Y si bien se aclara que es únicamente en función de los que interpusieron el recurso legal, para muchos es la apertura de una ventana, para que en el futuro cercano, dicha disposición se amplíe completamente y como que tienen razón.
Pero ¿lo anterior ayudará a disminuir el tráfico de drogas y los niveles de delincuencia que eso genera hoy día o el escenario empeorará? Pues eso estaría por verse, sin embargo, ya se dio un enorme paso en ese sentido y casi en el momento en el que se conoció la decisión de la Suprema Corte, se multiplicaron las reacciones y opiniones.
Una cosa es visible, la posición de la corte viene siendo cuestionada por sectores sociales conservadores en el país y particularmente el eclesiástico. Ya lo decíamos, para el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, lo anterior es un retroceso y causará más inconvenientes que beneficios.
Pero como mencionábamos, hasta hace unos 10 o 15 años, pensar en legalizar consumo de cualquier droga era impensable, aún por los propios órganos rectores de las instituciones de gobierno en México, estaba casi prohibido hablar de temas como el referido.
Claro, muestras de cómo las nuevas generaciones de mexicanos están cambiando su manera de pensar, es que en algunos lugares, como el Distrito Federal, ya se permite el aborto; qué decir de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Es decir, tres tabúes que años atrás era impensable que fueran permitidos.
Pero como que muy a la zaga, seguimos como los changos, imitando a nuestros vecinos del otro lado del río Bravo, porque en Estados Unidos hace mucho que la ley les permite el consumo de drogas en cantidades mínimas y prácticamente todos le entran. Es una manera de acelerar su organismo, incluso en materia laboral.
Sólo que en aquel país se aplica la ley a raja tabla y quien se pasa de moto la paga. Acá sólo servirá para que se haga el gran negocio, o sea si aflojas el cuerpo, puedes ponerte hasta las chanclas y si no aunque no la debas, las vas a pagar, por eso es que no es tan fácil aflojar las cuerdas como se está haciendo.
Sin embargo, se entiende que lo anterior, forma parte de las estrategias orientadas a buscar soluciones al delicado problema del tráfico de estupefacientes en nuestro país, que nos tiene en un dilema hace ya buen tiempo y que es causa y origen de delitos de alto impacto en toda la república.
Para nada es tema menor, reiteramos, hay quienes estiman que legalizar el consuno de drogas disminuiría drásticamente el nivel del negocio actual en materia, porque es el mercado negro el que ofrece gigantescas ganancias a los que se dedican al tráfico.
Y se recurre a ejemplos de otras naciones que han hecho lo propio. Sin embargo, volvemos a lo mismo, hay más moral en sus autoridades y mantienen el control. Aquí el que se emitan reglas y normas no significa nada, son para violarlas.
Pero además, decíamos que en esa materia, Estados Unidos nos lleva décadas de ventaja en normas, políticas y control y a pesar de todo eso el narcotráfico continúa siendo un dilema a resolver y los grandes volúmenes de estupefacientes se mueven bajo el agua, en el mercado negro. ¿Qué en particular la mariguana es un producto medicinal?, pues sí, pero ahí ya hace mucho que se permite su uso, otra cosa es legalizarla con objetivos distintos, que es lo que está pasando.
Bueno, tampoco hacía falta que la suprema aprobara el consumo mínimo, ya se venía dando y hasta con excesos, sin que se persiguiera ese delito. Todos hemos visto, especialmente en las grandes ciudades, jóvenes en estado de drogadicción deambulando por las calles y las plazas públicas sin que sean molestados por las autoridades competentes.
Y es lo que decíamos, ¿quién nos garantiza que la ley se aplicará a todos los que porten o hallan consumido más de lo debido?, le aseguramos que nadie, porque conocemos del actuar de la autoridad y nos exponemos a vivir en medio de mariguanos por todos lados, porque seguramente saldrán muchos del closet.
Claro, el tema está en todas partes, la discusión al respecto se ha desatado. Vamos a ver cómo lo recibe la sociedad, porque ha sido una decisión de cúpulas, igual y por lo menos hasta ahí se deja el caso, seguro habrá presiones y de gran alcance.
Nosotros no seríamos quien para manifestarnos en pro o en contra, en lo particular no practicamos vicio alguno, pero cada quien es libre y tenemos que respetar su autonomía. Lo único que anticipamos, son de posibles consecuencias que pudieran no ser las buscadas.
Si en verdad lo anterior se convierte en algo positivo para nuestro estado o país, pues adelante con lo que sigue. Lo único que le exigimos a quienes toman tales determinaciones, es que nos saquen del clima de inseguridad y criminalidad al que nos han llevado por insuficientes políticas de combate y control contra los delincuentes.
Ese es todo el pleito, ya queremos una nación en paz y armonía, a fin de poder reencontrarnos con el desarrollo y oportunidades para todos, en especial las generaciones jóvenes que no encuentran espacio laboral, así sean cuadros profesionales.
En concreto, tendrá que ser para bien y si no entonces lo tendremos que estar reprochando continuamente, porque no es válido jugar con el pueblo, que al final es el pagano de los errores de su gobierno, los que presiden las instituciones son pasajeros, nosotros aquí nos quedamos, ¿no le parece?
