Es inadmisible, por donde se le pretenda ver, pensar que existan seres capaces de llegar a extremos como esos para cumplir encomiendas o mostrar el grado de inseguridad en el que vivimos, por la ausencia real de trabajo por parte de las instituciones encargadas de salvaguardar la integridad física de los ciudadanos morelenses.
Pero además, ha sido otro golpe a las aulas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), porque los muchachos, aún menores de edad, eran alumnos de una de las preparatorias de la UAEM en aquella región sur del estado y ya hace algún tiempo ocurrió algo similar en Tlaltizapán.
Deberían revisarse los sistemas de operación de los programas de prevención del delito, porque si bien, este ha sido un caso extremo, cotidianamente se registran sucesos que parecieran llevarnos a considerar que estamos en la indefensión donde quiera que nos encontremos.
Hablando sobre el tema, amigos hacían referencia de hechos acontecidos aquí en la capital del estado, donde, de la manera más natural, cualquiera puede desenfundar su arma y disparar contra alguien en plena vía pública y a la hora que sea sin ninguna consecuencia legal.
La Universidad vuelve a estar de luto, como que hasta ayer todavía no se daba una reacción en masa frente a los acontecimientos, el puente de Día de Muertos amortiguó un poco el tema, aunque más bien a nivel de medios nacionales de información se le dio mayor relevancia.
La manera como fueron tratados los jóvenes antes de que se les privara de la vida sienta precedentes y las esferas oficiales deberán proceder con mucha fuerza, a fin de dejar plena constancia de que no se permitirán más acciones con tanta brutalidad.
Y no importa el móvil del crimen, simplemente como morelenses no podemos aceptar que algo tan terrible pueda quedar sin castigo, sería la peor ofensa para la sociedad. Si existe voluntad para buscar el esclarecimiento de esos hechos, pronto veremos aparecer los primeros resultados en las líneas de investigación.
Pero más allá del caso en lo particular, llama la atención que en esta parte del estado, muy frecuentemente las víctimas de la violencia suelen ser estudiantes y más aún de la Universidad del estado, igual y sólo es una casualidad, pero mejor deberían revisarse los antecedentes.
Las corporaciones policiacas que custodian la zona deben tener indicios del origen y procedencia de los malhechores, porque llevan un registro completo de los grupos de delitos que operan en el territorio y siempre quedan hilos sueltos en acontecimientos de esa naturaleza.
Hay quienes consideran que igual y fueron víctimas de una confusión, porque transitaban a altas horas de la noche, venían de dejar a algunos compañeros en Jojutla y Ticumán, pero lo anterior sólo corresponde a pequeños datos que comenzaron a aparecer, aún no se tiene nada de fondo.
SINDICATOS MANTIENEN LA LUCHA
En tanto, los sindicatos del Congreso, Poder Judicial, jubilados y pensionados, así como algunos grupos agregados mantienen la lucha en contra de la reforma de Ley del Instituto de Crédito y han ya interpuesto el recurso legal competente, por la presunta violación de la suspensión que en materia les concedieron.
Sobre ello, la lideresa de la asociación de jubilados del gobierno estatal Ana Lilia Ocampo Castrejón señaló que “los funcionarios del instituto violentaron esa disposición que ordena mantener las cosas como están, porque siguen llamando a sesiones de consejo para tomar acuerdos cuando todo eso ha quedado prohibido”.
Y recordó que ya el sindicato del Congreso del estado interpuso la denuncia correspondiente, pero “nosotros, tanto el Tribunal Superior de Justicia como nuestra agrupación, vamos a hacer lo propio en breve, no podemos permitir que se actúe tan irresponsablemente”.
Esos gremios continúan con un plantón en la entrada de la Cámara local de diputados desde hace meses, en busca de echar abajo la reforma, que afirman, elimina buena parte de los derechos laborales del gremio y Ocampo Castrejón dijo ayer que “es estimulante ver cómo cientos de compañeros jubilados, a pesar de tener edad avanzada, lo dan todo por sus derechos y los de los demás. Bueno, durante el tiempo que lleva la protesta han muerto 17”.
Luego manifestó que “hay uno que viene diariamente desde el Estado de México, pagando su pasaje, para estar unas horas con el grupo. Otros más llegan desde Tlaquiltenango o Tlaltizapán, mostrando solidaridad a fin de impedir acciones de injusticia”, pero refiere que ya en esa lucha se han quedado algunos en el camino.
A juicio de Ocampo Castrejón, el tema debe quedar congelado por un buen tiempo y esperar momentos diferentes, para poder encontrar una salida final. Ella estima que será la siguiente legislatura la que finiquite el asunto, porque conforme a derecho, todavía cada una de las partes en conflicto cuenta con recursos de ley para defenderse, entonces las cosas se alargaran un poco.
Pero advierte que en su oportunidad, se pretenderá dar un madruguete, por eso el frente de sindicatos debe estar alerta y pendiente de cada movimiento, combatiendo cualquier irregularidad, como la que tiene que ver con la violación a la suspensión concedida.