La educación ambiental es un aspecto que requiere ser impartido desde las etapas más tempranas de nuestra vida. De ahí la importancia de esta jornada, donde se imparten varios talleres que fomentarán el reciclado, el cuidado del entorno, las fuentes renovables de energía, entre otros muchos tópicos. Todo lo anterior con una visión integral de la relación social, ambiental y económica basada en una perspectiva donde el conocimiento científico y tradicional se amalgaman para resolver las contradicciones en las que nos encontramos en la actualidad. El ámbito de la educación preescolar es ideal para abordar la problemática ambiental con una visión integral, ya que este nivel de educación no fragmenta los contenidos como en niveles subsecuentes. Los niveles de educación básica y media tienen un reto mayúsculo para conseguir la integración de los contenidos.
La enseñanza de los aspectos ambientales darán a los niños una visión crítica de la problemática a la que nos enfrentamos en la actualidad: agotamiento de los recursos naturales por explotación no planeada, liberación de gases de efecto invernadero que provoca un cambio climático global, desigualdad social, etc. La opción de enseñar esta áspera realidad con una visión optimista es un reto imperioso que debe basarse en soluciones esperanzadoras, creativas e innovadoras. Estas últimas características son propias de las personas y más intensas en la infancia.
Si bien este esfuerzo es importante, ahora queda el día a día en los salones de clase, los maestros de preescolar tendrán que informarse y formarse arduamente en los aspectos ambientales. Se requerirá de un esfuerzo adicional, ya que la mayoría de los actuales adultos no hemos sido formados con esta perspectiva integral, es decir para la educación de nuestros niños requerimos de maestros de tiempo completo, maestros que cubran una jornada completa donde claramente se contemple en su jornada el tiempo de actualización y preparación de las actividades en la escuela; requerimos maestros de clase internacional. Por supuesto que para tener maestros con una visión global y preparados con esfuerzos autodidactas se requieren salarios adecuados a nuestras expectativas, no sobra decir que los actuales no son suficientes.
Claramente la intención de realizar estas jornadas al finalizar el ciclo escolar indica que se espera la implementación de lo aprendido en el próximo ciclo. En aspectos ambientales los nuevos conocimientos son cosa de todos los días, por lo tanto las jornadas deben repetirse con una periodicidad al menos anual para realmente conseguir la formación de los docentes. No basta con un solo curso, la formación ambiental de los docentes debe ser continua, autodidacta e institucional. Esperamos los directivos actuales de la SEP-IEBEM redoblen esfuerzos para continuar con este programa y lo conviertan en permanente. Por supuesto, que los otros niveles de educación, principalmente la educación básica, requieren enfatizar sus programas de educación ambiental.
Lo que requerimos es formar individuos que valoren las soluciones a largo plazo, que puedan elegir entre opciones que solamente nos beneficien algunas decenas de meses o varias decenas de años, que sepan distinguir entre el beneficio de algunos meses de segundos pisos a los beneficios de años de un transporte público eficiente y de calidad.