Considero que el principal logro de la comunidad científica durante el año 2020 fueron los desarrollos de las diferentes vacunas en contra del SARS-COV2 y con ello empezar a vislumbrar la contención de la enfermedad de COVID-19.
En estos momentos, de inicio de un nuevo año, es tradicional reflexionar sobre los avances y los deseos para este año que comienza. Así es como en esta primera semana del año estamos observando como en diferentes partes del mundo hay personas siendo vacunadas y abriendo realmente las expectativas de un control de esta enfermedad que nos ha modificado muy rápidamente la forma de relacionarnos y de entender la economía.
Claramente, el desarrollo de la ciencia es la principal razón para contar con esta vacuna y con ello se enfatiza que precisamente la construcción de conocimiento nos posibilita contender con situaciones inesperadas que afectan a pequeñas o grandes porciones de la población.
La inmediata respuesta de la comunidad científica al estudiar, describir y desarrollar herramientas tanto de los aspectos biológicos del SARS-COV2 como médicos y para entender los efectos del COVID-19 en el ambiente y sus implicaciones sociales son ejemplos de lo que el conocimiento científico puede brindarnos.
La generación de conocimiento no solo se enfoca en resolver los problemas urgentes, sino que busca entender y dar posibles soluciones a la problemática del largo plazo que enfrentamos. Recordemos que aunque la mayoría de las personas que hoy vivimos en este planeta habremos muerto en un siglo, es nuestro deseo que las personas que vivan en esos momentos disfruten de bienestar social. Con esta premisa es que la comunidad científica plantea sus objetivos.
En las últimas semanas del año pasado encontré un artículo en la revista Nature [1] que comenta sobre los temas que la comunidad científica plantea para enfatizar en el 2021.
Para mi es significativo que no sea el problema del COVID-19 el primer tópico, sino que lo sea el cambio climático, donde dado que la Unión Europea y China han enfocado sus esfuerzos hacia la reducción de los gases de efecto invernadero y planean objetivos de ser sociedades carbón neutral para las décadas del 2050-2060, se espera que el gobierno de Joe Biden retome estos objetivos e impulse las actividades científicas de ese país en el mismo camino.
De hecho, y desde mi perspectiva por la presión del equipo del candidato electo de EE. UU., el discurso de la SENER en nuestro país tibiamente y con amplias deficiencias ha empezado a mencionar a las fuentes renovables, aspecto que debemos impulsar decididamente desde los sectores de la sociedad mexicana.
La mención de que el cambio climático regresa a las esferas de los tomadores de decisiones en el ámbito internacional es esperanzador para la vida como la conocemos en este planeta. Los siguientes tópicos están alineados con la crisis de salud que estamos sufriendo hoy.
El cuarto punto, que menciona la revista Nature, se refiere al acceso abierto a las publicaciones científicas. Desde mi perspectiva es un punto crucial y que debemos atender y fomentar con miras a garantizar su impacto positivo. Sin embargo, debe quedar claro que de nada servirá en nuestra sociedad si no enfatizamos la enseñanza de la ciencia en todos los niveles educativos.
De esta manera, también las actividades de divulgación científica se tornan esenciales para fomentar la apropiación del conocimiento científico y su posterior uso por amplios sectores de la población.
De nada servirá a la población en general el acceso abierto de los hallazgos científicos si solamente pueden ser entendidos por una pequeña porción de ella; las actividades de divulgación y de difusión de estos hallazgos se tornan imprescindibles.
Después se mencionan a dos aspectos de investigación en temas de salud, sobre células madre y Alzheimer, para transitar a tópicos de la ciencia en el espacio con miras a Marte y a poderosos telescopios que redundarán en mejoras tecnológicas que disfrutarán las personas en el mediano plazo. Recordemos que las tecnologías que hoy demandan los estudios sofisticados en cualquier rama científica son las tecnologías que estarán disponibles para la población en el futuro. La telefonía celular es un ejemplo.
En estos momentos donde la esperanza de retornar a una vida con mayor contacto físico entre las personas proviene del conocimiento científico en su más amplio sentido, debemos reflexionar y promover que este conocimiento sea apropiado por sectores muy amplios de la población para que verdaderamente se puedan tomar decisiones basadas en ese conocimiento y en el futuro se pueda contender con menor dificultad a los retos que plantea la vida o que causamos en este planeta.
[1] https://www.nature.com/articles/d41586-020-03651-0