“No creo que fue un error, más bien en su afán por consolidar al Poder Judicial apostó a la construcción de la infraestructura y hubo aspectos a los que nos les puso atención”, dijo.
Incluso, reconoció que particularmente la mala relación con el Poder Ejecutivo y Legislativo ha impedido que la administración de justicia tenga mayor apoyo social, político y económico.
Señaló que no descalificará el desempeño de Rosas Pérez porque no es su línea trabajo, pues su campaña en busca de la presidencia del TSJ consiste en proponer y no en destruir.
Expresó optimismo ante las muestras de apoyo recibidas por sus colegas y trabajadores del Tribunal Superior de Justicia, sin embargo, consideró que la moneda está en el aire y será hasta el próximo 17 de mayo cuando los 10 magistrados que integran el Pleno emitan su voto para despejar la incógnita de quién será el presidente del Tribunal y representante del Poder Judicial.