Los pobladores se organizaron con el propósito de frenar el robo de autos y de cultivos, principalmente de aguacate y durazno. Así como prevenir el consumo de alcohol entre los adolescentes que en los últimos años se ha incrementado considerablemente.
Lilia González Cortés, integrante del Comité de Vigilancia Comunitaria, expresó que los vecinos decidieron agruparse y conformar este primer comité de vigilancia ante una disminuida Policía Municipal, ya que es superada en número y capacidad por los delincuentes.
“El municipio sólo cuenta con 11 elementos, pensamos que es muy poco para 27 mil habitantes que somos, pero como el municipio no tiene elementos, entendemos que carecen de elementos, nos organizamos para hacer rondines nosotros. Somos cinco barrios, cada barrio tiene cuidando aproximadamente de 12 a 20 gentes en las entradas”, explicó.
Otro de los objetivos de las guardias comunitarias, es supervisar a los jóvenes para que no realicen actos delictivos, porque dijo la mujer, “aunque somos agricultores también la gente nos roba nuestros aguacates y lo que queremos es que haya un orden para que los chicos vean que hay un reglamento y se sujeten a él, y digan ‘bueno, me va a detener la guardia, yo no voy a robar aguacates’, para que empecemos a educar a los chamacos”.
Explicó que debido a la alta incidencia delictiva, “empezamos a vigilar de las ocho a las seis de la mañana, el 16 de noviembre a la fecha hemos participado más de 600 personas, todas, incluso mujeres, que de repente llevan el café o apoyan llevando comida”.
En cada uno de los cuatro accesos a la comunidad de Hueyapan se han colocado retenes, los integrantes de la vigilancia comunitaria actualmente cuentan con 12 radios de comunicación y se mantienen enlazados con los diferentes grupos que se despliegan desde las ocho de la noche hasta las seis de la madrugada, para evitar que personas ajenas a esta comunidad ingresen a robar aguacate o durazno de sus huertas.
Los integrantes de este comité aclararon que no están supeditados al ayuntamiento, solamente a la asamblea del pueblo y a la junta de ejidatarios y comuneros de esta población. “Que quede claro, no somos soldados de nadie, somos personas civiles cuidándonos las espaldas nosotros mismos, pero pienso que no es justo que nosotros hagamos a veces ese trabajo, no debiera ser así en un país normal. Pero, bueno, lo vamos a hacer porque tenemos intenciones de que los niños que van creciendo, crezcan con esa visión de que se tienen que cuidar y enseñarles a que tengan respeto”, señalaron.
Desde hace cuatro años opera en esta región de Morelos el autodenominado Grupo Relámpago, el cual está integrado por aguacateros que fueron víctimas de secuestros y extorsiones. Ahora, la vigilancia comunitaria de Hueyapan tiene como finalidad cuidar a todos los ciudadanos y no solamente las huertas y a sus propietarios.