El pasado mes de febrero una excelente noticia en el sector energético pasó prácticamente inadvertida. La instalación fotovoltaica de la Central de Abastos de la Ciudad de México está funcionando. Este 20 de febrero en una ceremonia se anunció por el gobierno de la Ciudad de México que una planta solar fotovoltaica construida en el interior de una ciudad con una extensión de 21 hectáreas y con una capacidad instalada de 18 MW que podría generar hasta 25 Gwh al año [1] pasa a la CFE.
Por supuesto esto es una noticia que debe alegrar a la población mexicana. La Ciudad de México se une a las comunidades generadoras de electricidad, y con esta generación fotovoltaica de electricidad se evitarán más de 11 mil toneladas de CO2 y con ello se apunta a la transición energética. Tenemos que reconocer que este loable evento se empaña por la entrega de este sistema a la CFE que a principios de sexenio afirmaba que era mucho más caro producir electricidad con fuentes renovables; en cambio, esta compañía hoy afirma que es una magna obra [1].
Desde mi perspectiva, la política mata argumentación y los gobiernos de la Ciudad de México calladamente impulsaron las fuentes renovables, pero abiertamente apoyaron las políticas retrógradas de mantenimiento de los combustibles fósiles.
En mi opinión, esta ambivalencia al apoyar enfáticamente las políticas energéticas federales y callar las acciones de fomento a las renovables no dan confianza a la población informada sobre las acciones con visión sustentable. La verdad no entiendo la necesidad de ensalzar la política propetróleo aunque sea para adquirir bonos políticos. Desde mi perspectiva se puede permanecer en silencio en el peor de los casos, pero no mentir para obtener favores de los jerarcas.
En fin después de esta manifestación de desconocimiento político de mi parte, déjenme comentar algunos aspectos que impulsan a muchas ciudades a imitar esta acción de generar electricidad de manera renovable y descentralizada.
La generación de electricidad en los techos de las edificaciones tiene ventajas evidentes como la reducción de la energía proveniente de los combustibles fósiles y la consecuente emisión de gases de efecto invernadero. Aunque la inversión inicial es alta a largo plazo los costos son menores, es decir, el valor presente neto de la inversión es más alto que continuar usando la energía de la CFE que se genera con combustibles fósiles. Por esta razón al CFE aceptó la planta, por ser más barata. Los sistemas fotovoltaicos en los techos disminuyen las pérdidas por la transmisión y distribución de la energía generada en centrales. Además, al generar la energía en el sitio las edificaciones pueden volverse independientes energéticamente y con ello los inmuebles aumentan de valor. Es importante mencionar que los sistemas fotovoltaicos requieren un mantenimiento mínimo, actualmente tienen una vida cercana a los treinta años, son modulares y pueden instalarse unos cuantos para posteriormente, con los ahorros, aumentar la capacidad.
Lamentablemente, tenemos que depender de la CFE para que las poblaciones puedan instalar sistemas fotovoltaicos e interconectarlos a la red. Esto hace que debamos solicitar a la CFE una red flexible que pueda adaptarse a la generación variable de las renovables y que tenga una respuesta rápida a los cambios en la generación y en la demanda. La capacidad de la red debe ser suficiente para transmitir la generación renovable y para ello se requiere de reforzar la infraestructura disponible. La CFE debe basar su negocio en la transmisión y distribución más que en la generación e invertir en tener una red verdaderamente inteligente.
En particular, en las ciudades medianas o pequeñas la planificación urbana debe ir acompañada de la disponibilidad energética y considerar en sus reglamentos la instalación de sistemas fotovoltaicos en los edificios públicos, escuelas, industrias, oficinas, pequeños negocios y viviendas. Adicionalmente en la planeación urbana se puede considerar los espacios públicos como parques o paraderos de transporte público para instalar sistemas fotovoltaicos y planear la transición al transporte público eléctrico.
Los aspectos de capacitación de talento son otro de los puntos que se requieren para que las ciudades medianas o pequeñas puedan transitar rápidamente hacia el uso masivo de las renovables. La planeación debe incluir la implementación de microredes inteligentes y la capacitación del talento para que la propia comunidad se involucre en las decisiones de transición hacia las fuentes renovables. Consideremos que es más fácil transitar hacia un suministro energético sustentable en las ciudades pequeñas o medianas convirtiéndolas en líderes en lugar de ir a la saga de las megalópolis.
Recordemos, una buena parte de la república mexicana y de los países de América Latina tienen una amplia disponibilidad de energía solar lo que los convierte en un lugar ideal para la generación de electricidad fotovoltaica.
Con estas frases considero importantísimo que las candidatas a gobernar el estado de Morelos y cualquier otro estado en México o en América Latina incluyan en sus planes de gobierno el impulso a la generación de electricidad descentralizada y distribuida.
La coherencia entre el discurso y las acciones se premia, la planeación y establecimiento de estrategias claras brinda certeza y disminuye las suspicacias.
Las buenas acciones que siguen a los planes y afirmaciones sin claudicar permitirán que la población valore adecuadamente los éxitos.
La población merece la oportunidad de contar con energía diferente a los combustibles fósiles para contender contra el cambio climático, las personas que quieran gobernar deben saber esto e incluirlo en sus planes de gobierno.
[1] https://www.pv-magazine-mexico.com/2024/02/20/la-planta-solar-de-la-central-de-abasto-de-la-cdmx-sera-operada-por-la-comision-federal-de-electricidad/