A través de un comunicado, el organismo informó que por instrucciones de Fausto Gutiérrez Aragón, quien en unos días dejará de ser ombudsman, requirió a la comuna capitalina información sobre el estado que guarda el tema de la basura.
“Derivado de los acontecimientos relacionados a la recolección de la basura que recientemente se dio a conocer a través de los medios de comunicación, que generan preocupación e intranquilidad a la sociedad; la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos, por instrucciones del Presidente Ing. José Fausto Gutiérrez Aragón, se solicita al Lic. Manuel Martínez Garrigós, Presidente Municipal de Cuernavaca, tenga a bien informar sobre la situación actual del asunto en referencia”.
“Así también se le solicita dicte medidas precautorias y/o cautelares a fin de garantizar la recolección de los desechos sólidos en las diversas colonias de esta ciudad capital, concediéndole para lo anterior 24 horas a partir de la notificación del documento, mismo que se entregó este día”, dice el comunicado. .
De igual manera, la Comisión justifica que la solicitud se emitió con la finalidad de proteger los derechos humanos a disfrutar de un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
Historia de la crisis
En junio de 2006, fue cerrado definitivamente el tiradero de Tetlama por las presiones de los vecinos de Alpuyeca, lo cual desencadenó una severa crisis en la capital del estado y varios municipios que daban destino final a la basura en ese lugar.
Entre septiembre y octubre de ese año, Cuernavaca vivió la peor crisis de su historia ante la acumulación de cientos de toneladas de basura en calles y hogares. La crisis de la basura se agravó con la cancelación del proyecto sanitario en Anenecuilco por conflictos político-sociales entre los pobladores de esa comunidad.
Aunque Cuernavaca fue el único municipio que pugnó por buscar un sitio alterno para el adecuado depósito de la basura, sus intentos fueron fallidos, porque los municipios negaron el apoyo por temor a conflictos.
Finalmente, el ayuntamiento logró un convenio con autoridades mexiquenses y la empresa Proactiva para llevar los desechos a rellenos sanitarios del vecino estado mientras Cuernavaca encontraba una solución definitiva.
Se calcula que durante la contingencia en la zona metropolitana se acumularon cerca de 10 mil toneladas de basura, de las cuales el 50% fueron generadas por Cuernavaca.
Tras la toma de protesta de Jesús Giles como alcalde de extracción panista, se inició el proyecto que culminó con la concesión de servicio de recolección, separación, traslado y destino final de la basura a PASA en abril del 2007.
Ahora, se teme que con la clausura del relleno sanitario de Loma de Mejía regrese a Cuernavaca el fantasma de la crisis, que puso a la ciudad en al borde de una emergencia epidemiológica.