De entrada, se antoja irrisoria esa respuesta del funcionario, manteniendo la postura del “aquí no pasa nada”, cuando la situación es verdaderamente preocupante. Pero ya sobre el caso, se ha empezado a hablar de una banda de trata de blancas que estaría ligada al Cártel del Golfo y que recluta menores de edad para fines de explotación sexual y otras cosas, que se hacen llamar “Los Xolaltenco” y que, en efecto, hace un rato vienen operando en nuestro territorio, sobre todo en Cuernavaca y su zona conurbada. Por los pocos datos que se tienen, es difícil precisar cuál sería el número de víctimas de dicho grupo organizado del delito, pero cabe señalar que la información que al respecto se tiene, ni siquiera corresponde a alguna investigación de la Fiscalía General de Justicia u otra instancia local de competencia en el ramo. No, viene de una organización de defensa de los derechos y garantías sociales.
O sea que igual y las autoridades estatales no tienen siquiera conocimiento de lo anterior, lo cual hablaría muy mal de las instituciones. Sin embargo, nos parece muy infantil que así sea.
Teresa Ulloa, directora regional contra trata de personas en América Latina y el Caribe, advierte de lo anterior y afirma que desde luego es cierto. Lo extraño es que aquí se insiste en todo lo contrario, cuando se les vienen presentando evidencias de hechos concretos.
Las propias instancias oficiales han reiterado que los grupos del crimen organizado, suelen cambiar de rubro constantemente. Cuando se ven limitados en algunas actividades, emprenden otras, a fin de confundir y ese pudiera ser el caso.
Por eso es que no le damos credibilidad a eso de que ocho, de cada diez desaparecidas, se van con el novio o escapan por cuestiones de violencia familiar. Lo mejor sería que el funcionario aceptara que el problema es grave, como muchos otros rubros del delito, y se pusiera a trabajar antes de que el tema haga crisis.
Dicen que cuando usted acepta su enfermedad, comenzará a curarla, mientras eso no ocurra, seguirá avanzando y eso nos puede pasar en Morelos. No estamos de acuerdo en exagerar cifras y estadísticas, pero tampoco en que se continúen maquillando y ocultando, como parece, ocurre en el asunto que nos ocupa.
Pero reiteramos, no es posible que organizaciones que operan fuera del estado y hasta en otros países, sean las que nos vengan a advertir de amenazas como ésta, presentando además casos específicos que desmienten la postura oficial.
TRANSPORTE, COMPLEJO ESCENARIO
La reacción de los empresarios del servicio público del transporte a la advertencia de que viene una nueva modalidad a disputarles el mercado, con el Morebús, es responder con toda clase de acciones de protesta que le pegarían sobre todo a los usuarios.
Ellos piden la abrogación de esa reforma, sin embargo no vemos por ahora ningún gesto oficial que apunte en esa dirección, por el contrario, más bien se vienen dando pasos hacia la formalización en el aterrizaje del nuevo proyecto.
Este conflicto causará muchos problemas a los morelenses y por un tiempo considerable, porque son muchos los intereses, de uno y otro bando de los que están en medio, así que estamos en la antesala de una medición de fuerzas entre dos entes contrarios: permisionarios contra instituciones y poderes.
Pero más allá de lo que cada parte busca, sí es necesario hacer un alto en el camino y empujar hacia una mejora integral en la calidad del servicio que se presta al usuario morelense. Continuamos apreciando graves deficiencias y lo decimos como usuarios cotidianos del mismo.
Calculamos que más del 50% de las unidades que cubren los derroteros en las tres principales zonas conurbadas en Morelos, Cuernavaca, Cuautla y Jojutla, debieran ser sacadas de la circulación, violan la ley en el sentido de que sólo modelos de diez años a la fecha pueden seguir trabajando.
Sí urge capacitación a los choferes, porque no hay respeto ni sensibilidad hacia los usuarios, el trato en muchas ocasiones es impropio y deben cambiar las actitudes de quienes se dedican a esa tarea. Independientemente de que prospere o no el Morebús, empresarios del ramo y autoridades tendrían que hacer un esfuerzo conjunto para aplicar una mejora en todos los niveles, sólo así podría haber calidad moral para demandar un nuevo incremento en las tarifas, algo que ya muchos permisionarios vienen empujando.
Es un servicio básico, también la cara de presentación hacia quienes nos visitan, por eso urge su dignificación. Eso requiere de dinero, no es cosa fácil, pero al paso del tiempo se irá recuperando, por ahora es una inversión inaplazable porque el parque vehicular está envejeciendo y hay rutas que francamente dan lástima, además de que ponen en alto riego al pasaje por malas condiciones mecánicas.
Bueno, alguien mencionaba por ejemplo que le tocó ver cómo una unidad del servicio en Cuernavaca, transitaba con tan solo dos birlos en una de sus llantas, con altas posibilidades de un desprendimiento y ya imagina usted el peligro para quienes viajan.
Sí hay que evolucionar en muchos sentidos y direcciones, eso lo deben entender los dueños de las concesiones y en cierta forma lo del Morebús les viene a generar presión. Están en su derecho de pelear la plaza, de ahí viven económicamente miles de familias, sólo que también como ciudadanos debemos ser tomados en cuenta, porque todo parece diseñado acorde a los intereses del empresario.