Jojutla. El 26 de junio por la mañana inició la filmación de El Panadero y sus bizcochos, protagonizada por Leonardo Martínez, el León del Acordeón.
En Entrevista, el músico y compositor dijo que es el segundo largometraje que produce y protagoniza, totalmente filmado en Jojutla, Morelos.
Explicó que ésta es una sexi comedia; tiene mucho humor y doble sentido, es clasificación A, es decir, para toda la familia, y se trata de un panadero que es padre soltero y que tiene dos hijas y él, a su vez, muchas mujeres que lo pretenden.
“Esperamos mejorar en mucho la anterior película, Soy un tahúr. En este filme dirige José Luis Vera Alamillo, quien también escribió el guión, eso garantiza que es esos aspectos la cinta saldrá muy bien porque, como se sabe, el maestro tiene mucha experiencia. En la cámara tenemos a Evert Vera, quien también es muy experimentado”, explicó el acordeonista y panadero.
De acuerdo con Leonardo Martínez, actuarán de 14 a 16 actores, y filmarán ocho días espaciados, porque es el tiempo que tiene el director José Luis Vera y el camarógrafo Evert Vera, y se ajustan a esos tiempos.
También explicó que rodarán en varias partes de la cabecera municipal, de día en su totalidad.
La primera escena se filmó pasando el puente de Los Suspiros, en la colonia Juárez.
Los actores y demás equipo estaban citados a las nueve de la mañana pero hubo demora porque faltaban algunas piezas para la cámara, no estaban cargadas las baterías y se tuvo que conseguir vestuario adecuado. La filmación comenzó pasadas las 11:30 de la mañana.
Sobre la calle Gómez Farías y con un sol que comenzaba a tomar fuerza, Leonardo, el Panadero, iba manejando un triciclo viejo cargado con pan y cantando una canción de su autoría llamada “El Prrr”, después estaba en la lista otra de su inspiración, jocosa y de doble sentido, innominada “El chango de mi novia”.
Se había elegido esa calle que no era muy transitada, pero justamente ese día y a esa hora no dejaban de pasar automóviles con perifoneo anunciando productos y servicios, lo que ocasionaba que las escenas se repitieran.
En un principio no había mirones, pero conforme fueron transcurriendo lo minutos la gente se fue asomando para ver la filmación y para saludar a Leonardo, el “Chino”, como también se le conoce, y a tres o cuatro personajes que son muy conocidos en esa calle.