Adolfo es chofer de la Ruta de la Salud, y su única medida de prevención ante la contingencia del coronavirus es una botella de gel antibacterial.
También lleva una botella de agua para hidratarse, pero no usa cubrebocas, ya que considera que esta mascarilla se utiliza cuando la persona está enferma, y no es su caso.
“Siempre hay preocupación por algún contagio. Pero creo que el cubrebocas es para las personas que ya están enfermas y con esa mascarilla se cuidan de no infectar a los demás; no es para los que están sanos”, expresa.
Adolfo Avilés Ortiz cumplirá tres años como chofer en la Ruta de la Salud de la línea Pullman de Morelos, y dice que no puede hacer cuarentena porque su familia necesita comer.
Afirma que no le preocupa el contagio por el COVID-19 porque no ha visto a personas enfermas. Sin embargo, a nivel mundial esta enfermedad ha cobrado la vida de miles de personas, y –además- señala que en su unidad ninguno de los pasajeros ha manifestado presentar algunos de los síntomas, aunque hay algunos que usan cubrebocas y otros piden gel para desinfectar sus manos.
En los últimos días, como consecuencia de la contingencia por el COVID-19, el servicio en las Rutas de la Salud disminuyó hasta en un 80 por ciento. En un día normal recogía a más de 300 pasajeros y en esta época no llega ni a 100 personas.
A pesar de esa situación la empresa no ha determinado reducir horarios ni descansar a los choferes. Como medidas de prevención todos los días fumigan las unidades.
La familia de Adolfo se guarda en su casa para no ser contagiados.
Adolfo lleva 15 años frente al volante. Ha trabajado en camiones de carga y en unidades del transporte público. En la Ruta de la Salud trabaja 14 horas al día.