Por supuesto que antes de comentar los datos, podemos hacer algunas preguntas: en caso de ser el primer estudio ¿en qué se basó la política pública educativa en los anteriores cinco años de gobierno? Es más ¿cuáles eran los datos que sustentaron estas políticas en el pasado? Sin embargo, no voy a cuestionar el nombre, ni quiero enfatizar en su ausencia de oportunidad para el sexenio que termina. Lo importante es que ahora tenemos datos con los que podemos construir futuros tendenciales y deseables para generar planes de desarrollo a largo plazo que sustenten políticas públicas, ésta es una oportunidad para todos.
Obviamente este escrito será el primero de varios donde se discutan los datos, ya que el documento es muy rico en información y merece ser analizado con detenimiento.
En primer lugar, y no por su importancia, quiero comentar los datos desagregados del empleo que yo no había encontrado con anterioridad y, al menos ahora, ya conocemos un ejemplo. En el tercer trimestre del año 2010 en Morelos: el 3.95% de las personas sin estudios estaban desocupadas, el 5.87% de las personas que tienen una preparación técnica o comercial básica no estaban ocupadas, de los que tenían una preparación técnica media o superior el 3.2% estaban desocupados, los profesionales tenían el 6.78% de tasa de desocupación, los maestros normalistas tenían una tasa del 0% y para los que tienen estudios de postgrado la tasa es del 2.11%. Estos datos muestran claramente que los más preparados tienen una probabilidad mayor de conseguir empleo. Sin embargo, esta fotografía trimestral del empleo no muestra una tendencia uniforme, ya que el 3.2% de desocupación para los técnicos medios o superiores es la mitad de los que tienen un título profesional.
Aquí hay algunos puntos a reflexionar. Si partimos de la premisa de que el mundo se dirige a una economía basada en el conocimiento, la tasa de desempleo debería ser congruente y mostrar una tendencia monótona: a mayor preparación menor tasa de desempleo, como sucede en Estados Unidos. Aspecto que no se refleja en estos datos para Morelos. Si queremos seguir como estamos, es decir, continuar con las mismas políticas públicas o con las mismas actividades económicas, se podría sugerir a los jóvenes quedarse con una educación técnica media o superior para pertenecer a un segmento de la población con menor probabilidad de sufrir desempleo y no continuar con la licenciatura, actitud que no remediaría nada.
En mi opinión, este comportamiento favorecería la preservación de la problemática actual. Claramente, las empresas morelenses de hoy emplean trabajadores sin una alta preparación y, por lo tanto, su productividad per cápita es pequeña, tanto que el PIB per cápita morelense está en la medianía del país. Recordemos que la productividad per cápita de una empresa está directamente asociada a la contratación de empleados altamente especializados. En este sentido, ya hemos dicho en esta columna que debemos fomentar el empleo de personas con maestría y doctorado, ya sea contratadas por empresarios innovadores o por la generación de empresas incubadas desde las instituciones de educación superior.
Termino diciendo a todos los candidatos, que el “Primer estudio de pertinencia educativa en el Estado de Morelos”, presentado la semana pasada es una lectura obligada para generar sus propuestas. Es más, es una lectura obligada para todos nosotros que debemos también analizar estas propuestas para emitir nuestro voto.