Aquellos que se inscribieron para concursar por tan interesante negocio, se supieron derrotados en el momento en que trascendió la inclusión de esa empresa norteña denominada Promotora Ambiental Sociedad Anónima (PASA).
Pero como ocurre en este tipo de procesos, ninguna queja y denuncia prosperó, llegado el momento se hizo lo que debía para que fuera la concesionaria de la recolección, acarreo y confinamiento, se supone que bajo estricto apego a las normas ambientales, algo que al paso del tiempo también ha probado que no es así, hay escurrimiento de lixiviados en el relleno de Loma de Mejía y eso no es lo convenido.
Al amparo de la confusión, porque los accionistas de la empresa buscan filtrar todo tipo de mensajes en medios informativos, la mayor parte de las ocasiones pagados, tratan de mostrar una verdad inexistente y de inducir inconformidades en contra de la comuna.
La realidad es que con la complicidad de ex funcionarios de la alcaldía hicieron un extraordinario negocio, que de acuerdo a las cifras más conservadoras compromete al Ayuntamiento por algo así como 260 millones de dólares en un contrato calificado de leonino, en 20 años.
Es una auténtica fortuna que tendrá que estar pagando la ciudadanía para que algunos "peces gordos" continúen acumulando riqueza, mientras los ciudadanos somos explotados en forma inmisericorde.
Esto no puede continuar así, los capitalinos no tienen porqué ser rehenes de acuerdos inmorales signados por quienes incluso ya no están en la comuna, pero que cruelmente parecieran seguir siendo beneficiados de los contratos amarrados.
Pero hay en medio de todo esto algo que llama poderosamente la atención y que va contra cualquier lógica legal en caso de un litigio como el que se agudiza entre PASA y la comuna.
Su defensa lo están desarrollando en el tercer juzgado administrativo, pero de León Guanajuato, imagínese, ¿qué tienen que ver ellos en un conflicto radicado en Cuernavaca? Pues absolutamente nada, simplemente se trata de una estrategia de dilación para prolongar el proceso y en todo caso obligar a la alcaldía cuernavaquense a trasladar el proceso a esta capital, pero mientras que el asunto de la basura logre convertirse en un aspecto de crisis como el ocurrido a finales del 2006.
Bueno, lo que los ejecutivos de esa empresa están pidiendo es que la ciudadanía se levante en contra de las actuales autoridades y lo que se ve es que se trata de convertir este problema en un instrumento político para golpear la figura del alcalde Manuel Martínez Garrigós.
Lo anterior, se aprecia, es parte de la andanada de críticas que le vienen haciendo al edil desde las trincheras del Partido Acción Nacional (PAN) y de algunos de sus actores que andan en posiciones políticas importantes.
La desesperación comienza hacer crisis al interior del panismo, han estado desarrollando una estrategia muy centrada en la capital del estado a fin de revertir algunos efectos que los dejaron prácticamente al borde de la derrota general en las elecciones del 2009.
Ante un priísmo en conflicto interno por la dirigencia del CDE y un congreso local con una fracción en constante antagonismo, con altos niveles de incapacidad para salir a quite en favor de Garrigós, intentan generar el mayor daño posible en el menor tiempo.
Para nadie es desconocido que el origen de PASA tiene que ver con el panismo nacional y a ello se debió en primer término, que se le favoreciera con tan enorme negocio, porque además desde ahí se puede fácilmente salpicar a quienes lo hicieron posible.
Se tendrá que actuar con todo el peso de la ley, rescindirle el contrato a PASA por el bien de la colectividad, si hay cláusulas que alegan, se vienen violando al retirarles la concesión, ni modo, aquello que daña al pueblo hay que destruirlo y nos parece que este es el caso. Manuel Martínez no debe ceder ante agresiones, descalificaciones e intimidaciones, tanto de los panistas como de sus aliados, ellos heredaron una alcaldía en ruinas y aún pretenden sacudirse las culpas, que no se intente confundir a la ciudadanía.