De manera paradójica, el miércoles un tribunal oral sentenció a casi tres siglos de prisión a Tomás Martínez Pereda, único detenido por el multihomicidio ocurrido el 26 de septiembre de 2009 y cuyo hecho motivó el cese de Farfán Carriola, quien el día de los hechos había ordenado el desarme de la Policía municipal.
De acuerdo con el alcalde de Cuernavaca, Manuel Martínez Garrigós, había los elementos suficientes para incoar un juicio político contra el general y el ex presidente municipal Roque González Cerezo, por haber desarmado a la Policía y producto de la negligencia haya ocurrido el homicidio de seis personas (dos civiles, dos bomberos y dos comandantes de la Policía de Cuernavaca y la Secretaría de Seguridad Pública estatal).
“Nosotros entregamos los elementos para que fuera procesado”; sin embargo, reconoció que los diputados en el Congreso local no quisieron ir a fondo en la investigación, situación por la cual los delitos y faltas administrativas quedaron impunes.
Por su parte, el procurador Pedro Luis Benítez Vélez explicó que los delitos imputados al general no podrán seguir su investigación, pues “cuando las personas fallecen, lo que procede es el sobreseimiento. Así lo establece el código de Procedimientos Penales (sic)”.
De acuerdo con el artículo 81 del Código Penal del estado de Morelos, la pretensión punitiva y la potestad ejecutiva se extinguirán, entre otras cosas, por el fallecimiento del imputado.
El fiscal estatal precisó que las dos carpetas de investigación abiertas en contra Farfán Carriola estaban en la etapa de integración.
El pasado sábado 26 de septiembre de 2009, la Policía municipal de Cuernavaca recibió una alerta del domicilio ubicado en la calle Nueva Suecia número 302 de la colonia Lomas de Cortés, donde asaltantes realizaban un robo a casa habitación propiedad de Felipe de Jesús Nieto López, quien fue herido y luego falleció.
Elementos de la Policía Preventiva del municipio, apoyados por agentes de la Policía Preventiva estatal, acudieron al lugar de los hechos y fueron recibidos con balazos, en cuyo enfrentamiento murió el comandante Santiago Morales Bahena.
Los delincuentes se dieron a la fuga, pero fueron interceptados y enfrentados por un grupo de la Policía Preventiva, resultando muerto el comandante Abel Santos León.
Los individuos lograron nuevamente fugarse y abandonaron el vehículo en el que viajaban para abandonarlo y robar un taxi, cuyo conductor también fue asesinado.
Los maleantes emprendieron la fuga hasta avenida Domingo Diez, donde un civil los vio circular a exceso de velocidad y con una arma de fuego, por lo que pidió apoyo a una unidad de los bomberos que circulaba por el hospital Innovamed, en la que viajaba José Antonio Lazcano Albavera, director general de Prevención y Rescate, y el bombero José Antonio Amador.
Al intervenir, el primero fue herido y el segundo muerto por arma de fuego. Días después, falleció Lazcano Albavera.
Enseguida, los delincuentes despojaron de su auto a un conductor de un vehículo Tsuru y huyeron con rumbo desconocido.
Ese mismo día de los hechos, se descubrió que de manera inusual el titular de la extinta Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Metropolitana de Cuernavaca y militar en retiro, Manuel Farfán Carriola, había ordenado el desarme de los policías metropolitanos sin aparente razón, lo que motivó su cese de la corporación policíaca.
Por esta causa, el procurador Pedro Luis Benítez Vélez ordenó abrir una investigación contra el militar retirado por su probable responsabilidad en los delitos de omisión, negligencia y uso indebido de la función pública.
El pasado 2 de febrero, un tribunal oral sentenció a 270 años de prisión a uno de los responsables del multihomicidio, cuya sentencia es la más alta en la historia de la justicia penal en Morelos por delitos del fuero común y únicamente equiparable con sentencias dictadas por juzgados de distrito responsables de delitos federales.
No obstante, el procurador estatal dijo que el caso del multihomicidio sigue abierto, ante la participación de otras personas en el hecho delictivo.