¡Guantanamera, que llegó la guajira! Otra vez transmitiendo desde el más leído. ¿Qué pachuli, mis brothers? ¿Qué tal? ¿Listos para ese regresito a clases? Ya sabe, por ahí me pasaron corriente de que según en plena pandemia la pretensión es que en algunos estados regresen los chavos a clases presenciales.
¡Chale! ¡pero bueno! ¡Diós nos agarre confesados, mis brothers! Ya me imagino al Dean, al Brandom, a Leslie y a Jonatham Jimenes (con ¡s!), todos y cada uno de ellos con carita de balón ponchado, bien desinflados, sin la mínima motivación (aunque los expertos dicen lo contrario, que de tanto encierro por las causas ya conocidas, los jovencitos extrañan a sus compañeritos, habrá que verse) excepto la que provoca la denominada por ellos mismos como ¡la mismísima "motivosa" (la hierba verde).
En aquellos tiempos "normales" era típico que en el dichoso regreso a clases se enfrentaban dos problemáticas, obvio, dependiendo de la edad.
El niño que empezaba a chilla cuando la madre lo dejaba en la escuela, que no es otra cosa, cuates lectores que un tremendo ¡apegote! al padre y a la madre; y en el caso de los que pesan más de 35 kilos y además ¡ya comen de todo! es ni más ni menos que la falta de compromiso lo que provoca malestar en los chiquitines, que de nueva cuenta se ven forzados a regresar a sus habituales labores.
La machaca que les traigo el día de hoy tiene que ver precisamente con la falta de compromiso en cualquier área y lo que provoca en el entorno, para quienes no estén preparados. Hay que decirlo de "pasadita": muchos de nuestros jóvenes carecen del mínimo sentido de responsabilidad, al igual que algunas de nuestras autoridades. Vivimos en aras de una paz ficticia.
No puedo generalizar, pero en dos o tres corporaciones esta descomposición social que estamos viviendo es multifactorial y trae de cabeza a toda la "suciedad" perdón (error de dedo), sociedad, Andamos como calzones de sexoservidora: ¡pa’ arriba y pa’ abajo! sin lograr los objetivos.
Es entonces cuando se nos empieza a "brincar la corriente", andamos como paletitas payaso: bien risueños pero con el alma atravesada.
Perdone su majestad la burda analogía, pero para éste su "primera pluma" dicha problemática es homologable como cuando su "patas de hule" (vehículo automotor) está fallando. Ya sabe, explosiones falsas ¡prun, pras, pum! fuera de tiempo o cuando trae de plano los cables de corriente del motor !invertidos¡
Para variar y no perder la costumbre, mi lector, la típica chamba mal hecha del ¡”cigüeñal” o del “pirris”!, (apodos de mecánicos). Bueno, hasta ¡los clásicos! la llegan a cajetear ¿eh?
En este tema de la mecánica no podemos olvidar el peculiar folklore del mecánico "genio": el clásico que voltea la cabeza de un lado a otro denotando pesimismo para advertir la gravedad de la falla y de esta forma poder cobrar más de lo debido; o el mecánico extranjero, que se aprovecha de nuestra carencia de identidad y de nuestra falta de patriotismo para "empinarnos".
Recuerde, mi lector, que en un arranque de frustración se nos pueden pegan los cables ¡evitémoslo! Desgraciadamente, es muy sencillo deprimirse hoy en día, mis brothers, si no estamos preparados para recibir este tipo de cotidianos conflictos y embates.
Tristemente, cuates lectores, todos, ¡absolutamente todos! tienen que ver con la falta de compromiso ¡así! El punto, al que quiero llegar, es que todo este "diario vivir" puede provocar en algunos y algunas, depresión, así que ni siquiera permitamos que la "depre" se nos aproxime.
¿Qué quiero decir con esto? Ahí les va de "puro bigote, pa’ que vean que no soy chiva: dicen los expertos especialistas del comportamiento humano que la antesala de la depresión es el aburrimiento.
"Compas", no podemos permitirle a la "loca" (mente) que genere todos esos pensamientos negativos, qué si los chavos "faltos de compromiso", que si el mecánico tranza, (qué pululan por cierto), qué si la doña, que si el politiquillo… ¡Chale! Por eso se la corrí renglones atrás: este rollo de la depresión es multifactorial.
Entendemos que puede haber circunstancias o causas adversas. Dicho sea de paso, nosotros no pedimos venir al mundo a sufrir porque no conocimos a nuestro padre y porque nuestra madre anduvo del tingo al tango, sacándole brillo a las suelas ¡de antro en antro!
¿Están de acuerdo con que esto no lo pedimos y que no lo podemos cambiar tampoco? Sin embargo, a muchos les cayó la voladora.
El punto para poder resolver sería empezando por aceptar, brothers, aceptar esa historia macabra vivida durante la niñez; de alguna forma tenemos que aprender a "desmenuzar" nuestro historial en la niñez para poder asimilarlo, tratando de entender que lo peor que haya sucedido, es eso, justamente ¡ya sucedió! ¡ya fue! ya no la haga de jamón con huevo.
No me la inflame. Ojalá sirva de algo esta peculiar propuesta, mi brother. Para que todos podamos vivir mejor, ésa es mi sugerencia.
Me despido, "compitas" lectores, y recuerden que seguiré poniéndome payaso como siempre desde el más leído, martes, jueves y sábados. Se despide de ustedes su reporñerazo favorito.