El derroche energético que hacemos con el uso indiscriminado del automóvil parece indicar que esa bonanza y ese ideal no durarán más de doscientos años. ¿Qué es este lapso de tiempo comparado con la prehistoria y aún con la historia misma? Apenas un suspiro. En la actualidad vemos dos modelos de transporte, el basado en la movilidad individual, americano, y el basado en el transporte colectivo, europeo. México desde mediados del siglo pasado anuló la opción colectiva al suprimir el desarrollo de los ferrocarriles. En la actualidad nuestro modelo de transporte se basa en el uso del automóvil y el transporte de carga a través de camiones. Ya desde hace varios años el Instituto Mexicano del Transporte ha propuesto que la renovación y ampliación del ferrocarril podría mejorar el costo beneficio para el transporte de carga y pasajeros.
Claramente la opción sustentable es mejorar la calidad del transporte público tanto urbano como interurbano. Se requiere que en las ciudades haya menos uso de los automóviles y un transporte público de calidad.
Ante estas frases, surge inmediatamente la imagen de la mujer joven llena de vitalidad en su automóvil que aparece en un reciente anuncio en la televisión diciendo que no quiere caminar cinco cuadras para llegar a su destino y se queja de las obras viales. ¿Qué nos espera de los que mandaron a hacer ese anuncio? ¡Sólo cinco cuadras! No es adecuado para nuestra salud, ni para la salud de ambiente que no estemos dispuestos a caminar. Por supuesto que caminar en aceras de menos de un metro de ancho es inadecuado; debemos recuperar la ciudad para los peatones.
El año pasado un sector importante de los habitantes de Cuernavaca analizamos la problemática del transporte en la ciudad y, después de largas discusiones y de serios debates, concluimos que para conseguir una Cuernavaca sustentable se requiere de un sistema de transporte público eficiente y de calidad.
Los sistemas de transporte público eficientes son aquellos que usan las tecnologías modernas que no desprenden bióxido de carbono o minimizan su emisión y que movilizan a un gran número de personas a la vez. En Cuernavaca, al igual que cualquier otra ciudad, merecemos tener un transporte de calidad. Cuando he preguntado a los directores de obras del ayuntamiento porqué no se construye un “metro” o un “metrobús” en Cuernavaca, las respuestas han fluctuado entre: no hay dinero, a no es necesario todavía. Ambas respuestas son inaceptables, la primera cae ya que en lugar de construir un segundo piso se puede construir un “metrobús”, la segunda obedece a una visión miope de solamente 3 años, en lugar de concebir ideas de largo alcance como las que merecemos los ciudadanos que viviremos varios trienios o sexenios en esta ciudad.
Un transporte público que comunique eficientemente las zonas habitacionales recién construidas en los municipios conurbados de Emiliano Zapata, Jiutepec, Temixco y Xochitepec, ayudará al uso sustentable de esas zonas y a la función de proveedora de servicios de la ciudad capital.
Las soluciones a los grandes problemas involucran las regiones, no se pueden resolver los problemas de Cuernavaca solamente, se requieren soluciones regionales, metropolitanas, empecemos con diseñar el transporte del futuro: un transporte público eficiente y de calidad para la metrópoli.