¿Quién tiene datos? La respuesta a esta pregunta depende del lugar, pero es claro que las empresas que comercian productos digitales tienen más información que construyen con la enorme cantidad de datos que les aportamos. Esta información generada con nuestros datos les aporta ventajas para definir estrategias de comercialización de sus productos y servicios.
En días pasados enfatizaba la necesidad de conservar e incrementar los bienes digitales públicos. Por supuesto que estos bienes digitales, como Wikipedia, o las bases de datos internacionales como Our World in data o las bases de datos del Inegi aportan información con la que podemos tomar decisiones.
Es importante reconocer que la información necesaria para evaluar el desempeño de las políticas públicas todavía no está generada en muchas ciudades medianas y pequeñas. La generación y análisis de estos datos requiere de inversión. En nuestro país, y en muchos otros países latinoamericanos, los datos que requerimos para generar información de calidad no son colectados o tomados en las diferentes actividades o situaciones económicas, sociales o ambientales, ya que se consideran superfluos. Aunque, es claro que los datos ayudan a los gobiernos a identificar los problemas y las necesidades de sus comunidades y a evaluar el impacto de las políticas públicas, lo que puede conducir a mejores de decisiones en el futuro.
Los datos también fomentan la transparencia sobre las decisiones de los gobiernos. Al compartir los datos sobre las políticas públicas, los gobiernos pueden demostrar cómo están utilizando sus recursos rindiendo cuentas con información ante su población.
Al evaluar el impacto de las políticas públicas, los gobiernos pueden demostrar que sus estrategias están teniendo un impacto positivo en sus comunidades. Así, los datos son de las mejores bases objetivas para la toma de decisiones. Con esta información se pueden identificar las áreas de mayor necesidad y los problemas más apremiantes en la ciudad para asignar recursos de manera más eficiente, enfocándolos en proyectos y programas que tienen un impacto positivo real.
Adicionalmente, los datos permiten realizar un seguimiento continuo del progreso hacia los objetivos de las políticas públicas. Esto facilita la identificación temprana de problemas y la capacidad de realizar ajustes en tiempo real para mejorar los resultados.
También la disponibilidad de datos fomenta la participación activa de la comunidad en la toma de decisiones. Así, las personas con información pueden utilizar datos para respaldar sus opiniones y contribuir a la formulación de políticas, estrategias y acciones. Los datos y su posterior análisis pueden revelar tendencias y patrones que no sean evidentes anticipando medidas que minimicen problemas emergentes. Los datos son la herramienta para optimizar los servicios públicos, como el transporte, la educación, la atención médica y la gestión de residuos, lo que conduce a una mejor calidad de vida de la población en general. No existe una forma de optimizar las estrategias sin contar con datos.
A pesar de todas estas ventajas y de que en el sector académico y en algunos empresariales se tiene el talento humano para analizar la información, la mayoría de los gobiernos no invierte en la construcción y almacenamiento de datos.
La desventaja de esta construcción de infraestructura no visible con respecto a otras que sí se ven, radica en que para hacer uso de ella se requiere el manejo de algunas herramientas matemáticas y, en una población con anumerismo, analfabetismo numérico, su uso es restringido. Sin embargo, incluso las personas que tienen un manejo matemático limitado se beneficiarán de la disponibilidad de esa información ya que, de los diferentes tipos de análisis, sean descriptivos, inferenciales o predictivos, se pueden analizar fuentes como encuestas, censos, los propios datos administrativos, de trámites, de consumo, de movilidad, etc., que aporten información para todas las facetas de nuestras actividades, permitiéndonos eficientar u optimizar. Las herramientas actuales, como las llamemos: de cálculo, computacionales o de inteligencia artificial, darán más ventajas a quienes posean datos y con ellos puedan construir información confiable y útil.
Como parte de la población de ciudades medianas o pequeñas tenemos la opción de demandar la construcción y mantenimiento de datos de las muy diversas actividades, acciones y sucesos que estamos viviendo. Esta infraestructura de datos permitirá seleccionar y evaluar las estrategias de acción y de gobierno en el futuro.