Estela perdió a diez integrantes de su familia por el covid-19.
En el puente del dragón del mercado Adolfo López Mateos (ALM), un pequeño negocio llama la atención de las personas. Se distingue de los demás porque está repleto de figuras del niño dios, entre las que destacan tres, por su vestimenta blanca, una leyenda que dice doctor, su cubrebocas y una careta.
Estela Garduño ofrece variedad de ropa y accesorios para la tradición de vestir al niño dios, previo a la celebración del Día de la Candelaria, el 2 de febrero.
Afirma que en los últimos días el niño más vendido es el que lleva puesto un tapabocas y su careta, porque la gente deposita su confianza en él para librar un contagio.
Confiesa que al principio no creía en la existencia del covid-19. Incluso pensó que era un invento de los chinos o un tema político, pero su voz se quiebra cuando recuerda que el virus le arrebató la vida a diez integrantes de su familia.
“Como fueron pasando los meses y con el cambio de semáforo empezamos a ver que se fueron muriendo familiares muy queridos y eso nos hace creer que sí existe. Se siente horrible, por eso nos tenemos que cuidar mucho y tener fe en que pronto vamos a salir, y que dios nos salve de esto, porque el virus sí existe”, dice al borde del llanto.
Señala que por la crisis económica que ha dejado la pandemia las ventas cayeron un 50 por ciento. Sin embargo, tiene la esperanza de que en los próximos días se incrementarán.