Dijo que en el reciente reparto de utilidades hubo patrones que no obtuvieron ganancias durante el año respectivo y los empleados comprendieron el sacrificio que se ha venido dando para superar los efectos de la recesión y aceptaron las circunstancias.
Desde luego, abundó, aquellos empresarios que a pesar de todo lograron crecimiento económico, sí cumplieron con dicha prestación. Pero lo que deseamos destacar es que esta calma laboral se le debe sobre todo a la madurez con la que los trabajadores se vienen comportando y que es signo de cambios en el pensamiento y manera de lucha organizada.
Recordó que buena parte de los problemas en materia de inversión se dio en el pasado por una postura intransigente y vertical del sindicalismo. Hubo empresas que se fueron a la quiebra por los paros y las huelgas, a través de las cuales se demandaban incrementos y prestaciones muy elevados.
Llevamos años sin un solo estallamiento. Eso ha permitido a Morelos transitar de manera más tranquila hacia niveles de recuperación en el desarrollo por encima de la media nacional.
Desde luego que jamás aceptaremos una posición incorrecta frente a nuestros representados, pero la experiencia nos ha enseñado que por la vía del diálogo y la comprensión se pueden alcanzar mejores metas que mediante el enfrentamiento, consideró Hernández Juárez, quien agregó que las tendencias señalan que lo difícil ha pasado y el estado va por mejores tiempos.