Recordó que todavía el año anterior, a consecuencia de los daños que a esa infraestructura causó el terremoto del 19 de septiembre del 2017, algunas instalaciones como los balnearios San Ramón y Palo Bolero, ambos al sur del estado, no lograron ofrecer un servicio completo, sin embargo, en esta ocasión, todos están al 100 y ya se hacen los preparativos para recibir a quienes distinguen a esta entidad con su visita.
La asociación, abundó, tiene poco más de 30 socios, pero hay otro número de centros recreativos que no pertenecen a la organización, por lo que funcionan cerca de 60 espacios con precios y condiciones para cualquier necesidad y posibilidad económica.
Los hay muy sofisticados, como El Rollo de Tlaquiltenango, o modestos, como Ojo de Agua en Temixco, pero con atractivos muy importantes que satisfacen cualquier gusto, consideró el empresario.
Luego explicó que al interior de la organización, existe un compromiso de los agremiados de comenzar desde tiempo antes a acondicionar los lugares; es decir, aplicar labores de limpieza, mejorar áreas verdes y reparar cualquier desperfecto, a fin de que exista seguridad y sanidad para tan importante período.
Uno de los aspectos que preocupan a los balnearistas, destacó, es el de la seguridad, pero también se desarrollan estrategias de prevención de delito, con el apoyo del gobierno estatal, vía la Secretaría de Turismo, que viene ayudando de manera decidida, incluso en lo referente a la promoción fuera del estado.
Pero García Ordóñez agregó que en este aspecto, Morelos no depende ya mucho de la publicidad, porque a nivel nacional e internacional ha cobrado fama por la enorme variedad que tiene en ese rubro.
La mayor afluencia de visitantes viene de la Ciudad de México, acompañada de asistentes locales y en esos mercados ya se tiene información y existe además una oferta de servicio de transporte público que conecta a la capital con algunos lugares de mucha tradición, como en el caso de la ex Hacienda de Temixco o El Rollo. Pero insistió en que ya están listos.