Manifestó que “no se están respetando acuerdos internacionales firmados por Estados Unidos, bajo el argumento de que Texas no se ciñe a los mismos, cosa por demás inaceptable”, y recordó que bajo las mismas características, 51 connacionales más han padecido las mismas injusticias.
Insistió en que el país vecino firmó el Tratado de Viena donde se establecen en el artículo 36, algunos derechos, específicamente aquel que refiere el derecho a recibir orientación y apoyo legal de parte de los consulados, “aquí no se acató y a pesar de la insistencia tanto del gobierno estatal como del federal en que se permita un proceso correcto, subsiste la arrogancia y negativa del gobernador de Texas”.
Ramírez Garrido dijo que la Corte Internacional de Justicia también ha hecho el llamado que igual sigue ignorado, y la fecha de ejecución será este 22 de enero.
En tanto, refirió que su administración ha ofrecido todo el apoyo legal y financiero a fin de que cinco familiares, definidos por el propio Tamayo Arias, estén presentes el día señalado.
Pero el gobernador consideró que lo que está pasando tiene que ver con la ausencia de un apartado en materia laboral en el acuerdo del Tratado de Libre Comercio (TLC), de ahí, abundó que “por este medio también estamos solicitando al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a que en una próxima reunión que sostendrá con los ministros de Canadá y de Estados Unidos, debe proponer la inclusión referida, es indispensable que se respete el derecho de los trabajadores nuestros”, aseveró.
Tamayo está acusado de asesinar a un policía texano en enero de 1994; sin embargo, Graco Ramírez Garrido estima que por lo menos se debería permitir un proceso legal, si éste deriva en la condena a muerte, por lo menos se cumplió con las normas.
Finalmente, dijo que de acuerdo a los análisis financieros, la fuerza laboral de los migrantes en Estados Unidos genera anualmente más de 75 mil millones de dólares, pero en Texas es donde hay más connacionales, ahí el producto de su esfuerzo deja a este estado arriba de seis mil 500 millones de dólares, por lo menos por esos motivos deberían ser más humanos, consideró.