Las noticias sobre el futuro energético de nuestro país de la última semana son contradictorias o lo aparentan. Primero, el coordinador de Energías Renovables de la SENER propuso, durante los foros organizados por la SENER en Campeche, Tabasco y Tamaulipas para definir el Plan Nacional de Desarrollo, que el gobierno mexicano elevaría el compromiso de 35% a 40% en el uso de las fuentes renovables de energía para fin del sexenio (2024). Por supuesto, que esta noticia va en la dirección hacia propiciar la sustentabilidad y el bienestar social en nuestro país. Sin embargo, no se mencionan las estrategias para lograr este objetivo. Por supuesto, que hay una amplia y diversa comunidad de empresas, organizaciones civiles y académicos que estamos listos para colaborar y conseguir estos objetivos. Segundo, la semana pasada se anuncia que la CFE comprará del orden de un millón de toneladas de carbón para producir electricidad. Unos días después de esta noticia, la CFE comenta que a pesar de estas compras, no está optando por la carbonización de la energía del país; pero enfatiza que está “diversificando” la matriz energética con el uso de carbón y gas natural. Es importante mencionar que no se está diversificando, claramente se está optando por combustibles fósiles que emiten gases de efecto invernadero y cambian la composición de la atmósfera y son causantes del cambio climático antropogénico que estamos sufriendo. Todas las termoeléctricas (alimentadas con carbón, combustóleo o gas natural) emiten gases de efecto invernadero; si bien es cierto que las termoeléctricas de ciclo combinado son más eficientes, también emiten CO2. En cambio las fuentes renovables de energía no lo hacen. Las termosolares, las centrales fotovoltaicas, los aerogeneradores, o las geotérmicas, son plantas generadoras de electricidad que en su operación no emiten gases que cambian la composición de la atmósfera. Los biocombustibles producidos con desechos orgánicos (biogás, bioetanol, biodiesel) son energéticos con emisiones neutras, es decir, emiten lo que la naturaleza puede reincorporar a la masa vegetal y durante los ciclos biológicos no cambian la composición de gases en la atmósfera.
Por estas razones, me parece contradictorio lo que se anuncia en dos entidades encargadas de aspectos energéticos en nuestro país. Estoy de acuerdo, y como ya lo mencioné, estoy listo para colaborar en las acciones para hacer que la matriz energética en el país sea compuesta principalmente por fuentes renovables.
Desde mi perspectiva, los desarrollos tecnológicos actuales, en cuanto a las fuentes renovables de energías, están contribuyendo a la democratización de la energía al posibilitar que las personas podamos generar la energía que necesitamos en los sitios donde se requiere. En forma análoga a como los celulares democratizaron la comunicación y la información en las personas, ahora la posibilidad de generar energía en casa abre las opciones a que las personas generemos la energía que necesitamos para realizar nuestras actividades cotidianas y con ella fabriquemos o generemos productos y servicios de alto valor de intercambio.
En este tenor, el doctor Constantino Macías García, del Instituto de Ecología de la UNAM, me hizo notar, esta semana, una de las acciones que se está implantando en Alemania por las personas pequeñas en sus escuelas, al ser parte activa en la administración de la energía que se usa[1]. Sí leyeron bien, las niñas y los niños alemanes están involucrándose en la transformación energética en sus escuelas, se encargan de monitorizar el uso de la calefacción y de la electricidad y con ello toman conciencia del uso adecuado de la energía; así la Alemania está formando a su población para el futuro. Lo mismo podríamos hacer en México.
La versatilidad en la generación de energía que tenemos hoy en día, asegura que algún tipo de fuente renovable de energía es más barata que los combustibles fósiles en cada región de nuestro país. Al permitir que la población infantil tome acciones con conocimiento sobre las ventajas y desventajas del uso de las diferentes fuentes de energía, la estamos informando y entrenando para que en el futuro ella tome las decisiones sobre las fuentes de energía.
Con esto quiero enfatizar que dada la tecnología, hoy podemos ejercer el derecho a generar la energía mediante fuentes renovables que necesitamos para las diferentes actividades, sean productivas, sociales o de esparcimiento. Esta posibilidad abre opciones para democratizar la energía, al tener acceso a la energía renovable por todas las personas.
Termino comentando que la transición energética no requiere de apoyos infinitos por parte del sector gubernamental y que la democratización de la energía es una transición que está a nuestro alcance y en nuestras posibilidades de acción. Tomemos el ejemplo de la niñez alemana y hagamos esto en nuestra casa, escuela, oficina, empresa, etcétera, actuemos, no esperemos, para darnos la oportunidad de caminar hacia la sustentabilidad.
[1]https://www.dw.com/en/berlin-students-take-on-the-energy-planning-of-their-schools/av-48108245