Las propuestas de algunas mujeres que están pronto a tomar los puestos de decisión involucran el fomento a las fuentes renovables de energía. En particular, considero que la promoción de la generación descentralizada y distribuida mediante energía solar fotovoltaica ofrece numerosas ventajas, incluyendo la autonomía energética, ahorros en costos y reducción de emisiones, entre otras. Recientemente, se publicó un artículo que aborda los aspectos económicos en que difieren la adopción de azoteas fotovoltaicas o de generación comunitaria fotovoltaica [1]. En el pasado se ha dejado que las personas o comunidades por iniciativa propia intenten adoptar estos modelos y no se ha definido una política de promoción. En nuestro país, el crecimiento de las instalaciones fotovoltaicas en los techos de los domicilios ha ido creciendo a pesar de que no hay incentivos diseñados para su promoción. Las instalaciones comunitarias de energía solar fotovoltaica han tenido un desarrollo más lento.
Las ventajas de las instalaciones en los techos de las casas se traducen, para quien posee o habita en estas casas, en que pueden generar su propia electricidad, reduciendo su dependencia de la red eléctrica y, aunque una porción de la energía utilizada está subsidiada por el gobierno federal mediante la CFE, se ahorra en el costo real de la electricidad. Al generar electricidad desde fuentes renovables, se disminuye la emisión de bióxido de carbono. Las casas con paneles solares a menudo tienen un mayor valor de reventa, ya que quien las compra se beneficia del ahorro energético. En la mayoría de los casos, la instalación de paneles solares en techos es relativamente sencilla. Estos sistemas de paneles solares combinados con baterías proporcionan mayor resiliencia al ofrecer una alternativa viable en caso de apagones o fallos en la red eléctrica. Aunque la inversión inicial puede ser alta, los sistemas fotovoltaicos en los techos tienden a generar ahorros significativos con el tiempo al reducir las facturas de electricidad y aumentar la resiliencia en especial para los pequeños negocios.
Las instalaciones comunitarias, es decir sistemas fotovoltaicos que dan servicios a colonias, conjuntos habitacionales o comunidades, son una opción colectiva para generar electricidad en forma descentralizada y distribuida. Los proyectos comunitarios suelen tener una capacidad mayor que los sistemas individuales, lo que reduce los costos por kilovatio instalado y mejora la eficiencia general del sistema. Personas que no pueden instalar paneles en sus casas (por falta de espacio, edificios de departamentos, etc.) pueden participar en proyectos comunitarios y beneficiarse de la energía renovable. Las granjas solares se pueden ubicar en áreas óptimas para la captación de energía solar, maximizando la generación de electricidad. Este tipo de proyectos fomenta la participación comunitaria y puede beneficiar a sectores desfavorecidos al democratizar el acceso a la energía renovable. Una comunidad con generación y almacenamiento propios puede seguir funcionando en caso de interrupciones en la red eléctrica. Estos sistemas pueden optimizar la producción, para atender el consumo variable maximizando los beneficios de la instalación al administrar inteligentemente la entrega de energía.
En este contexto las personas que tomarán las decisiones en los próximos años deben diseñar esquemas para promover la adopción de la energía renovable en las diferentes poblaciones. Es claro, que tenemos la urgencia por establecer objetivos ambiciosos de sustitución de los combustibles fósiles y alcanzarlos rápidamente. En esta dirección apunta el artículo que mencioné [1], su análisis económico incluye una dimensión temporal en las metas que se especifican en los modelos que analizan este proceso de adopción. En particular, esta definición de metas con el paso del tiempo considera el establecimiento de subsidios y su influencia en la adopción de energía solar. Otro aspecto, que señala el trabajo, es la necesidad de impulsar innovaciones en los modelos comerciales, particularmente enfocados promover la energía solar comunitaria. En este trabajo se modeló la demanda de electricidad de un hogar como un proceso estocástico de tiempo continuo, lo que permite centrarse en las decisiones de adopción de los hogares y su elección entre energía solar comunitaria y energía solar en la azotea. Uno de los resultados del estudio es la derivación de un umbral de ingresos que rige la elección entre instalaciones en las azoteas o por sistemas comunitarios. Adicionalmente se obtuvieron los parámetros necesarios para definir los niveles de subsidio para modificar el umbral de selección. Es decir, con estos modelos económicos dinámicos se pueden definir los subsidios dependiendo de la distribución de ingresos para cumplir con los objetivos tanto en capacidad instalada como en el tiempo de adopción.
En mi opinión, las medidas de promoción del uso de fuentes renovables de energía no deben basarse en ocurrencias, tenemos las herramientas de modelado para poder analizar, mediante simulaciones, las diferentes propuestas y definir las que aumenten su impacto y beneficio social.
[1] https://arxiv.org/pdf/2408.11970