El secretario de educación José Luis Rodríguez Martínez reconoció que no se dio cumplimiento al cien por ciento a las disposiciones federales aprobadas hace varios meses y que este lunes entraron en vigencia para todo el país con el fin de abatir la obesidad y el sobrepeso infantil.
“Hasta para los niños es muy complicado. Será muy difícil que de la noche a la mañana dejen de consumir cantidades de dulces… Este proceso será paulatino y necesitamos mucho de la participación de los padres de familia” argumentó al informar que esta misma semana se reunirán autoridades con jefes de sector y supervisores para insistir sobre a importancia de esta medida, respecto a los linimientos y la guía de preparación de alimentos para ofrecer en las cooperativas opciones más nutritivas a los infantes.
Rodríguez Martínez de nueva cuenta deslindó responsabilidad sobre la carencia de redes de agua potable con cloración adecuada y bebederos sobre gobiernos municipales, al alegar que los municipios deben colaborar en este rubro y en supervisar que no se vendan alimentos chatarra en las salidas de escuelas.
Mencionó que se estima que hay bebedores en alrededor del 30% de las escuelas. Refirió que deberá hacer un estudio sobre la calidad del agua potable en las casi 2 mil escuelas y en relación a la infraestructura en la que se encuentran.
Por su lado, el secretario de salud expuso que a la dependencia que encabeza, le corresponde vigilar el nivel de cloración del vital líquido, pues varía si se cuenta o no con filtros o algunos mecanismos para dotar de agua a los estudiantes.
No en todas las escuelas se cumplió con la prohibición de la venta de dichos productos, y de otros alimentos preparados sin grasa como antojitos. En algunas se eliminó la venta de refrescos, pero no se puso a la venta agua embotellada.
Tal es el caso de la primaria Benito Juárez de Cuernavaca, por ejemplo, donde sí se ha ido cumpliendo con la eliminación de ese tipo de productos del interior de los planteles.
Alejandro Carrillo, vendedor en dicha escuela, comentó que se les informó sobre la forma en que deben preparar los productos que venden y se retiraron algunos otros de alto contenido calórico: “nos eliminaron algunos productos y estuvimos de acuerdo. Se eliminó flan, que es un poco más dulce, y pastel de chocolate a pesar de que les gusta demasiado a los niños, pero estuvimos de acuerdo y ahora vendemos cosas más sanas”.
Sin embargo, ahora no venden refrescos, ni agua, sino sólo jugos pequeños de marca reconocida, con un costo de un peso más caro de lo que costaban los refrescos. Ahora esos jugos cuestan 5 pesos, uno más, y su contenido es menor.
Andrea Trejo, estudiante de quinto grado de primaria de la citada escuela Benito Juárez, comentó que el refresco les costaba 4 pesos y el juguito 5 pesos, dijo que no se les vendió agua embotellada, y aunque hay algunos bebederos el agua no es limpia. La alumna consideró que lo mejor será llevar a la escuela sus propias bebidas, pues considera que no vale la pena el gasto y se quedarán con mucha sed.
1 comentario
Hey
ami me paereca muy interesante el reporte de las escuelas, pero en… Compartelo!