que se diga lo contrario.
Por cierto, en lo referente a Colín, tampoco se descarta que tuviera incidencia directa en el asesinato de quien sólo tomó protesta y fue ejecutada de inmediato, antes de que iniciara su gestión, su sucesora Gisela Mota Ocampo. Entendemos que hay una línea de investigación al respecto, ojalá se llegue al fondo, porque la verdad fue mucha crueldad, pero los intereses que había de por medio eran fuertes y ella era una amenaza para los malvados.
¿Las instancias competentes procederán ahora sí en contra de quien rebasó los límites de la barbarie? Se espera que se comiencen pronto a tomar decisiones sobre el asunto y que en efecto Miguel Ángel Colín Nava sea llamado a cuentas ante los tribunales, a fin de que aclare cómo logró bienes arriba de los 100 millones de pesos en sólo tres años y con una comuna paralizada por falta de dinero.
Habrá que esperar, pero hay quienes afirman que van por dos ex presidentes municipales, el propio Colín y el ex edil de Cuautla, Jesús González Otero, porque tampoco cantó mal las rancheras. Eso sería muy bueno, para ir sentando precedentes y advertir a los actuales ediles que no pueden pasarse de listos sin que pase nada, como ha sido el tenor hasta ahora.
Pero independientemente de que sean puestos tras las rejas, si se les prueba que sus compras fueron con dinero público, pues se les tendrían que decomisar, de otra manera no vemos cuál es la ventaja para los ciudadanos burlados. El propio Ayuntamiento actual tendría que ser retribuido con algunas de las propiedades, a fin de que con ello pueda cubrir compromisos casi insuperables heredados por Colín.
Pero entonces lo anterior significa que las manifestaciones de bienes patrimoniales que se les exigen a quienes asumen alguna responsabilidad en gobierno desde el principio, no tienen repercusión alguna, si al término de la misma no se les revisa para ver los cambios. El ex edil temixquense no tenía nada cuando inició y salió bastante forrado, por lo que se aprecia de acuerdo a los datos inicialmente referidos. Por todo eso, sí hay indicios de que van por él.