Pero más allá de lo anterior, lo que más interesó a la concurrencia fue el análisis que hicieron algunos investigadores y economistas, tanto del Instituto Politécnico Nacional (IPN) como de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), uno de ellos aún catedrático de esa máxima casa de estudios del país.
Los temas fueron acompañados y profundizados por el legislador y en ellos se puede encontrar buena parte de la esencia y el origen del porqué de nuestras dificultades como nación para poder avanzar, en un desarrollo que se nos viene negando desde hace años y que acaba por generar cada vez más pobreza y marginación, lo que lleva a las administraciones, federal y estatales a destinar cuantiosos recursos del presupuesto público para programas de subsidio y apoyo, en una búsqueda de rescatar a los más marginados.
Sólo hay que recordar, como se dijo ahí, que ya se ha programado un recorte cercano a 240 mil millones de pesos al presupuesto del año entrante, más ajustes en muchos programas y fondos que tenían como destino los municipios, sobre todo en materia de dinero para combatir la inseguridad y reforzar la prevención de delitos.
Entre los ponentes de las conferencias, estuvo el catedrático y actual funcionario de la cámara Ricardo Martínez Rojas. Tanto él como quien le antecedió hicieron énfasis en que a pesar de ser un país con instituciones desde hace más de 200 años, no hay planeación adecuada, ni para el funcionamiento de las dependencias gubernamentales ni en lo que corresponde al gasto.
Pero sobre todo, el régimen de gobierno descuida aspectos fundamentales, que son el pilar y la base para poder aspirar a mejores niveles de crecimiento, a decir inversión productiva que contempla, entre otros rubros, el campo, la industria, el comercio y la infraestructura, obras que son elementales en la grandeza de toda nación.
La educación en todas sus formas y niveles, a fin de formar ciudadanos capaces, con conocimiento y preparación. Así como la tecnología, para poder ser competitivos, hoy que vivimos en un mundo sin fronteras que exige más de cada uno de nosotros.
Pero independientemente de un desorden en la administración pública, deficiente inversión en líneas estratégicas para el crecimiento, nos ubicamos en el contexto internacional, como uno de los países con los más altos índices de corrupción –que nos cuesta anualmente unos 800 mil millones de pesos- e impunidad, que cierra el círculo de la perversidad.
Y se daba ejemplos concretos, como aquello de que los alemanes o los japoneses cultivan fuertemente la ética y los valores desde el seno familiar, de tal manera que en su mayoría absoluta, sus ciudadanos son mucho más útiles y comprometidos con su pueblo, abonando en la decencia y la armonía que genera una sociedad sana.
En concreto, dirían que es urgente una reingeniería en administración pública, establecer reglas claras en el ejercicio del erario porque programas como el Ramo 33 adolecen de ellas y eso ofrece vacíos enormes de los que se aprovechan los servidores públicos para ejercer a discreción los dineros.
Pero hablando del estado, se dijo que desafortunadamente, Morelos presenta cuadros preocupantes de descenso en su recta de crecimiento o más bien decrecimiento, porque en los recientes años se registra una disminución de inversión, tanto pública como privada.
Más o menos esa fue la descripción que se dio en lo que corresponde al estatus que guarda México en el concierto de otras naciones con economías emergentes, pero evidentemente se enfatizó que lo que viene tampoco es muy prometedor y es ahí donde la Cámara baja está dando la lucha a fin de que aquellos rubros que son fundamentales para evitar más empobrecimiento de familias, sufran los menores recortes posibles.
Si bien es cierto que ya hay un acuerdo entre el Legislativo y el Ejecutivo a nivel de la Federación en aquello de que es inevitable un recorte al presupuesto, se vigilará que éste se aplique en espacios donde menos daños pueda generar a la población abierta.
Claro, de cualquier manera, se advierte que el poder adquisitivo salarial vendrá a la baja, acompañado de un crecimiento de tasas impositivas en materia de impuestos, sobre todo al consumo y es ahí donde preocupa, porque le pega muy en particular a los que menos tienen.
A manera de conclusión diríamos que nuestro país o estado no mostrarán mejoría alguna en su desarrollo, si no se hacen las correcciones que se mencionaban en el foro, entre ellas combatir en serio la corrupción en todos los órdenes, porque no se trata únicamente del derroche y desvío de dinero del pueblo, la impunidad y la omisión en la aplicación de las leyes y la Constitución forman parte del mismo tema.
Pero lo anterior será poco posible, si desde las instancias competentes no se trabaja sobre un diseño de administración pública sustentada en políticas eficientes, que le den agilidad al quehacer público, porque hoy en cualquier trámite que usted solicite a la autoridad, se llevará horas por el burocratismo y falta de vocación de servicio o entrega de los “servidores públicos”.
Bueno, ahí se decía que la corrupción hoy día en México no es cuestión únicamente de las instituciones gubernamentales, el fenómeno ha penetrado a la sociedad y es necesario comenzar a modificar malas actitudes desde el seno del hogar, para que desde la semilla se pueda ir modelando un buen producto.
Diríamos que lo anterior es cierto, aunque sí habría que hacer ciertos reclamos y aclaraciones, como que desde las esferas oficiales se comenzó la perversión y se iniciaron los malos ejemplos, cuando todavía existía ese respeto y credibilidad en las instituciones.
La contaminación llegó a todos los rincones y recuperar la honestidad y la ética no es cosa sencilla, sin embargo mientras más nos tardemos en empezar a curar la enfermedad, ésta puede incluso avanzar y mire que ya hay casos de escándalo, pero igual y aún no tocamos fondo.