En cuanto a la producción de automóviles México ocupaba el octavo lugar en el mundo en 2013 y continúa en ascenso. Con una participación importante del sector automotriz en el PIB es claro que, como país, debemos apuntar a consolidarnos en el futuro como un exportador de bienes de valor agregado como los automóviles. En este sentido, de acuerdo con la tendencia actual para promover la sustitución de vehículos impulsados con motor de combustión interna por otros con motor eléctrico, insisto: debemos promover la innovación en este sector. El impulso para convertirnos en un país que provea de la tecnología para los diferentes componentes de los autos eléctricos, nos daría una clara ventaja en el largo plazo y aumentaría las posibilidades de contar con fuentes de empleo de calidad por algo más de una generación. A diferencia, los motores de combustión interna pueden ofrecer con certeza este desarrollo por el tiempo comprendido en una generación.
Es importante insistir, hay ventajas claras para promover el uso del transporte eléctrico en todas sus vertientes. Así, contar con la capacidad industrial para proveer de vehículos eléctricos, puede ser un nicho de oportunidad en el largo plazo. Reitero, tener un sector industrial con esquemas innovadores para vehículos eléctricos: individuales (bicicletas o motocicletas), familiares (automóviles) o masivos (autobuses, metrobuses o trolebuses) es claramente una oportunidad a nivel global.
El día de hoy propongo una posible ruta para tener una industria innovadora en el ámbito de la movilidad eléctrica.
En otras partes del mundo una decisión gubernamental puede catapultar un sector industrial con medidas que demanden productos específicos. Déjenme explicar con detalle.
En nuestro país contamos con cerca de 90 pueblos mágicos, en varios de ellos se ha desarrollado un sistema de movilidad basado en motocicletas modificadas para movilizar a dos o tres pasajeros. Estas regiones podrían ser impulsadas con la promoción del uso de motocicletas eléctricas para sustituir a las de combustión interna. Son evidentes algunas de las ventajas: las motocicletas eléctricas son menos ruidosas, no arrojan gases de la combustión a los pasajeros o a las personas o vehículos que están en la parte posterior, no contribuyen a incrementar la temperatura de la isla de calor en las ciudades. Los Pueblos Mágicos atraerán más personas y será un atractivo más el disfrutar de un paseo en un sistema eléctrico.
De acuerdo con el INEGI, en Morelos en los últimos cinco años se ha incrementado en más del doble el número de motocicletas registradas (de 15 mil 998 en 2010 a 39 mil 588 en 2014). Algo similar se puede decir en el ámbito nacional (de 1 millón 154 mil 145 en 2010 a 2 millones 270 mil 458 en 2014). El número total de motocicletas registradas es del orden del 10% de los automóviles en ambos entornos, el mercado es amplio.
En el año 2014 los estudios de mercado de las motocicletas en México apuntaban hacia una oportunidad para las motos de combustión interna, de acuerdo con estudios reportados por el Financiero (http://bit.ly/1A2vxpw) o Alto Nivel (http://bit.ly/1O7BymX). Estas oportunidades de negocio pueden ser convertidas en realidad y con un valor agregado adicional al promover el uso de estos vehículos eléctricos en poblaciones pequeñas. Es más, en otras ciudades o poblaciones el uso de motocicletas modificadas se ha incrementado, por ejemplo en la región de Xoxocotla, Morelos o de Taxco, Guerrero, por dar dos ejemplos. De esta manera no sólo los Pueblos Mágicos pueden ser beneficiados, sino muchos otras regiones.
Para conseguir el desarrollo de la industria de los vehículos eléctricos, se podría demandar primeramente el involucramiento de instituciones de investigación y desarrollo tecnológico de las regiones, para que en colaboración con las empresas desarrollen las diferentes partes que se requieren para tener vehículos eléctricos más eficientes y que reúnan las expectativas de los usuarios. Los retos tecnológicos pueden ser menores en los vehículos como las motocicletas o las motocicletas modificadas para transporte local de pasajeros que para automóviles, pero la experiencia adquirida podría posteriormente aplicarse a los vehículos familiares, para en el futuro dar el brinco al transporte masivo. Esta propuesta puede ser implantada en diferentes regiones del país. Morelos tiene cierta ventaja para iniciar este camino e impulsar una industria basada en el sector automotriz que tiene y en sus centros de investigación con experiencia en energías renovables y de investigaciones eléctricas donde ha mostrado tener liderazgo en el país.
El sector científico y tecnológico está listo para colaborar, ahora falta la visión comercial e industrial del sector empresarial y la visión de largo plazo del sector gubernamental, para propiciar encuentros que generen sinergias y productos de alto valor agregado en el desarrollo de un mercado de vehículos eléctricos amigables con el ambiente.