Este lunes, Tatiana Clouthier, secretaria de Economía, estimó que el PIB de nuestro país crecerá del orden de 2.6 %, mientras que la semana pasada el presidente anunció un cinco por ciento para este indicador. En cuanto a la paridad peso dólar parece que no habrá sobresaltos. Al comparar el crecimiento del PIB con el de otros países, se prevé que el nuestro no tendrá un buen desempeño en el aspecto económico, aunque la paridad puede indicar que estamos alineados.
Es claro que el bienestar de una población no se puede medir con un indicador como el PIB, ni con la paridad con el dólar y lo que nos debe interesar es cómo avanza el bienestar de la gente en nuestro país. Sin embargo, es preocupante que no habrá una recuperación de esa parte de la economía mexicana en este año.
Las comparaciones no siempre son adecuadas, pero de alguna manera indican sutilezas de las acciones que emprendemos como sociedad. Con la intención de comparar tanto las economías como las paridades en las monedas, en 1986 The Economist inventó el índice BIG MAC en el Mundo [1]. Una comparación del precio de una de las hamburguesas en una cadena global de comida rápida. La idea simple es comparar el poder de compra de un bien o servicio específico en cualquier país. Este índice no pretende ser una medida precisa, pero sí tiene un poder de comunicación de aspectos económicos más relevante que el PIB, por ejemplo.
La mayoría de las personas entendemos más fácilmente esta comparación que algunos otros indicadores económicos.
Por ejemplo, en diciembre del 2021 la hamburguesa BIG MAC costaba un 42.5 por ciento menos en México que en Estados Unidos de América.
Al considerar que las paridades en las monedas deben reflejar precios entre los productos y servicios, claramente este no es el caso en este tipo de hamburguesas. Es decir, algunas personas podrían pensar el peso está 42.5 por ciento depreciado.
Sin embargo, esto no es así, ya que el poder de compra de la población mexicana no es comparable con el de la población de E.E. U.U.
En la página de The Economist también se hace notar este hecho y se ofrece un ajuste por el PIB. Así, el precio de la hamburguesa se divide por el PIB y en este caso el precio ajustado es solamente 6.5 por ciento menor en México que en Estados Unidos. [2]. Al usar esta forma de comparación podemos observar que en 2015 el precio de la hamburguesa era mayor en nuestro país que en E.E. U.U. pero que desde el 2016 este precio ha sido menor (los datos completos y los programas en Python están a disposición de quién desee analizarlos [3]). Por supuesto, esta forma de comparar economías o situación de bienestar social son muy cuestionables por múltiples aspectos, pero, repito, son una forma interesante de ilustrar lo que pueden decir los datos y más cuando se explican y detallan las formas de obtenerlos.
En este caso, los precios de las hamburguesas cambian también en relación con el costo de las materias primas, la carne, el pan y los aderezos, la mano de obra en la preparación, la renta del local, entre otros insumos. Por esta razón, en países donde la mayoría de la población vive en situación de pobreza, como en nuestro país, los precios pueden no ser fácilmente comparables de manera precisa con otros países. Sin embargo, el índice de la hamburguesa ayuda a entender la mecánica de los indicadores y sirve como elemento divulgativo.
Esta situación, donde los indicadores no pueden reflejar de manera precisa las condiciones que deseamos evaluar se repite en nuestro país. Dado que la forma de vida en el norte no es la misma que en el sur de México, las comparaciones pueden no ser adecuadas.
En este sentido, invito a hacer el ejercicio de encontrar un bien o producto que pueda servirnos como indicador para analizar las diferencias en el bienestar económico de la población mexicana de una manera significativa.
En México, puede ser interesante considerar el taco como un indicador. Seguramente quien lee este texto inmediatamente se sorprende y dice, pero ¿qué taco? el de canasta, el taco al pastor, el de cochinita, el de pescado, el de barbacoa, el de bistec, o cualquier otro de nuestra variada gastronomía. Es importante tener en cuenta que no todos ellos se encuentran en todas las regiones del país y sus formas de guiso dependen también de la región.
Otro platillo para el centro y la región sur sería el pozole, pero este también varía en su preparación y no hay una proveeduría ajustada a un patrón o tipo común para este platillo.
El salario es algo que pudiera ser aceptable, pero no hay un registro fidedigno en nuestro país para la mayoría de la población que vive de la economía no formalizada.
Me parece que un platillo de comida es adecuado ya que es algo que la mayoría de las personas pudiera consumir, salvo diferencias en los gustos o en los tipos de dietas, pero considero un buen ejercicio que podemos hacer para valorar las dificultades que existen en las definiciones y construcción de indicadores. Les invito a visitar el sitio del Inegi, donde encontraremos no solo las definiciones de indicadores sino las series temporales de muchos de ellos.
Si con este brevísimo texto se despertaron las inquietudes en quien lo lee sobre cómo construir y definir indicadores habrá cumplido su misión.
Reitero, es importante medir, comparar, con datos el avance de las propuestas y acciones que se emprenden para conocer si se va en el camino deseado. No basta con decir tenemos otros datos. Participemos en la construcción y en la obtención de datos para poder decidir con base en información verificable.
[1] https://www.economist.com/big-mac-index
[2] https://www.economist.com/finance-and-economics/2021/07/23/what-the-big-mac-index-says-about-the-dollar-and-the-dong
[3] https://github.com/TheEconomist/big-mac-data