A partir del segundo debate y de la filtración de algunos antecedentes poco gratos del magnate empresario y político, las cosas vienen cambiando, pues se empieza a apreciar una tendencia irreversible a favor de la ex secretaria de Estado de la Casa Blanca, y como que eso ha traído cierta estabilidad en los mercados y bolsas en el mundo.
Pero la intención de esta reflexión no es profundizar en la vida de esos personajes que son desde hace rato objeto de análisis y polémica. Más bien por el rumbo que comienza a tomar, es decir, estamos frente a la posibilidad real de que una mujer se convierta en la presidenta del país más poderoso de la Tierra y no es cosa menor.
Buena parte de los norteamericanos se caracterizan por ser racistas, los mexicanos que por necesidades económicas han tenido que buscar alguna oportunidad laboral en aquella nación sufren esas consecuencias y hasta hace años se antojaba casi imposible que alguien de color, como ellos les llaman, pudiera siquiera soñar con la presidencia, pero ocurrió en la persona de Barack Obama.
Pues hoy nos encontramos en la antesala de una decisión que pudiera volver a sentar precedentes, que Hillary Clinton se instale en la Casa Blanca como sucesora de Obama, una mujer, que además, sabe a dónde va, porque es la esposa de quien ya fue mandatario, Bill Clinton.
Por tratarse del país más poderoso suele generar inercias e influencias en todos lados, por eso no estaría nada mal comenzar a considerar que su eventual triunfo pudiera traducirse en una mayor apertura para el sector femenino en el ámbito político electoral, pero de grandes ligas.
Para acabar pronto, no descartemos que en México se den igualmente las condiciones a fin de que una mujer dispute en serio la presidencia de la república y en las elecciones del 2018. Por lo menos en lo que toca a aspirantes, ya hay interesadas; ahí está Margarita Zavala de Calderón, quien hasta ahora es la que se lleva las encuestas en lo que se refiere a tendencias electorales.
La señora, que aspira por la vía del Partido Acción Nacional (PAN), acorde a las más recientes encuestas, se ubica a la cabeza con 23.5 puntos porcentuales, seguida por Andrés Manuel López Obrador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con 22.5 puntos y a cierta distancia, Miguel Ángel Osorio Chong del Partido Revolucionario Institucional (PRI), con 17 puntos.
Como se ve, para nada es descabellado que aquí reproduzcamos lo que pareciera, se dará en la unión americana. Claro, todavía no es nada sólido en el caso de Zavala, en el panismos hay fuertes resistencias a que ella abandere esos colores en la justa, ahí está Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla que también la busca y por esa institución.
Sin embargo, reiteramos, es ella la que en este momento se ubica con la mejor calificación y si Hillary Clinton consigue la hazaña, pues acá como que las mujeres que andan en la política se van a crecer y tratarán de secundar la acción.
Pero también en lo que toca al estado de Morelos, de cara a la justa del 2018, hay tela femenina de donde cortar y de la misma forma, con potencial electoral como para buscar la candidatura al gobierno morelense. Nos referimos a la diputada federal, nativa de Puente de Ixtla, Rosalina Mazari Espín.
Ella es del Revolucionario Institucional, ya tiene una carrera y formación interesante en cuestiones de cargos de elección popular y además, cuando ha representado al pueblo, ha dado resultados. Fue diputada federal hace tiempo, después local y hoy está de regreso en el Congreso de la Unión, pero también sabe de cuestiones administrativas, no crea que sólo de grilla.
Igual que en el caso de Zavala en el PAN, ella trae muy buenos números en el PRI y en la más reciente elección, no obstante que su partido logró pocos triunfos, ganó en forma arrolladora en la región sur poniente, mostrando que mantiene un liderazgo y con base en su desempeño, porque no es de los políticos que recurren a la compra de conciencias.
O sea que también acá pudiéramos ser gobernados por una mujer y a lo mejor, hay más entendimiento entre féminas que entre varones. Como quiera que sea, los escenarios, ya sea en Estados Unidos, a nivel de nuestro país o nuestra entidad, están dados como para que acontezcan sucesos novedosos en materia electoral.
Claro, para Rosalina será una travesía pasar la prueba de la aceptación. En ese partido son por lo menos media docena de hombres los que le disputarán la candidatura y algunos con ciertas conexiones superiores, pero la diputada es aguerrida y por lo menos la pelea la va a dar.
Está hecha en esos terrenos difíciles, viene de una zona donde hay que trabajar mucho para poder tener reconocimiento popular y se lo ha ganado a pulso, para nada se le puede descartar y además, no haría mal papel, porque si algo la distingue, es la honestidad y franqueza.
Pero además, si en el país vecino, donde por cientos de años la sociedad mantuvo un criterio inamovible en política, ha cambiado sus parámetros, por qué no en nuestro territorio, sobre todo, en una sociedad cansada y decepcionada de regímenes que han prometido cambiarle el destino a sus gobernados y siguen llevándolos al fracaso.
Urgen cambios y transformaciones en todos los sentidos, comenzando por los cuadros que llegan a gobernarnos. La siguiente elección deberá ser aprovechada para intentar modificar algunos esquemas a fin de empujar hacia políticas distintas, de mayor justicia y certidumbre.
Nos encontramos en las proximidades de poder cambiar el rumbo, pero para bien, el voto ciudadano ha sido, en las recientes elecciones, un arma ideal para combatir a quienes nos han fallado. Hay que repetir la acción, reflexionando y razonando el voto.